Hace días que no sabía nada de Mónica, aún no me acostumbro a esa condición que puso ella, me tomará tiempo hacerlo; de verdad que la echo mucho de menos.
Luego de un buen rato pensando y escuchando música antes de ir al trabajo, se me ocurrió la idea de llevarle algo a Mónica, una carta, chocolates, algo que valga la pena, de repente recordé que tenía algo guardado desde hace tiempo, era una pulsera que había comprado en Boston cuando fui con mi tía, no la había usado nunca, principalmente porque me gustaba mucho y no quería dañarla pero eso ya no importaba, se la daré a Mónica.
Tenía aproximadamente una hora antes de ir al trabajo pero si tomaba un taxi no iba a llegar a tiempo, necesitaba que Jops me prestara su auto.
—Josep! Amigo necesito tú auto para algo muy importante.
—Calma amigo ¿Pasó algo? -respondió sorprendido-
—No, no pasó nada, solo lo necesito.
—Está bien pero recuerda que tenemos que ir al trabajo dentro de una hora.
—Si lo se, yo regresaré a buscarte.
—No te preocupes por eso Ax, yo me.voy caminando.
—¡Gracias Jops, eres el mejor! –respondió axel caminando hacia la salida–.
Rápidamente encendí el auto y me puse en marcha a casa de Mónica pero tendría que pararme unos metros adelante porque se me había olvidado completamente como se llegaba a su casa; recordaba una que otra cosa pero no era suficiente para poder armar un mapa mentalmente.
¡¡¡Pero claro, mi celular!!!
Saque mi teléfono a ver si tenía la aplicación de GPS instalada, desgraciadamente recordé que la había eliminado porque ya yo me sabía todas las direcciones de la ciudad ¿Irónico, cierto?
Guardé mi teléfono y me puse en marcha, no para casa de Mónica, si no para la cafetería ¿Por que? Porque es la única tienda que conozco que tiene Wi-Fi gratis (aparte de Starbucks pero esa me quedaba un poco más lejos) me estacione, saqué mi teléfono y puse a descargar la aplicación con la esperanza de que no me viera el gerente porque si lo hacía tenía que quedarme ahí.
¡¡¿Cómo es que tarda tanto en bajar 100 putos megas?!!
Y como ya podrán observar, el internet ese día estaba del asco.
Tarde 7 minutos en descargar la aplicación y programarla, ahora se podría decir que estoy listo así que me puse en marcha a casa de Mónica.
Llegue y me estacione cerca de su casa, me quedé sentado pensando si debía subir como hice la última vez o si simplemente debía tocar la puerta y buscarla. Decidí arriesgarme, así que iba a hacerlo como la última vez.
Subí la cerca y ahí estaba Vaca y Mandela durmiendo, empecé a caminar poco a poco pero no vi un juguete que estaba en el piso y como era de esos chillones hizo que ambos se despertaran. No me quedó otra opción más que salir corriendo y subir muy rápido hacia el techo, ya lo demás era pan comido.Llegué al segundo piso y fui rápidamente a la ventana del cuarto de Mónica, muy cuidadosamente me asomé para que si eres estuviese ahí no me descubriera. Como no vi a nadie decidí abrir la ventana y pasar a dejarle la pulsera.
Pasé sin tocar nada, puse la pulsera en su escritorio, pero faltaba algo, no podía dejarla así nomas. Vi que ella tenía unas hojas para reciclar así que tomé una y también tomé unos marcadores que tenía en su escritorio y le escribí algo, algo simple pero que sabía que llegaría.
Te echo de menos...
Deje la pulsera encima de la hoja y me fui dejando todo en orden, solo espero que le guste.
ESTÁS LEYENDO
Un corazón como el suyo
RomanceAxel es el guitarrista de una banda de rock, a diferencia del trillado estereotipo de rockero; el es un chico tranquilo con una vida y amigos tranquilos aunque un poco locos, pero todo eso cambiará cuando el destino ponga en su camino a una chica qu...