Quiero ser correspondido-Jinkook

¡Soy lo peor!

Me retiré de la habitación, lágrimas incontrolables caían sobre mis mejillas. He tratado de darle mi apoyo a Jin hyung, de consolarlo y hacerle saber que no está solo en su dolor, pero eso no importó hace unos minutos, cuando me echó de su cuarto como si yo fuera el que lo está hiriendo.

Estaba por el pasillo para salir de casa, cuando de repente escucho muchas cosas caer provenientes de la habitación de Jungkook. Fui hacia el sonido y, al abrir la puerta, encontré una terrible escena.

Jungkook tiene las manos ensangrentadas.

Corrí hacía el menor y traté de detenerlo, él estaba haciéndose daño con los vidrios rotos del espejo que Jin hyung una vez le regaló.

—¡Kookie, detente por favor! —grité mientras intentaba quitarle el pedazo de vidrio que tenía en la mano.

—Déjame, Jimin... ¡Déjame morir ahora!

—¡Ya, Jeon Jungkook! —Cogí sus brazos, lo levanté del suelo y lo lancé a la cama.

Él se recostó y continuó llorando desconsoladamente.

—Jungkook, ¿qué te pasa?... ¡¿Por qué te hiciste eso?! —Empecé a limpiar sus heridas y a la vez intenté detener la sangre.

— ¡Jimin, aléjate! ¡Soy lo peor! ¡La peor persona de este mundo! —Me empujó, pero está tan debilitado que ni siquiera logró moverme un poco.

Lo abracé y me recosté junto a él. A pesar del trato que nos dio, Kookie solo es un pequeño que necesita madurar, nosotros cuidamos de él porque sabemos como reacciona ante nuevas experiencias. Lo conocemos.

Fui por unas vendas y curé sus heridas. Estaba tan concentrado en controlar el sangrado, que no me di cuenta cuando Jungkook se desmayó.

Le hablé y removí su cuerpo, pero no contestó, en ese momento me desesperé. Salí de la habitación en busca de alguien.

—¡Ayuda! ¡Kook se desmayó!

Mientras continuaba llorando, recordé todos los momentos que viví junto a Jungkook, cuando me decía que yo era su hyung favorito además de ser el más guapo.

Recordé mi primer cumpleaños junto a los chicos... junto a él.

Flashback

— ¡Oh yeah, Jin hyung, hoy es tu cumple! ¡Celebraremos como se debe! ¡Wuuuu! —gritó Hoseok emocionado por el compartir que organizaron.

—Chicos, no esperaba esto. Sin duda son los mejores —respondí agradecido por la sorpresa de mis amigos.

—Jin, sabes que te queremos mucho, es lo mínimo que podíamos hacer, ¡ahora sí a disfrutar! —Saltó hacia el equipo de música y empezó a bailar.

Los chicos prepararon mis comidas favoritas junto a una decoración de Mario Bros por toda la casa. Esto es realmente especial para mí.

Estoy muy agradecido con ellos.

—Los amo, chicos. BTS es lo mejor que me ha pasado en la vida. Tengo 6 hermanos que nunca esperé tener. Son todo para mí. —Las lágrimas empezaron a resbalar por mis mejillas debido a la adorable acogida.

—Oh, Jin, nosotros también te amamos... No llores. — Namjoon me consoló brindándome una confortable abrazo.

—Jin, Monster tiene razón... Ahora no estropees tu hermoso rostro y comamos, que se enfría —habló nuestro adorable Suga ansioso por la cena.

—¡Suga! —gritó Jimin y a la vez golpeó la cabeza del rapero— ¡No le hables así a hyung!

—¡Mocoso, ¿cómo te atreves a golpearme?!

Suga corrió tras Jimin por toda la casa. Nosotros nos quedamos observando y riendo ante sus juegos.

—Ya, chicos, vengan a comer —ordenó nuestro líder al ver que la carrera no terminaba.

—¡Este niño tiene que aprender a respetar a su hyung! —contestó Suga y atrapó a Jimin, quien se distrajo con la voz del líder.

—Suga, no me hagas cosquillas. —dijo Jimin entre carcajeos ruidosos.

—Ya, niños, dejen de jugar y vengan a comer —Finalmente hablé yo. Tae y Hope estaban aprovechando que ellos jugaban para quitarle pequeñas porciones a sus comidas.

—Ok —respondieron al unísono.

Estábamos disfrutando del delicioso buffet, cuando Jungkook pidió la palabra en la mesa.

—Bueno, Jin hyung, yo... tengo un regalo para usted.

—¡Aww, Kookie! —Todos murieron de ternura al ver a nuestro tímido maknae hablar de esa forma, hasta yo lo hice.

—¿Kookie, cuál es?

—Esperen un momento.

Jungkook fue corriendo a su habitación y trajo consigo una torta grande de todos los personajes de Mario Bros, sombreros del mismo videojuego y una casaca.

Me levanté de inmediato al ver que no podía sostener todo a la vez y lo ayudé a cargar los regalos. Él me sonrió en agradecimiento.

El menor colocó la torta en la mesa y entregó a cada uno los gorritos que preparó para el cumpleaños.

—Jin hyung, compré esta chaqueta de colección de Mario Bros para ti, me costó conseguirla es que... —No esperé a que continuara, lo que hizo conmovió a mi corazón.

—Muchas gracias, Kookie, ¡me encanta!

—Oh, hyung, que lindo que te haya gustado. —Sonrió mostrando su adorable sonrisa de conejo.

—¡Que lindos! —gritó Hoseok con voz aguda.

—¡Tan adorables juntos! —Tae se unió a los halagos.

— ¡Ok, princesa y su príncipe, hay que comer! —Suga cortó el momento nuevamente como hace unos minutos.

Kook y yo, completamente sonrojados, fuimos a sentarnos.

Fin fashblack

Desde ese momento nacieron sentimientos diferentes hacia Kook, estos que ahora están destruidos por él mismo.

Seguía recordando los momentos felices que tuvimos hasta que escuché a Jimin gritar por ayuda. Me levanté de inmediato, fui hacia el llamado y lo encontré llorando.

—¡Hyung! ¡Jungkook está ensangrentado y no despierta!

Fui corriendo hacia la habitación del menor, al ver la escena quedé congelado, las sabanas de Jungkook estaban bañadas de sangre.

Reaccioné con el corazón a mil por hora, lo cargué y fuimos hacia el auto para llevarlo al hospital. Al llegar se lo llevaron a emergencias.

El médico, después de un largo rato, vino a decirnos que Kook tuvo grandes pérdidas de sangre, así que por ahora debe descansar. Le pedí si podía entrar a verlo, dijo que sí. Dejé a Jimin solo en la sala de espera, estaba más calmado.

Llegué a la habitación de Kook y lo vi recostado en aquella típica camilla de sabanas blancas. Me acerqué y tomé su mano con delicadeza sin levantarla.

—Kookie, bebé, ¿por qué lo hiciste? No debes hacerte daño, mi pequeño, hyung debió protegerte. —No pude reprimir mis lágrimas al verlo en ese estado.

Me levanté para retirarme, pero su suave y triste voz me detuvo.

—Lo siento, hyung.