Capítulo 5

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-¿Qué haces aquí? –el tono de Yoongi demostraba que estaba molesto, seguro por pensar que los había espiado.

-Ahogándome -traté de reir en medio de la tos- ¿no van a ayudarme?

-Que... ¿Qué escuchaste? -Tae se acercó a mi con la preocupación resaltada en su rostro y golpeó suavemente mi espalda para ayudarme a respirar.

-¿Escuchar? Vine por una bebida y el frio atacó mi garganta. No creo haber escuchado nada.

El rostro del menor se llenó de miedo y la sonrisa ladina de Yoongi me hacia ver que él no me creía.

-¿Seguro... Hyung?

-No sean paranoicos -sonreí y puse mi mano sobre el hombro de Tae para calmar su tensión- si hablaban sobre algún asesinato, les aseguro que no escuché a quién.

-Entonces ¿qué quieres? -me cuestionó el mayor con una expresión dura en el rostro.

-Pensé que podíamos ir juntos a encontrarnos con los chicos, por eso me acerqué –les di una sonrisa franca y el pequeño soltó un ligero suspiro.

Ahora entendía porqué Tae últimamente actuaba así. Estoy consiente que estaba mintiendo al fingir no escuchar nada, pero creí que lo mejor era hacerlo de esa forma para evitar la incomodidad de él.

-Yo no te creo nada, eres terriblemente malo mintiendo -susurró Yoongi.

Lo ignoré pasando mi brazo por los hombros de Taehyung y caminamos hasta que llegamos con el resto de los chicos.

Continuamos juntos durante todo el día y subimos a los juegos, incluso a los de altura que me daban ansiedad. Nada había cambiado para mi y quería hacerselo saber a Tae.

"También tienes mi apoyo Taehyung, aunque no me hayas buscado a mi para hablar"

Eso era lo que quería reflejar, aún si eso implicaba tener que subirme a los juegos de todo el lugar.

Pasó el tiempo y la verdad sobre sus sentimientos no tardó en relucir. Como era de esperarse los chicos aceptaron la confesión y nada cambió, éramos amigos y siempre nos apoyaríamos en lo que fuera, eso lo sabía muy bien.

Tae, ahora actuaba más relajado, ya no tenía que ocultar nada y eso lo hacía notablemente feliz. Él nunca dijo que estaba enamorado de uno de nosotros, eso si no, pero no importaba si solo Suga y yo sabíamos que le gustaba Jungkook.

Su usual vibra alegre volvió y me encantaba, su alegría causaba en mí una gran emoción, me sentía como un niño pequeño imitando lo que él hacía, si reía o si lloraba, si se emocionaba o se sorprendía... era como si yo sintiera lo mismo y no lo podía evitar.

Incluso la actitud de Kook cambió, dejó de pegarse a mi todo el tiempo y ahora hacia bromas por doquier junto con V. Jin quiso matarlos (literalmente) un par de veces, pero el ambiente se relajó.

Todo iba bien hasta que intenté jugar con Jungkook, él me rechazó y poco después también lo hizo Taehyung. Pasaban mucho tiempo juntos y me ignoraban cada vez más, era como si yo fuera el excluido de todo, me sentí torpe porque desde un principio yo fui el que los quizo juntar.

Hubo más de una ocasión en que Kook tomaba de la mano a Tae haciendo mi sangre hervir y, por si fuera poco, ver cómo Tae le sonreía al maknae, me ponía mucho peor.

Pasaron los días y la diversión en total libertad llegó a su fin, era nuestra última noche en la cabaña y Rapmon se había ido por la tarde a arreglar algunos asuntos en la empresa para volver bien.

Aproveché la oportunidad de que Rapmon no estaría en la última noche y le pedí a Jin y Jimin que me dejaran compartir habitación con ellos, ya no podía con la cantidad de cosas que habían en mi mente y el montón de sensaciones que estaba experimentando en mi interior.

A la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora