-No... no es nada -estiré la orilla del pantalón para cubrir mi pie, la venda que lo envolvía tenía una enorme mancha roja.
-Vámonos -se levantó y caminó hasta estar frente a mí- te llevaré al médico.
-Vuelve a sentarte, descansemos un poco y después vamos a casa -di golpecitos sobre la banca- ni siquiera me duele.
Me miró torciendo la boca y con ojos amenazantes se puso en cuclillas frente a mí- no te duele eh... -susurró y puso su dedo sobre mi tobillo haciéndome pegar un grito de dolor.
-Bueno, quizá si me duele un poco –reí nervioso, él frunció el ceño y sin levantarse se volteó jalando mis manos hacia su cuello.
-Sube -exigió tirando de mis brazos- te llevaré por las buenas o por las malas.
-¿Me vas a cargar? –volví a reírme, yo pesaba más que él, si me subía en su espalda terminaría lastimándolo.
-¡Hazlo mientras lo pido por las buenas! -se quejó sin cambiar su posición.
-Tae... ¿ya no te sientes mareado verdad? -sospechaba que el efecto del alcohol se había ido de su cuerpo desde hace mucho.
-¡No me cambies la conversación! -se levantó de golpe y se volteó para mirarme fijamente. Le sonreí y su expresión furiosa cambió en un dos por tres.
-No es nada, seguramente la venda se aflojó y el raspón que tenía hizo que se manchara de rojo.
-¿Estás seguro? –su mirada reflejaba preocupación- no quiero que te pase nada malo.
-Estoy bien -me levanté apoyando el pie y, aunque sentí dolor, le ofrecí una cálida sonrisa.
-Cuando sonríes tanto, lejos de tranquilizarme me pones más nervioso -hizo un puchero viendo al piso- también me preocupas... hyung.
Una brisa helada pegó contra nosotros, avisando que ya era tarde, Tae estaba sobrio así que lo convencí de regresar a casa. Me obligó a tomar un taxi junto con él para que no caminara y al llegar lo vi quedarse estático frente a la puerta principal.
-¿Y si manager vino para suspenderme? -miraba sin parpadear.
-Entonces también me va a suspender a mí -me coloqué a su lado y lo tomé del hombro- entremos, es tarde y quizás ya hasta se fue.
Asintió con la cabeza y buscó mi mano para tomarla, traté de librarme de su agarre y él me apretó con más fuerza -por favor, tengo miedo- suplicó con su mirada sobre mí.
-Bien, hagamos esto juntos -tiré de él con seguridad y subimos en el elevador.
Busqué las llaves en la bolsa de mi pantalón, metí la indicada en la cerradura y comencé a abrir lentamente. Sentí una risita en mi oreja y voltee para ver a Tae riéndose.
Momentos antes tenía miedo ¿Y ahora se reía?
-Debieron irse a dormir, ya no hay nadie -susurré al ver todas las luces apagadas- caminemos sin hacer ruido.
No tardé mucho en decir eso cuando sentí algo resbaloso que casi me hace caer, como Tae me mantenía tomado de la mano no logré golpear el piso pero si causé que se riera más al ver mi expresión de susto- Pequeño torpe –reclamé burlón y empecé a reír por las cosquillas que me hacía con su mano libre.
-Shh, cállate... shhh -decíamos entre risas y continuamos caminando.
-Deberíamos encender la luz -sugirió después del quinto tropezón.
-No quiero despertar a nadie -caminé un poco más, estaba seguro de que ya íbamos a llegar al pasillo de las habitaciones.
En ese instante su celular comenzó a sonar, lo sacó de inmediato de su bolsillo y lo silenció, volteó a verme con una sonrisa traviesa y yo solo le negué con la cabeza.
La luz del móvil iluminaba nuestros rostros, pero a lado de Tae había alguien más con una sonrisa de lado, mis ojos se abrieron enormes y V volteó con lentitud en la misma dirección que yo.-¡Ahh! -gritó al ver aquella persona a su lado.
-¡Ahhh! -grité el doble por su reacción.
-¡Cállense! –Jin nos tomó de las orejas- ¿creen que estas son horas de llegar?
-¡Ah hyung! -se quejó Tae y las luces se encendieron mágicamente.
-¡Silencio! -gritó Jin, parecía molesto- ¡no quiero que despierten a los demás!
-Pero tú estás gritando -reí con gesto de dolor cuando apretó más mi oreja.
-¿No estabas enfermo? ¿Acaso enloqueciste? –empezó a reclamar y volteó hacia Tae- Y tu... ¿En qué pensabas? ¿Qué hubiera pasado si se desmaya eh?
-¡ah hyung! ¡basta! -Tae se jaloneó soltándose de su agarre y rápidamente me tomó de la mano para liberarme también.
-¡Lo sentimos! –hizo una reverencia y me llevó hasta la habitación.
-¡No se escaparan tan fácil! -gritó el otro caminando hacia nosotros.
-¡Cierra la puerta! ¡nos golpeará! -reí y puso el seguro. Jimin ya estaba completamente dormido así que contuvimos las risas para no despertarlo.
-Mañana nos levantamos temprano y hacemos la limpieza -dije a Tae con la mirada fija- eso calmará su enojo.
-Está bien -accedió desganado- pero tiene razón, no debí hacerte correr, ahora tu pie sangra.
-Ya te he dicho que no es nada -negué con la mano y él me ignoró acercándose al botiquín de emergencia que teníamos en el armario.
-Acuéstate -ordenó sosteniendo agua oxigenada, gasas y una nueva venda.
-No es necesario -repliqué y me miró de forma tan intimidante que terminé recostándome como quería.
-Tomó suavemente mi pie y sentí un choque eléctrico tensar mi pierna, quitó la venda manchada con mucho cuidado para no lastimarme y tras limpiar la sangre cubrió mi herida de nuevo.
-No tenías que hacerlo -susurré.
-Tenía -sonrió- ahora puedo dormir tranquilo.
-Gracias -suspiré y me acomodé en la cama estirando mis brazos a los lados. Sin esperarlo, se recostó sobre uno de ellos y me abrazó con sus ojos cerrados -Tae...
-mhhh -contestó enterrando su cabeza en mi costado.
-¿No vas a dormir?
-Eso pretendo, pero no dejas de hablar.
-¡oh! -reí disimuladamente- pues lo siento.
-Hobi...¿me perdonas? -apretó con fuerza su agarre, como si tuviera miedo.
-No fue tu culpa, no sabíamos que el manager vendría -traté de tranquilizarlo.
-No... no por eso -su voz salía con timidez- yo lamento todo lo que te hice, me arrepiento de lastimar tu corazón y gritarte tantas veces, lamento no estar contigo cuando lloraste por tanto tiempo, me arrepiento de no abrazarte antes, lamento no ser capaz de hacerte feliz y lamento ser un estúpido.
-Hace mucho que te perdoné... pequeño -pasé mi mano sobre su espalda y lo acerqué a mi sintiendo humedad en mi costado, aunque no lo viera sabía que estaba llorando.
-¿Me quieres? -preguntó con un bostezo, bajé la mirada y lo vi cerrar los ojos.
-Si -admití- de aquí a la luna.

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A la luna
FanfictionCuando Jungkok, Taehyung y Hoseok comienzan a sentir atracción el uno por el otro, surgen los problemas, porque a nadie le gusta ser rechazado y rendirse, para ninguno de ellos, es una opción.