Capítulo 37

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-¡Despertaste! -exclamé muy bajo sin poder creerlo pues su sonrisa fue un sentimiento que golpeó fuerte mi pecho. Dejé que las lágrimas salieran sin más remedio y entre sollozos le supliqué que no fuera un sueño.

-Ya no llores pequeño -suplicó acariciando con ternura mi pelo- estoy aquí, contigo y no volveré a alejarme.

Su abrazo cálido, lleno de afecto, me dio la tranquilidad que mi corazón llevaba tiempo exigiendo.

-¿Vamos a casa hyung? -recosté mi rostro en su pecho.

-Vamos a casa Tae -suspiró moviendo su cuerpo.

Su brazo pasó por debajo de mí para abrazarme y las luces que se atenuaron con la pesadez de mis ojos me permitieron, por primera vez durante ese tiempo, dormir tranquilo...

-Taehyung... -lo sentí mover mi hombro- Taehyung... -repitió hasta que abrí los ojos.

-¿Qué sucede? -bostecé estirando mis brazos y golpeando ligeramente la boca de quien tenía enfrente.

-Tss -se quejó- ¡Quiero que te hagas responsable!

-¿Uh? ¿Responsable de qué? -continué enfocando mi vista al frente.

-Me lastimaste aquí -señaló sus labios- soluciónalo.

-Lo haré -reí maliciosamente y me acerqué a ellos dispuesto a besarlos.

-¡Hoseok, despertaste! -Namjoon hyung entró de repente y caí de la camilla por la sorpresa.

-Lo hice -contestó sonriente y estiró el brazo para ayudarme y levantarme.

-¿Cómo te sientes? -se acercó a tocar su frente.

-Mucho mejor -suspiró y entrelazando los dedos de su mano con la mía, terminó de levantarme- sé que tengo un gran apoyo.

Me sonrió constantemente y esperamos la llegada de la doctora. Aunque, Hobi permaneció en el Hospital un par de semanas extra yo lo visitaba a cada rato y más de una vez metía a Makki de contrabando.

Después de un tiempo alfin fue dado de alta y nos entregaron una lista de cuidados específicos que debíamos seguir una vez que estuviéramos en casa.

Tomé la lista y comencé a revisarla- Esto es fácil... esto no sé cómo se hace pero preguntaré y... si, esto sin duda no sé cómo hacerlo pero lo voy a aprender -leí en voz alta.

-Todos vamos a cuidarlo -sonrío Jin mientras PD Nim hacia los últimos arreglos para irnos.

-Lo sé, pero yo lo cuidaré más que nadie -reí y continué leyendo.

-¿Nos vamos? -un guapo Hoseok sonrió y vi que ya no tenía la ropa del hospital puesta.

Los pantalones negros y entubados que traía eran sus favoritos y la blusa blanca que usaba y dejaba ver sus brazos a mí me fascinaba. Él tan solo sonreía y sé, que sin importar el tiempo, esa sonrisa siempre me fascinaría.

Bajamos al estacionamiento y subimos al auto, los chicos platicaban haciendo reír a Hobi y le preguntaban constantemente como se sentía. Estábamos camino a casa y ya casi me aprendía todo lo de la lista.

-¡Llegamos! -exclamó Rapmon aparcando el auto.

-Te ayudo a bajar -reaccioné presuroso hacia Hobi y le ofrecí mi mano. Él la aceptó impaciente y caminó justo a mi lado.

Subimos en el elevador y muy pronto llegamos a nuestro piso.

-¡Hyuuuuuuuung! -gritaron a lo lejos.

-¡Jimiiiiin! -imitó Hobi cuando lo vio corriendo hacia nosotros.

-¡Te extrañamos! -dijo colgándose de su cuello y repartió besos por todo su rostro.

-No te cuelgues -pedí empujándolo.

-¡Bien! pero hasta Yoongi te extrañó -repitió animoso.

-¿Yo? -se auto señaló saliendo de la cocina- para nada, tenía hambre e iba a prepararme un sándwich, no sabía que llegarían en este momento.

-¿Ni si quiera un poco? -preguntó Hobi decepcionado y lo llevé hasta el sillón.

-Ni un poquito -sonrió el otro y caminando hacia Hope lo rodeó con sus brazos.

-Nada más no lo aprietes muy fuerte -intervine separándolos- la doctora dijo que debíamos cuidarlo.

-Parece que tu enfermera personal es un poco celosa -musitó Yoongi muy cerca de su oído como si no pudiese escucharlo.

-La verdad es que todos te extrañamos -sonrió Jungkook llegando a la sala y con claras intenciones de abrazarlo.

-¡Bueno ya! -grité de repente- Hobi tiene que descansar.

-¡Uhh! que gruñón eres -rio ampliamente y en un gesto de defensa le saque la lengua.

-Bueno -exhaló- que descanse y más tarde hablamos.

-¡Si! -gritó Jimin y tomó de la mano a Hobi para ayudarlo a levantarse -más tarde comeremos pizza y debes estar aquí.

-Por ahora no puede comer pizza -aclaré recordando el punto número ocho que hablaba sobre su dieta momentánea.

-¿No crees que exageras? -Hope me hizo un puchero- ¡solo será una rebanadita!

-No, ni una rebanadita, ni una probadita, ni nada -continué con firmeza y lo guíe al cuarto.

-Vamos Tae no seas amargado -rio mientras cruzábamos el umbral y cerraba la puerta dejando del otro lado a Jimin.

Tal vez parecía un poco amargado pero es que de verdad no quería que nada volviera a dañarlo. Encogí los hombros y negué con la cabeza esperando que me comprendiera.

-Lo hago por tu bien -tiré de su mano y lo guie hasta la cama- ¿te molesta tanto?

-Claro que no -aseguró apretando levemente mi agarre- me encanta que me cuides.

-Entonces déjame hacerlo -sonreí apartándome para buscar en el armario un pequeño estuche de porcelana.

-¿Y eso? -señaló el objeto- se ve muy frágil.

-Es mi corazón Hobi.

-¿Tu corazón?

-Si -tomé la tapa y la levanté lentamente para no romperla- contiene algo muy importante para mí- sonreí tomando una pulsera de plata que le había comprado hace tiempo. Me acerqué lo suficiente para tomar su muñeca y coloqué el pequeño obsequió en ella.

-Tú crees que... ¿podríamos intentarlo de nuevo? -susurré terminando de abrochar mi regalo.

-Yo creo que las segundas oportunidades son mejores -sonrió elevando su mano hasta mi barbilla para mirarme a los ojos- por eso de ahora en adelante tu para mí y yo para ti ¿de acuerdo?

-De acuerdo -sonreí acercándome a sus labios.

-¡Hyung pedimos pizza! -interrumpió Jimin de repente.

-¡Largo de aquí! -gritamos al unísono y Hobi le lanzó una almohada.

-¡Amargados! -sacó la lengua y abandonó la habitación completamente sonriente.

-Parece que lo hacen para fastidiarnos -reí por lo bajo y él me jalo suavemente para recostarnos en la cama.

-¿Puedes quedarte esta noche conmigo? -preguntó apoyando su frente contra la mía sobre las almohadas.

-¿Y a qué hora querrás que me vaya? -cuestioné irónico llevando mi brazo alrededor de su cuerpo.

-A las nunca en punto -suspiró cerrando los ojos y se acercó lentamente a mis labios para besarme.

A la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora