Love is love

No me provoques...

Ya que me agarró por sorpresa, vaya... No esperaba esa respuesta de su parte.

- ¿Ah sí? Y... ¿Qué sueñas? - le pregunte.

- ¿Curiosidad? Jaja – me dijo con una enorme sonrisa.

- Solo un poco... - le dije para que no notará mi interés en ello, pero era demasiado tarde, ya había caído en su juego.

- Pero si quieres saber... - me dijo mientras se acercaba a mí y mordía su labio inferior, te lo puedo mostrar.

¡Joder! Cada vez que Nat mordía su labio se veía tan sexy, era como si me provocará para besarla.

- Mejor primero me cuentas tus sueños y después veremos qué puedo hacer por ti - le dije separándome un poco de ella.

- Jaja ¿Te da miedo hasta dónde puede llegar mi imaginación? - me dijo Nat retándome.

- No es miedo... se le llama precaución.

- Jaja llámale como quieras guapa - me dijo Nat mientras se dirigía a un pequeño escritorio donde había dejado el botiquín sacando un poco de algodón y alcohol –, si te sientas aquí puedo ayudarte con tus raspones.

- Oh, claro – le dije mientras me dirigía hacia ella, me senté y ella se puso de cuclillas para ayudarme con algunos raspones de la rodilla; afortunadamente no hubo dolor mientras me curaba. (temía por el alcohol a decir verdad)

– Vaya... Al parecer le hiciste algo no muy lindo a la chica eh.

– Jaja ¿Yo? No es mi culpa que tengas a chicas celosas y locas detrás de ti – le dije a Nat.

– Acaso tú... ¿Estás celosa? – me dijo Nat intrigada.

– ¿Yo? Jaja...

Nat comenzó a acercarse a mí y mi mirada se enfocó en sus labios no podía dejar de pensar en que deseaba volver a probarlos, es que son tan perfectos que al momento en el que se unen con los míos... Wooow algo... Increíble pasa, sin mencionar que besa exquisitamente.

En este momento mi autocontrol se había esfumado, no sé cómo rayos le hacía Nat que sin tocarme lograba que yo cediera; sentí su respiración muy cerca de mí y sus labios a nada de tocar los míos...

– ¡Hija! – escuché decir a mi padre.

Al parecer me había salvado... ¿O no? Carajo, por una parte quería pero por otra no, ¿Cómo es que eso era posible? Al parecer tenía todo un lío en mi mente.

– Estoy arriba - grite.

– Yo... Ya debería irme sabes - me dijo Nat.

– Tranquila, no tengas miedo - le dije tranquila - , es solo mi papá jaja

- Yo... jaja no es miedo, es precaución jajaja

Al parecer alguien me había copiado mi frase - ¿Precaución a qué? cuéntame...

- A... no llegar tarde a mí casa jaja

-Claro... jaja eso ni tú te lo crees, pero bueno...

Bajamos las escaleras y mi padre estaba ahí, lo salude y le presente a Nat después de eso la fui a despedir.

- Gracias por los raspones - le dije bromeando.

- Jajaja gracias por la compañía - me dijo Nat, se subió a la camioneta y se fue.

Entre a casa y papá hacia una maleta.

-Hija estaré fuera por un par de días, un pequeño imprevisto - me dijo mi padre.