Capítulo 39

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Tomé un taxi y un par de horas más tarde ya estábamos atrapados en el inminente tráfico, suspiré dejando caer mi espalda sobre el asiento y comencé a juguetear con mis dedos sobre la ventana. El viaje que comúnmente duraría dos horas, se convirtió en un paseo de más de tres.

Bajé apresurado después de pagarle y entré al enorme edificio que estaba frente a mí, chequé la hora y eran las 10:30pm en punto, seguramente la tal Hye Ri ya estaría esperando a mi Hoseok.

Aunque el lugar tenía un espacioso recibidor, me llamó más la atención el tapizado que se encontraba en las paredes y el techo, pues eran figuras que simulaban estrellas y diversas constelaciones. El color era negro azulado y por la forma que tenían las puertas, parecía que si cruzabas por ellas entrarías a algún nuevo planeta.

-¡Taehyung! -escuché esa irritable voz chillona a mi espalda.

-Hye Ri -respondí dando media vuelta y viéndola directo a los ojos- eres justo a quién quería ver.

-¡Ven conmigo! ¡Ya es tarde! -se abalanzó hacia mí y tiró de mi brazo. Esa actitud tan melosa y de tacto me fastidiaba de ella, sobre todo cuando lo hacía con Hobi.

-¡No vine a jugar! -solté mi brazo de su agarre y su expresión parecía de susto.

-Uhh que rudo eres oppa -sonrió intentando ser tierna, lástima que conmigo eso no funcionaba- pero vamos que perdemos el tiempo.

-¡Hye Ri! -grité para que me dejará hablar y puso la mano sobre mi boca para callarme.

-Si gritas de esa forma, me meterás en problemas.

-¿Problemas? - mi euforia quedó de lado en ese momento y noté que traía puesto un uniforme similar a otras personas que portaban gafete- ¿trabajas aquí o algo así?

-Este es un lunario -sonrió nuevamente- y más bien soy la hija del dueño... ¿no te lo contó Hoseoki?

-No lo hizo realmente... -divagué antes de retomar mi postura de antes- pero, sobre el apodo que usas para referirte a Hoseok quiero decirte que no me...

-¡Luego me dices! –me detuvo al instante empujándome hacia enfrente- ¡se hace tarde!

-¡Pero es importante! -continúe resistiendo hasta que vi una silueta muy familiar dirigirse a la habitación a la que ella me guiaba.

-¡Entra! -susurró de repente y cruzamos la puerta con forma de media luna- te llevaré hasta tu asiento.

El interior era oscuro, similar a cuando entras en una sala de cine a media película y había otras cuatro mesas con gente alrededor de la mía. La enorme pantalla blanca frente a mis ojos comenzaba a proyectar una especie de película y no entendía nada.

-Ojala lo disfrutes -visualicé en su rostro una sonrisa.

-¿Quieres explicarme qué es todo esto? -sostuve su muñeca antes de irse y sin darme respuesta, puso un dedo en sus labios guardando silencio y me hizo una seña hacia la pantalla.

La sala se inundó de sonidos estelares y las imágenes proyectadas eran de una especie de viaje intergaláctico, había planetas y constelaciones enteras que fueron resaltando por su enorme belleza. Creía que nada superaría el ver algo como eso pero, ante el asombro de todos, el techo comenzó a moverse y se retractó dejando ver un hermoso espectáculo de lluvia de estrellas que se hacía presente en el cielo esa noche.

-Pide un deseo -escuché la dulce voz de Hobi susurrando en mi oído y sus brazos rodeando mi cuello mientras me abrazaba por la espalda.

-Planeaste todo esto ¿no es cierto? -sonreí sin despegar los ojos del hermoso espectáculo.

A la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora