Capítulo 7

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-¿De qué se trata? -se vio interesado y me pareció que se comenzó a relajar.

-Primero promete que después de que yo te lo diga tú también me contarás -levanté mi meñique para sellar la promesa.

-Trato hecho -asintió entusiasmado y juntó su meñique con él mío.

-Bueno... la cosa es que hace tiempo me gusta mucho una persona. Para ser preciso, un chico, uno de nosotros...

-¿Uno de nosotros? ¿Quién es? -sonrió y comenzó a acercarse más.

-Es... Hoseok hyung, me gusta mucho él -no contuve mi alegría al poder sacar lo que me había guardado por tanto.

-¿Ho... Hoseok? -por su expresión me parecía que no se lo podía creer.

-Escuchaste bien, estoy interesado en nuestro hyung -lo recalqué mordiendo ligeramente mi labio.

Él no dijo nada después, por un par de minutos tan solo se quedó viendo al vacío como si buscara tener una adecuada reacción.

-Esto debe ser una gran sorpresa para ti pero -puse mi mano sobre su hombro y dirigió su vista hacia mí- me alegra poder compartir mis sentimientos contigo.

-Es un poco inesperado ¿sabes? -comenzó a hablar de nuevo e intentó sonreir.

-¡Y eso no es todo! -brinqué alegremente en el mismo lugar- anoche, sin querer, escuché a Hobi hyung confesarle a Jimin que le gusta un chico.

-¿Qué? ¿Estás seguro de lo que escuchaste? -se acercó a mi queriendo saber más.

-Sí, muy seguro. Eso me ha dado una esperanza y una oportunidad para hacer algo.

-¿Hacer algo?

-Confesarle mis sentimientos, por ejemplo -mordí mi labio con emoción- que él me aceptara sería genial.

-¿No crees que vas muy rápido? -su voz sonaba a incredulidad.

-Ya no quiero esperar más.

-Pero... ¿Qué pasa si lo que sientes es pasajero? ¿Y si llega alguien más que quiera estar contigo?

-No es nada pasajero. Hace un buen tiempo que llevo sintiendo esto y, siendo realista, rechazaría a cualquier otro, yo solo quiero estar con él.

-Bien, entiendo... -de nuevo miraba al vacío, creo que estaba evadiendo el hecho de que ahora le tocaba a él.

-Pero... no nos desviemos, ahora es tu turno. Prometiste decirlo después de mí -lo señalé.

-Ah... -dijo rascándose la cabeza- supongo que lo mío no es tan sorprendente -relamió sus labios y prosiguió- verás... últimamente le temo a las alturas, por eso aquel día no quise subir a la montaña rusa y eso me tiene un poco inquieto.

-¿Eso es todo? -hablé insatisfecho- ¿Qué tenía de difícil decir que te asustan las alturas?

-Sigo siendo mayor que tú, es vergonzoso -rio levemente.

-Vaya, no me arrepiento de haberte contado todo pero, esta confesión tuya no era lo que esperaba -reí y crucé mi mano sobre sus hombros.

-Supongo que ambos nos decepcionamos -suspiró y avanzó para salir del parque al fin.

Regresamos a la cabaña y no tardamos mucho en salir, subimos todas nuestras cosas en la camioneta y nos despedimos alegremente del encargado del lugar.

Hobi iba manejando así que no tuve oportunidad de irme sentado a su lado, pero no importaba mucho, ya había decidido confesarme y ganarme su corazón, solo debía esperar a que regresáramos a casa.

Pasaron un par de horas y cuando llegamos nos informaron que enseguida empezaríamos de nuevo con nuestras actividades grupales, nos dieron horario para los ensayos y solo hasta la noche pudimos ir a descansar un poco.

-Tengo hambre -exclamó Jin hyung mientras entrabamos todos al dormitorio.

-Siempre la tienes -dijo bromeando NamJoon.

-Vamos, no me digan que soy el único.

-¿Qué tal si pedimos pizza? -sugirió de inmediato Yoongi hyung

-¡Si! ¡Excelente idea! -exclamamos todos.

-Bueno, entonces entremos a dejar nuestras cosas y llamaré para pedir un par de pizzas.

Todos estuvimos de acuerdo y entramos a las habitaciones, Jin junto a Yoongi hyung, Hobi con Jimin y Tae, y yo con NamJoon hyung.

Dejamos las cosas y después nos reunimos frente al televisor.

-Van a faltar las bebidas -dijo de repente Hobi hyung- iré por algunas a la tienda.

-¡Yo te acompaño! -le sonreí acercándome a él con emoción.

Hizo una mueca de incomodidad que me hirió, pero prefería pensar que no lo hacía a propósito y que su lejanía y frialdad eran solo porque ya no tendríamos mucho tiempo para descansar.

-Hyung... ¿Estás molesto conmigo? -me animé a preguntar mientras caminábamos hacia el minisúper.

-¿Yo? -lentamente fue acercándose a mí y pasando su brazo sobre mis hombros me sonrió- ¿Por qué razón lo estaría?

-Es que... siento como si mi presencia fuera molesta.

-Lo siento -se detuvo frente a mí- no quiero que vuelvas a sentirte de esa manera ¿está bien? - sonrió de nuevo y sentí que el color subía por mis mejillas; tenerlo de frente y tan cerca me estaba poniendo nervioso -tengo mis razones para todo lo que hago y a veces por eso puedo actuar raro, no lo tomes tan personal y dejes que te afecte.

-E... está bien -tartamudeé y continuamos caminando.

-Te compraré algo como disculpa por hacerte sentir de esa manera -tomó mi brazo y me jaló efusivamente hacia la tienda.

-No es necesario -alcance a decir mientras cruzábamos la puerta del local.

-¡Silencio! -puso un dedo sobre mis labios- mira esto... -tomó un dulce de nutella con forma de helado y lo puso frente a mí- este es perfecto, te gustará.

Sonreí ante aquel gesto y acepté el dulce. Enseguida lo ayudé a elegir las bebidas y nos dirigimos a la puerta notando que había comenzado a llover.

-Esto es increíble -exclamó impaciente- ¿Ahora cómo volvemos?

-Podríamos... compartir un taxi a casa -sugerí.

-Si, ¡eso es! Muy bien pensado Kookie -revolvió con su mano mi cabello y provocó una enorme emoción en mi.

-¡Vamos! -tomó mi mano y corrimos juntos hasta la parada que estaba justo al frente de la tienda. Mi corazón comenzaba a latir rápidamente.

A pesar de que no fuimos muy lejos nuestras ropas se habían empapado con la lluvia que caía sin cesar.

Voltee a ver a Hobi mientras hacia la parada al taxi y sin quererlo, pude apreciar como una gota de lluvia bajaba por su mejilla, atravesaba su cuello y se introducía en su pecho por debajo de su camisa empapada.

Noté que se marcaba la silueta de sus pectorales por sobre su camisa y mi cuerpo entero se empezó a tensar.

Regresé la vista a su rostro y no pude evitar posar mi mirada en sus labios, se veían tan suaves que besarlos sería la gloria.

Él volteó sonriente mientras el taxi se paraba frente a nosotros y sentí como si una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo.

A pesar de que mi ropa también estaba empapada, no podía sentir nada más que calor y de momento, sentí la necesidad de confesarme...

A la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora