1- Mente podrida.

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POV'S Lia.

Dos largos años en los cuales mi vida se baso en una tristeza inmensa y por momentos en felicidad. El primer año sin Ross fue duró, más que estuve en el hospital psiquiátrico combatiendo por dejar la depresión, el segundo año fui mejorando con la ayuda de Rich.
Pero cambie, comencé a fumar, a beber, a pelear, a drogarme. Me sentía bien haciendo todo eso, era una manera de olvidar a todos por minutos, horas e incluso días. Rich era mi mejor amigo, pero siempre nos dábamos besos o actuábamos como novios. La ausencia de Ross era tan dolorosa que cuando besaba a Rich era como si besará al mismísimo Ross.

— ¡2000 mil dólares!—grité y seguido reí. Había triunfado está noche— bueno trato es trato, he ganado. Exijo mi dinero.

Los chicos me extendieron todo su dinero en la mesa y sonreí victoriosa. Le susurré a Rich que guardará todo el dinero y así lo hizo. Era buenísima jugando cartas. Inhale mi cigarro y luego lo tiré para aplastarlo. Los chicos solo me veían curiosamente, eran de fiar, y venga que estaban guapos.

—Mi chaqueta por favor.—le dije al camarero que estaba a mi lado—bueno no se ustedes pero me he divertido. Sigan mejorando.
—Vaya Roth. Nunca pierdes, es muy fascinante.—hablo Dilan, un riquillo que siempre se la pasaba en el casino.
—Mi padre me enseñó desde pequeña, es una locura pero si.—afirme seriamente.
—Impresionante. Nos vemos señorita Roth, por cierto luce encantadora—murmuró un chico de mi edad más o menos.
—Gracias. Nos vemos pronto chicos, epale saludenme a sus novias. Y conste que he dicho novias, no zorras.

Los chicos rieron, el camarero me pasó mi chaqueta y Rich me la puso. Aquélla chaqueta me acompañaba en todo, me traía buenos recuerdos. Caminé directo a la salida del casino. Siempre venía los sábados, eso era de ley.

—Nena eres toda una ganadora—sonrió Rich mientras prendía un cigarrillo.
—Asegúrate de depositar ese dinero ala fundación. —seguí caminando y entré el auto con rapidez.
—Sabes que siempre depósito.

Todo mi dinero que ganaba en el casino, lo daba a fundaciones, sólo era un buen acto mío. Antes no sabía que hacer con tanto dinero,Rich decía que lo pensará. Y así lo decidí, nada mejor que dar dinero a fundaciones. Inclusive voy a las fundaciones aveces o yo personalmente entregó el dinero y no Rich. Me agrada tanto ver a los pequeños. Bajé del auto cuándo note que habíamos llegado a casa. Rich pasó su brazo a mi cuello y nos adentramos a casa. Hogar dulce hogar. Habían varias cartas tiradas en el piso, de seguro deberían ser de las admiradoras de Rich. Me senté en el sofá mientras me servía un vaso de tequila.

—Hmm exquisito.
—Nena.
—¿Qué ocurre?—note a Rich algo confuso, se recostó en el sofá de enfrente y se paso una mano por su cara.
—Te quieren ver pelear.
—¿Qué?—casi escupía mi tequila— de ninguna manera. Si lo mío no es espectáculo. Además aún me falta mejorar.
—Li habrá dinero, drogas, hmm chicos para ti nena. Piensalo, es en el callejón B321.
—Oh ¿ahí?—frunci el ceño.—me habían dicho que es el mejor callejón. Realmente me harían mierda.

No puedo caer. No pelearé, no peleó con cualquiera. Rich se acercó rápidamente hacía mi e hizo puchero. Y joder tenía un mejor amigo guapo.

—¿Cuándo será?—apreté los puños y suspire.
—Bueno la carta decía que el lunes.
—¿Me estás jodiendo Rich? De ninguna manera. Eh...yo... Tengo que ir al hospital psiquiátrico, ya sabes tengo cita.
—Lia, tú cita será la próxima semana y... No debes seguir fumando, ya te lo han dicho. Te aseguró que te regañaran por quinta vez.
—¡Fumar no me hace mal! ¡Ni mis otros vicios!
—Claro que si.—susurro Rich— pero bueno, ¿quieres pelear o no?
—Pues si.—dije no muy segura.
—No eres una cobarde ¿ o si?—le di un puñetazo—eso dolió maldita sea.
—Si iré a esa mierda. Oh y busca un buen gimnasio,quiero entrenar algo de boxeó.

Cambié por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora