Un corazón como el suyo

Capitulo 20: Parada - El Parque Lithia

Una vez mas otro concierto increíble, a pesar de que no era tan grande como el MAC el teatro estaba a reventar y ni se diga de la gente, todos y cada una de ellos estaban eufóricos, y si vamos a hablar de euforia mejor ni hablemos de Mónica, la vi tan feliz, tan contenta que no me cabe la menor duda que lo mejor que hice fue haberla traído. Estoy feliz, no solo por la gira, sino porque estaba pasando mucho tiempo con Mónica y poco a poco me voy dando cuenta que la voy queriendo mas y mas, quizás ese era el punto de hacer las cosas "a la antigua", apreciar cada momento en que estemos juntos. 

Aparte de todo me sentía bien. Me sentía bien tener a mi lado a alguien que cuando este nervioso me de un fuerte abrazo y me susurre al oído "aquí estoy amor".  Me siento bien al verla sonrojada cada vez que le digo "mi amor" o cuando le digo cosas bonitas al oído. Me siento bien solo con el simple hecho de tenerla a ella a mi lado.

Todos nos despertamos temprano porque íbamos a ver algunos lugares bonitos de Ashland  todos parecían estupendos pero a donde Mónica y yo estábamos ansiosos por ir era al Parque Lithia. El parque en las fotos se veía hermoso y al llegar ahí, pudimos confirmarlo, era impresionante, todo estaba tan vivo y a la vez tan tranquilo, era tan hermoso que simplemente Mónica y yo nos quedamos sin palabras.

—Chicos iremos a tomar un café cerca de aquí ¿Vienen? -dice Jops-.

Mónica y yo nos quedamos viendo por unos segundos y ambos sonreímos, pensamos lo mismo asi que le respondimos que no, nosotros los alcanzamos después. 

—Esto es muy hermoso -dice Mónica-
—No mentían cuando decían que este parque es maravilloso -dije-
—Ven vamos a sentarnos por allá
—Esta bien -le digo-

Caminamos hacia un banco que estaba cerca del lago.

—¿Sabes que otra cosa dicen? Que este parque es aún más hermoso cuando está nevando -le digo-.
—¿Ah si? Pues tendríamos que venir a verlo cuando nieve -respondió-
—No es mala idea -le digo sonriendo-.
—¿Que? ¿De verdad? -pregunta inquieta-.
—Si,  vendremos de nuevo en invierno. Ya sólo faltan semanas.
—Que bello eres -dice emocionada- espero con ansias tomarme una foto justo aquí, con toda la nieve llenando el lugar, sería magnífico.
—Si, sería mágico, como cada vez que estoy contigo.
—Lo mismo digo -respondió sonrojada-.
—Estoy muy feliz Mónica, estas semanas han sido geniales, han sucedido cosas estupendas para la banda pero por sobre todo, te he conocido a ti y desde que llegaste cambiaste mi mundo.
—Yo también estoy muy feliz y es que con el simple hecho de estar contigo todo me hace feliz.
—¿Sabes qué es lo mejor de cuando estoy tocando en el escenario?
—¿Que cosa? 
—Verte en el público,  sonriendo viéndome embobada, aparte, siempre que me descubres viéndote me sonríes y tú sabes que esa sonrisota me mata, ¿como puedo tocar la guitarra así?
—¿Como no sonreír al ver a tu novio embobado viéndote con un brillo en los ojos? No se como haces para no perder el ritmo.
—Créeme,  yo tampoco lo se pero ya no lo haré más, no vaya a ser que en una de esas sonrisotas tuyas pierda el ritmo. -bromeo-
—¡Noooooo! Eso me encanta -dice abrazandome- 
—A mi me encantas tú...
–Y tú a mi -respondio dandome un beso-.
—¿Sabes algo? Fue buena idea hacer esto a la antigua.
—¿Por qué? 
—Porque me hace apreciar cada segundo que estoy contigo aparte de que cuando no estoy contigo no dejo de pensar en ti...
—¡Ay! Ven aquí y bésame.

Y así lo hice,  le di el beso más apasionado a Mónica que la dejó sin palabras.

—Te quiero Axel
—Y yo a ti Mónica -contestó dándole un fuerte abrazo-.

Mónica y yo seguimos ahí sentados y hablando cursilerias un buen rato hasta que los muchachos nos fueron a buscar porque habíamos tardado mucho.

Próximo destino Lakeview