Capítulo 6: Un paseo

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—Entonces, te llamas Axel -Dice Mónica riendo-
—Si,  hasta los momentos me llamo Axel -me rio-. Entonces tú te llamas Mónica ¿no?
—Si,  a menos que mi mamá me haya cambiado el nombre sin saberlo -reimos ambos-.  Pero ya,  no te lo había dicho en la cena pero es un gusto conocerte.
—¿Ya no es un poco tarde para eso? -risas- no mentira,  un placer conocerte Mónica,  esta vez sin tropezar.
—Esta vez sin tropezar... -Monica ríe-. Cuéntame algo ¿Que trato hiciste con tus amigos para que te ayudarán a llevar a tu amiga?
—¿Trato? -respondo nervioso-. Yo no hice ningún trato con ellos...
—Estabas nervioso, tú cara cuando tu novia aceptó irse con Bryan fue la que te delató -Sonrie Mónica-.
—Ella no es mi novia, es solo una amiga aunque eres muy atenta -me rio-. Para la próxima no tendrás tanta suerte.
—¿Habrá próxima? -me mira intrigada-
—Pues no lo sé, eso no lo decido yo.
—¿Entonces quien?
—No lo sé... ¿El destino?
—El destino... -Mónica se ríe-. Ven, vamos a caminar.
—Pero... ¿No te vienen a buscar? (Que pregunta tan estúpida, ¡yo por supuesto que quería ir con ella!)
—Digamos que yo también hice un "trato" con Claudia -monica sonrie-

Tengo que aclarar algo.  desde que vi la sonrisa de Mónica por primera vez fue algo espectacular, ahora que la veo más cerca y muchas más veces me doy cuenta de que la haré reír muchísimas veces, solo para ver esa hermosa sonrisa.

Mónica y yo nos fuimos del restaurante, yo no sabría hacía donde nos dirigimos pero me daba igual,  la estaba pasando genial con ella y no lo iba a arruinar.

Caminamos un rato,  en el camino charlamos y nos reímos mucho. Al llegar a nuestro destino, noté que era cerca del puente Riverside, un lugar donde puedes ver el lago Riverside  y el otro lado de la ciudad.

Yo vivía al oeste de portland, donde esta la gran ciudad, los centros comerciales y todas esas clase de cosas.

El este de Portland es todo lo contrario. Se pueden encontrar varios pueblos, el gran bosque Nathan y muchas otras cosas, el este es un lugar muy tranquilo,  como para  alejarse de la ciudad,  eso es lo bueno y lo bonito de Portland, tiene la ciudad de un lado y del otro la tranquilidad del bosque y de los pueblos que están allí.

—Llegamos -dice Mónica-
—¿Ese es el puente Rivertside, verdad?
—Eso de correcto
—¿Por qué hemos venido aquí? No pensaras lanzarme al río ¿verdad?
—Me descubriste -Mónica ríe-. No mentira, me gusta estar aquí, es uno de mis lugares favoritos.
—¿Por qué te gusta estar aquí?
—Te sonará extraño pero, me gusta estar aquí porque me recuerda que hay dos lados que pueden ser totalmente diferentes, pero pueden vivir en perfecta armonía, a pesar del desastre que pueden tener ambos lados.
—Vaya,  te gusta mucho  vivir aquí en Portland ¿no? Yo creo que es la única ciudad que es así.
—Me encanta vivir aquí, me demuestra que el hombre puede vivir con la naturaleza sin destruirla.
—A mi también me gusta vivir aquí
—¿Ah si? -Mónica voltea y me mira fijamente-. ¿Que te gusta a ti? 
—Pues, no lo se,  las estrellas y esas cosas.
—Pero así no se vale -Mónica voltea a ver al lago de nuevo-.  Tienes que tener un lugar favorito.
—No lo se, simplemente no tengo un lugar favorito.
—Algún día encontrarás uno, ya lo verás.
—Créeme que serás la primera en saberlo. ¿Te digo algo? Es difícil ver las estrellas en esta parte de la ciudad.
—Lo se, West Saint John (Uno de los pueblos que están al este de Portland) es uno de los lugares en que si se puede.
—Yo... -respondo nervioso-...Yo nunca he ido al este Mónica.
—No me lo puedo creer ¿en serio?
—De verdad.
—Ven,  vamos -Mónica me toma de la mano y nos vamos corriendo-
—¿A donde vamos? -le digo agitado-
—Vamos a cruzar el puente,  vamos al este.
—¿Pero que? ¿Cruzaremos el puente caminando? Tardaremos como media hora -Le contesto a Mónica y ella inmediatamente se detiene-
— ¿No quieres ir? -me mira con una cara triste (algo así como la cara de el gato de Sherk)-
— -La miro fijamente- Esta bien,  vamos -sonríe sonrojada-
—Esta bien,  vamos -Mónica me vuelve a tomar de la mano y empezamos a correr juntos-

Mónica y yo empezamos a cruzar el puente corriendo, el camino era largo pero Mónica lo hacia todo divertido. Corrimos casi que la mitad del camino porque Mónica se cansó;el resto del camino fue para hablar y decirnos cosas graciosas.

Al llegar al otro extremo del puente Mónica se podía ver a lo lejos la gran montaña Houtown y poco a poco se empezaba a notar la tranquilidad de esta parte de la ciudad.

Portland era diferente a cualquier lugar, muchos no creían que el este era tan tranquilo,  que solo era una parte fea de la ciudad,  pero no,  yo poco a poco me estaba dando cuenta de lo tranquilo que era y a pesar de que a lo lejos se veían los rascacielos y loa edificios del oeste, eso no impedía que esta parte fuera tan tranquila,  esa ciudad era algo así como mágica...

—Ya falta poco Axel
—¿Estas segura? Hemos caminado casi que por dos horas,  ya no se siquiera que hora es.
—Si,  ya yo conozco esto por aquí y son las cuatro de la mañana -me lo dice muy sonriente
—¿¡LAS CUATRO!? Vaya que rápido ha pasado el tiempo. 
—Si ¿verdad? ¿Te ha gustado la caminata nocturna? A mi me parece que no...
—¡Pero claro que me ha gustado! -le digo muy apenado-.
—Bueno -Mónica de sonroja- es bueno saber eso -sonrie-
—Tonta no... -Mónica interrumpe—
—Llegamos, este es otro de mis lugares favoritos -dice sonriendo-

Al levantar la mirada pude verlo...Era el Parque Rivertside, un lugar magnifico, la tranquilidad de ese parque y su majestuosidad me sorprendió...

—Esto... Es... Hermoso Mónica -digo con voz entrecortada-
—¿Te ha gustado? ¡Que bueno! -sonrie-. No todos saben apreciar la belleza de la naturaleza. Ven,  vamos a sentarnos.

Mónica me lleva a un árbol que está cerca de un lago para sentarnos...

—Dime algo Mónica
—¿Que será Axel?
—¿Hay otros lugares te gustan?
—Si, hay uno más,  pero nadie sabe cual es.
—¿Nadie? Espero haber cruzado ese puente para que me lo enseñes.
—No eres tú,  es que nadie tiene ese privilegio.
—Espero algún día tener ese privilegio
—Nop,  no lo creo -se ríe-. Eres una de las pocas personas que saben cual es mi segundo lugar favorito pero la primera que lo sabe en muy poco tiempo.
—¿Eso es bueno?  -le digo-
—No lo se,  tómalo como quieras.
—Entonces si es bueno -ambos reímos-
—¿Pero sabes?  Aun tú no me has dicho cuales son tus lugares favoritos.
—No tengo ninguno -le digo fríamente
—Todos tenemos un lugar o lugares donde nos sentimos más cómodos,  relajados, felices o cualquier otro sentimiento, lo que pasa es que tú no lo haz encontrado.
—Supongo que es eso, por los conciertos no he tenido tiempo de encontrar alguno.
—Si encuentras alguno quiero que me lo enseñes -me dice emocionada-
—¿Eso significa que nos volveremos a ver?.
—Puede ser -me dice sonriendo-

Y así pasamos horas y horas hablando,  tanto que ya estaba por amanecer...

—Mira,  ya está amaneciendo -Le digo-
—¿Acaso eres un vampiro?  Porque si es así nos podemos ir a un lugar donde no te pegue tanto el sol -se ríe-
—¡No! -rio-. Solo es un comentario...
—Dicen que cuando vez el amanecer con alguien, la persona que te acompaña puede llegar a ser como el sol...
—¿Como el sol?  -interrumpo-
—Si, puede alumbrar tú vida dándole un nuevo despertar... Lo he inventado,  pero suena lindo.
—¡¡Tonta!!! -me rio a carcajadas-.
—Shh. Veamos el amanecer...

Y así fue,  Mónica y yo nos quedamos viendo el bonito amanecer, lo que significa que todo eso que pasó anoche fue real y que estaba por acabar....

Después de ver el hermoso amanecer, Mónica me dijo que ya era hora de irnos y cada uno tomó su camino y se fue...

De regreso a mi casa recordé que no le había pedido el numero de teléfono a Mónica y por supuesto estaba molesto conmigo mismo por ser tan tonto...

Un corazón como el suyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora