No eres la misma

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Ese comentario, no supe si me halagó o me apenó... nos quedamos en silencio un momento, mirándonos, mi corazón comenzaba a acelerarse y a su vez comenzaba a ponerme nerviosa; es tan difícil mantener cierta postura ante ella, simplemente no podía, esos ojos, esa sonrisa, esa voz... Me era complicado ignorar a la persona que dejó huella en mi vida.

— Amm... oye Alice... yo...   – me decía Vane algo nerviosa.

Cuando la enfermera interrumpió.

– Bueno señorita Alice - dijo la enfermera mientras entraba al pequeño cuarto.

¡Caray!  En ocasiones no puedo creer lo inoportunas que pueden llegar a ser las personas o mi suerte para este tipo de situaciones es muy mala.

—Al parecer se encuentra descompensada, ¿Cuál fue el último alimento que ingirió el día de ayer y que desayuno hoy?

– Yo... comí un poco por la tarde de ayer y hoy olvidé desayunar  – confesé.

– Ninguno... – dijo la enfermera haciendo ciertas muecas —, pues  eh ahí la causa de su malestar, por favor, ingiera algún alimento lo antes posible. — me dijo la enfermera.

– Así será, ¿ya puedo irme? — dije algo desesperada ya que no quería cometer alguna locura estando ahí con Vane.

– Claro y por favor cuídate Alice — me dijo la enfermera.

— Si, lo haré, muchas gracias.

— Señorita Vanessa aprovechando que van para el mismo lugar, ¿Sería tan amable de ayudar a su compañera por favor?

– Por supuesto.

Al parecer el evadirla hacía que más estuviera con ella ; Vane me ayudo a levantarme y salimos de la enfermería.

– ¿Que te parece si te invito un desayuno en la cafetería? Aunque a juzgar por la hora ya sería almuerzo — me dijo Vane.

– Yo... no lo sé. —  le dije dudosa.

Vamos Alice, debes comer algo  — Vane tomo mi mano guiándome a la cafetería sin oportunidad de responder.

Ante la situación quede perpleja y solo me deje guiar por Vane; a esta hora de la maña la cafetería estaba prácticamente vacía porque la mayoría se encontraba en clases, llegamos a una mesa y me senté en la banca.

— ¿Que deseas desayunar? —  me pregunto Vane sentándose enfrente de mí.

—A decir verdad... nada se me antoja — le dije a Vane.

– ¿Nada? ¿Ni un rico licuado de chocolate con nuez así bien frío? Acompañado de un rico sándwich o unas sincronizadas

Podía  ver en sus gestos como se saboreaba ese licuado, ella siempre tan expresiva...

— Bueno... tal vez me convence el licuado y el sándwich — le dije a Vane.

– ¡Perfecto! Eso será, en un momento vuelvo Alice. No desaparezcas por favor me dijo apretándome ligeramente la mano para después ir a pedir los alimentos.

Love is loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora