Ni Tae ni yo queríamos regresar a casa tan pronto pero teníamos que irnos. Caminamos hacia el auto y vi que ponía cara triste.
-¡Oh por dios! –grité asomándome al interior del auto- ¡no tiene gasolina!
-¿Qué? ¿Cómo se terminó?
-Anoche manejé durante kilómetros, eso debió agotar el tanque.
-Déjame ver -se acercó a mi pero lo detuve saliendo del auto y cerrando la puerta.
-Mejor avisemos que no podremos llegar, al menos no por ahora -tomé su brazo y lo aleje de ahí.
-¡El manager nos matará! –subió sus manos hasta su cabeza mostrando preocupación.
-Se lo explicaré, no te preocupes. Le diré lo que pasa y él entenderá –sonreí y eché las llaves en mi chaqueta para poder hacer un par de llamadas.
-Espérame aquí ¿sí? -Tae asintió dando un suspiro. Caminé en busca de señal e inicié las llamadas.
Hablé con el manager y los chicos para que no se preocuparan y después regresé a donde estaba mi amor.
Lo encontré sentado en el césped, tenía la cabeza mirando al cielo y con su mano protegía sus ojos del rayo de sol. Me senté en silencio junto a él y vi cómo la luz remarcaba la silueta de su rostro, pasaba por su cabello bajando por su nariz y llegaba hasta sus pequeños labios.
-Que guapo eres –dije en voz baja sin quitarle la mirada de encima y él volteo a verme con una enorme sonrisa.
-Mentiroso... -agachó la cabeza tímidamente.
-Oye... -tomé con mi mano su barbilla para elevar su rostro- me encantas.
-Y tú a mí -respondió dándome un leve beso en los labios.
Era tan adorable, ansiaba pasar el día entero con él.
-Vamos -tomé su mano- estaremos aquí un buen rato, exploremos.
-¿Explorar? -respondió levantándose sin soltar mi mano- ¿Y el manager? ¿Qué pasa si nos perdemos? ¿Qué...
Puse mi dedo sobre sus labios para que guardara silencio y le sonreí- No te preocupes por nada ¿de acuerdo?, este día será solo para ti y para mí, será nuestro -lo jale hacia mí para poder abrazarlo de lado y empezamos a caminar.
Pronto nos encontramos con un pequeño pozo a mitad del bosque. Las flores crecían a su al rededor y a en los costados dos enormes arboles permanecían firmes, como si lo estuviesen custodiando.
-¡Un pozo de los deseos! -corrió emocionado.
-¿Deberíamos pedir un deseo? –me acerqué abrazándolo por la espalda.
-¿Puedo? –sonrío enormemente.
-Creo que tengo un par de monedas aquí... -busqué en mi chamarra y saqué un par de monedas. Tae tomó rápidamente una de ellas y cerró los ojos poniéndose de espaldas al pozo.
Esperó unos segundos y lanzó la moneda...
-¿Qué pediste? –pregunté curioso y Tae negó con la cabeza.
-Eso no se dice –habló burlón.
-Bien... -le enseñé la lengua- no quería saber de todos modos.
Él volvió a sonreír y me puse de espaldas antes de pedir mi deseo, cerré los ojos y apreté con fuerza la moneda en mi puño. La lancé y casi de inmediato llegó al fondo del pozo.
-¿Qué pediste? –me miró ansioso.
-Eso no se dice –contesté imitando su voz y él hizo un puchero.
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A la luna
Fiksi PenggemarCuando Jungkok, Taehyung y Hoseok comienzan a sentir atracción el uno por el otro, surgen los problemas, porque a nadie le gusta ser rechazado y rendirse, para ninguno de ellos, es una opción.