Un corazón como el suyo

Capítulo 8: La reunión

Después de tocar la canción Mónica y yo empezamos a conocernos más y a descubrir como es el otro (ella me va cayendo cada vez mejor). 

A eso de las 4 de la mañana ella me dijo que se tenía que ir, me dió un beso en la mejilla y sin decir más se fué. Llegue a mi casa muy cansado, solo quería dormir hasta el otro día. Cuando abrí la puerta y pasé a la sala ví a Jops con Melisa durmiendo en el sofá por lo que no hice ruido y me fui a mi cama y de ahi no me levantaré en unas largas horas.

Desperté a eso de las ocho de la mañana, el sol resplandecía en todo el lugar, yo estaba cansado, no había dormido bien en días pero en realidad eso era lo que menos me importaba. Anoche la pasé increíble con Mónica, definitivamente, fue una noche mágica.

Me levanté de la cama (con bastante flojera cabe destacar) y fui al baño, al terminar fui a ver si Jops estaba despierto y si lo estaba...

—¡¡Vaya!! mira Mel, se despertó la bella durmiente -se burla jops-.
—Ya déjale amor -dice Melisa riendo-
—Buenos días amigo mío -me dice Jops-
—Buenos días chicos -les digo-
—Cuéntanos cómo la pasaste anoche amigote, te escuché llegar a eso de las 3 de la madrugada -dice Jops-
—¿Y tú qué hacías despierto a esa hora? -le dice Mel-
—Es que tus ronquidos no me dejaban dormir -le responde-
— ¡Ay cállate! -responde enojada-. Cuéntanos cómo te fue Axel.
—Bueno. Fui a los muelles que están cerca del puente Rivertside, Mónica y yo hablamos por horas, nos conocimos mucho más, ella es muy divertida -le respondí-
—¿En serio? ¿Que tenían de especiales los muelles? -me pregunta Mel-
—Ella me enseño un lugar muy especial -respondí sonriendo- un lugar donde suceden cosas mágicas.
—Si lo dices así, se deja para malpensar algunas cosas Ax -dice Jops mientras me sirve un plato de panqueques-
—No seas imbécil Josep -le respondo riéndome a carcajadas-
—Te noto una sonrisa que no veía en mucho tiempo Axel -dice Melisa-
—¿Una sonrisa? Yo estoy normal Mel -le digo apenado-
—Bueno ya, basta de cursilerías -interrumpe Jops-. Hoy tenemos una reunión con el representante a eso de las 3, ni se te ocurra faltar.
—¿Le avisaste a los demás? -pregunte-.
—A claudia no, ella estaba dormida -responde-.
—Bueno iré dentro de un rato a su casa para avisarle.
—Por mi, bien.

Los 3 hablamos un rato mientras desayunaba, Jops me hacía bromas por lo de anoche y su novia lo regañaba, yo lo único que hacía era reírme de esos dos. 

Al terminar de comer me fui a vestir para irme a casa de Claudia. Estaba de muy buen humor así que me puse mi ropa deportiva, mis auriculares a todo volumen y empecé a trotar a casa de Claudia.

De camino me topé con algunos amigos de la secundaria que me pidieron que les avisara cuando sera el proximo concierto, me quedé hablando unos minutos con ellos y continúe mi camino. Cerca de la casa de Claudia había una calle que no podía pasar porque le estaban haciendo mantenimiento por lo que tenía que tomar el camino más largo cosa que no me gustaba mucho porque varias personas me habían dicho que era peligroso pero ¿qué más da? no tenía otra opción.

Ya pasado todo el camino peligroso suena mi teléfono y era Bryan.

—Hablame Bryan ¿Que hay de nuevo? 
—¡Axel! Amigo mío
—¿Que pasa hermano?
—Te tengo que preguntar algo y espero que no te molestes...
—Ok, dime.
—¿Recuerdas a Alexandra?
—Si ¿Que paso con ella? -pregunto desconcertado- 
—Bueno. después de la cena, te dije que yo la acompañaría y bueno, intercambiamos números, empezamos a hablar y ella quiere salir conmigo hoy.
—¡Vaya! eso es bueno Bryan -le digo-
—El problema es que no quiero salir con ella si  te gusta...
—No Bryan ella no me gusta, sal con ella, tranquilo.
—¿Estás seguro de que no hay ningún problema? -pregunta emocionado-
—Seguro, sal con ella, que te vaya bien.
—¡Gracias! Nos vemos hoy a las tres de todas formas, cuídate -cuelga-.