Un corazón como el suyo

Capítulo 33: Un lugar especial

Partimos de Los Angeles en autobús a las cuatro de la mañana, el viaje sera largo pero no hay nada que unas buenas horas durmiendo no resuelvan. Decidí que nos iríamos en autobús porque el camino de regreso tenia muchas cosas lindas que ver ademas, tenia una promesa con Monica que a pesar de que ella no lo recordaba, yo si y tenia que cumplirla.

Llegamos a nuestra, Ashland, lugar que me traía muy buenos recuerdos porque aquí fue donde dimos nuestro primer concierto de cinco en esa pequeña gira que hicimos.  Monica no sabia porque nos bajamos aquí y no seguimos hacia Portland pero todo era parte de mi plan, o por lo menos así creía hasta los momentos.

Al salir de la estación nos fuimos hacia un hotel rápidamente porque hacia demasiado frío (obviamente por el invierno) y toda nuestra ropa de invierno estaba en la maleta. 

—Amor no quería preguntar pero ¿porque estamos aquí? Digo, pudimos seguir en el autobús y llegar hasta Portland tranquilamente.

—Es que tenia que hacer algo aquí antes, se lo había prometido a alguien y yo cumplo mis promesas -conteste-.

—¿Y por que no me lo dijiste antes? Pensé que me estabas secuestrando.
—No seas tonta, se me había olvidado decírtelo aunque pensándolo bien debería secuestrarte -digo bromeando-.
—¿Ah si? Pues no te la dejare tan fácil -contesta-.

Empece a perseguir a Monica un rato, luego de un par de vueltas pude agarrarla y hacer lo que quería, besarla y mucho. Después de besarnos un rato largo le digo que se vista porque íbamos a hacer lo que había prometido y ella con mucho gusto se fue a poner su abrigo y sus guantes. Al tomar el taxi y decirle a donde íbamos, Monica como que empezó a recordar algo de lo que le había prometido pero rápidamente la distraje haciéndole lo que ella mas odiaba, las cosquillas.

Al llegar a nuestro destino Monica estaba sorprendida pero aun no lo recordaba...

—¿El Parque Lithia? ¿Que hacemos aquí? -pregunto Monica inquieta-.
—Pues aquí es a donde le prometí a esa persona que vendría
—¿Debo sentir celos por esa persona? -pregunta muy seria-.
—No en realidad, es muy hermosa, tiene unos ojos verdes que me matan y un pelo castaño que amo, ademas que su sonrisa es la mas hermosa del mundo...
—Pues si no soy yo, estas describiendo a mi gemela malvada -dice riéndose-.
—No creo que tengas una gemela malvada -bromeo- pero si, eres tu.
—¿Yo? ¿Pero cuando me lo prometiste?
—¿Recuerdas la primera vez que vinimos aquí? ¿El día después del concierto en aquel bar no muy lejos de aquí?
—¡Claro! La gira ¿no?
—Si, el día que vinimos me dijiste que el parque Lithia era aun mas hermoso en invierno y yo...
—...Tu me prometiste traerme en invierno -dijo Monica interrumpiéndome-.
—Exacto, que bueno que lo recordaste -digo con una sonrisa-.
—¡Ay Axel que hermoso eres! A pesar de que yo no lo recordaba tu igual cumpliste tu promesa -me dijo dándome un fuerte abrazo-.
—Si, promesas son promesas y yo siempre las cumplo.
—Eres el mejor -dice dándome un beso-. 
—Bueno ahora caminemos un rato -le digo-.

Caminamos hasta aquel banco cerca del lago, donde nos sentamos la ultima vez...

—Axel se me ocurrió una idea
—A ver, dime...
—¿Tienes la pulsera que te di?
—Si aquí la tengo puesta ¿por que?
—Dámela, haré algo... 

Le di mi pulsera a Monica y ella empezó a quitarse la que yo le había dado hace tiempo, ella se arrodillo y empezó a abrir un hueco en la tierra para enterrar las pulseras ahí...

—¿Por que haces eso? -pregunte-.
—Es que no lo se, puede que un día me de un golpe en la cabeza y olvide todo lo que somos y si eso pasa...
—Eso no pasara amor -interrumpo-.
—...Si eso pasa quiero que me prometas que harás todo lo posible para hacerme recordar todo, no quiero perderte nunca y es mejor ser precavida.
—¿Y entonces por que enterraste nuestras pulseras?

—Lo hice porque esta seria nuestra ultima opción, este lugar es muy especial para los dos y si eso llega a pasar, quizás puede que eso ayude.
—Estas completamente loca ¿sabias? Nada de eso pasara
—Axel, hablo en serio, prometemelo -me dice mirándome fijamente a los ojos-.

—Lo prometo si tu también lo prometes...
—Pues obvio tonto, no dejaría que te fueras con otra, no sin antes hacer lo imposible para que vuelvas a estar conmigo.

—Yo también haría eso -ambos reímos-. Lo prometo amor.
—Te amo Axel y mucho -dice sonrojada-.
—Y yo te amo mucho mas Monica -le digo dándole un beso-.  

Monica esta loca ¿no creen? Sin embargo, así la amo...