30- Tortura.

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POV'S Lia.
Parpadee varias veces, mis manos estaban atadas, miré por todos lados y estaba en una habitación, sólo había una luz que me lastimaba los ojos, los hijos de puta me ataron a una camilla, me ardía todo y el corazón me latía fuertemente. Intenté safarme pero fue imposible, me iban a torturar.


—DÉJENME LIBRE.—grité fuertemente intentando safarme.

Escuché unos pasos y en eso la puerta se abrió, Stanley entró a la habitación, traía una chaqueta negra y un tapabocas, se acercó hacía a mi y me tapó la boca. Me pego cinta y empecé a patalear, no podía gritar ni nada pues la cinta ya se encontraba en mi boca,¡¡Maldito, maldito!!.

—Que empiece tu tortura.—sonrió—Enciende el aparato, uh, esta atrapada en un infierno que ella misma creó.

No sabía a quien le decía, entonces hice mi cabeza hacía atrás, ahí estaba un sujeto pero no podía mirarle la cara, un vidrio dividía la habitación y detrás del vidrio estaba ese hombre. Así que... Está era su habitación de tortura al parecer, me empecé a mover incontrolablemente, quería escapar, sabía que esta noche sufriría, pero no quería eso, ya estaba muy dañada físicamente y no necesitaba más dolor.

—Vamos a empezar cariño.—apreté mis puños, quería hacerlo mierda en éste instante.

U

nos aparatos empezaron a salir de la camilla, había una pinza, un electroshok, una navaja y una cadena. Asustada hice más esfuerzos por liberarme, pero entonces Stanley tomó el electroshock, lo acercó hacía mi piel y soltó una fuerte descarga. Empecé a temblar, el dolor que sentía era algo inexplicable.

—Hmm eres muy fuerte.—Stanley no tuvo piedad y siguió dándome fuertes descargas eléctricas en todo el cuerpo.

Apreté los puños y me aguanté. Los minutos pasaron y Stanley no dejaba de hacerme sufrir, ahora me daba golpes en la cara y no podía seguir resistiendo,el dolor me recorría por todo el cuerpo. Me estaba torturado de las peores maneras. Sentí la sangre salir por mi nariz, si me seguía golpeando no podría resistir más. Stanley sacó su navaja y
me recorrió todo el cuerpo con ella, dejándome heridas. Stanley me quitó la venda de mi boca y solté un grito de dolor.

—Shhhh, ya nenita.
—Por favor para.—le grité entré lágrimas.
—Te dije que primero tendrías que sufrir.... —acarició mi cabello y solo por que me tenía atada, si no, ya hubiera reaccionado golpeándolo—Pero falta algo más.

No entendía nada, ¿Qué más podría faltar?. Me desató de la camilla dejándome libre, pero no podía pararme, era imposible. Arrancó mi blusa de un solo jalón.

—¡No! ¡No! ¡No te atrevas a tocarme!— le grité.
—Imposible, estás bien linda.—lamió su labio inferior.

Sus ojos se dirigieron a alguna parte de mi cuerpo, miraba mi sostén...
Empecé a darle patadas, pero me sostuvo con fuerza, pasó su boca por mis pechos y luego apretó uno. Solté un grito y gracias a mis lágrimas mi vista estaba borrosa. Me quede tensa, de nada me servía gritar... Stanley apretó con mucha fuerza mis pechos para luego  besarlos,no paré de llorar, me sentía tan dañada. Miré mi pierna que sangraba, todo mi cuerpo estaba dañado.

—¡Por favor para!—le suplique sin dejar de llorar.
—Eres una perra.—gruño.

Me agarró del cuello y me empezó a asfixiar, apreté mis ojos e intenté quitar su asquerosa mano de mi cuello, pero finalmente me liberó. Empecé a toser y luego escupí sangre, mi boca se estaba llenando de sangre, me dio un puñetazo en la cara y dijo: " Es todo por hoy, fue una linda tortura ¿no?" no me límite a contestar, pues no podía. Y en mi propia sangre sentía que me ahogaba.

POV'S Rich.

Las camionetas ya estaban listas, puse mi capucha negra y ajuste mis armas en mi pantalón. Ross había olvidado por completo en el estado de salud que estaba, se veía igual de fuerte que siempre y ahora se esforzaba por caminar bien. Aunque en su rostro parecía dolerle los movimientos bruscos que hacía. Los 5 hombres y la chica, Sassy vendrían con nosotros, sería una difícil noche, pero no me iría sin buscar a mi mejor amiga. Me subí a la camioneta, pues yo manejaría, pero de pronto solo sentí una punzada en el pecho, no se que había sido eso pero realmente dolía. Ross entró al auto y me miró extrañado por mi reacción.

—¿Pasa algo? Si tienes algo puedes quedarte, en verdad Rich.—me dijo con cierta preocupación.
—No,no es nada.
—Ya estamos listos, vamos andado.—dijo Sassy entrando en la parte trasera junto con los demás, parecía una jefa, cosa que me dio risa.—Epale ¿Qué te ríes?
—Ohh nada, te vez tan curiosa dando órdenes.—rodo los ojos y luego me guiño el ojo.
—No te metas conmigo Rich, no te conviene.

Cuando estuvimos listos, arranqué el auto, dispuesto a todo. Ian venía con nosotros, aun que Grace se enojó un poco, cosa que realmente no comprendía. Todo estaba tan oscuro, un chico con ayuda de Sassy empezaron a rastrear el celular de Lia, pero por falta de señal no pudieron hacer nada. Pasamos por donde fue el 'secuestró' por así decirlo, había demasiada sangre, y había una mancha que formaba una mano, era una mano pequeña, era de Lia.

—Le hicieron daño... Ross mira eso.— le dije mientras detenía un poco la velocidad del auto.
—Oh no...

POV'S Lia.

—¡Sueltame, sueltame!— grite cerrando los ojos.
—Soy tan malo contigo.—escupi sangre e inhale rápidamente. Stanley me estaba haciendo mucho daño.

Stanley me tenía agarrada del cabello mientras hundía mi cabeza a una cubeta llena de agua. Esta vez yo hundí mi cabeza, el dolor que sentía no se comparaba a nada.

—¿Qué mierda haces idiota?—gritó mientras sacaba mi cabeza.
—¡Matame ya! Pero por favor no sigas...
—Vamos a tu habitación de prisión, alguien te llevará una pomada y te vendaran, ponte fuerte por que mañana sera peor.—apretó mi cara y roso mi cuello con sus asquerosos labios.

Asentí y me quedé inmóvil. Tenía mucho frío y estaba temblando, mi cuerpo estaba lleno de sangre y tenía más heridas, había sufrido mucho por hoy... Realmente no soportaría más. Me llevo ala "Habitación de prisión" y me tiró como si fuera un animal, eso hizo que me lastimara más. Cerró con candado y se fue. Unas señoras entraron más tardé para poder curarme un poco, vaya... Aquél hombre anterior me trajo solo una manzana para comer, me puso una venda en los ojos y me dejó amarrada en una silla.

—Dormirás así. Órdenes de Stanley.—musito y seguido de eso, solo escuché como cerraba la puerta.

Solo suplicaba que Ross viniera por mí... Lo necesitaba. La noche fue muy larga, no pude dormir por temor a que Stanley me hiciera más daño. Solo me quedé ahí sin hacer nada, hundida en mis pensamientos y con el dolor que en mi cuerpo llevaba.

Cambié por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora