Capítulo 9: Estrellas

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Habían pasado un par de días después de la reunión, todos estábamos muy emocionados por lo que vendría para nosotros, nuestro representante ya nos había confirmado una serie de conciertos en distintos bares de Portland, cosa que nos gustaba mucho ya que siempre tocábamos en los mismos bares y ahora con esta oportunidad nos conocería mucha mas gente.

Pensando en otra cosa, temprano Claudia me llamó para que la acompañara en unas compras que iba a hacer no me gustaba acompañar a Claudia de compras ya que ella siempre tarda horas en decidir que va a comprar pero esta vez acepte solo por una razón y era que tenía ya dos días sin saber de Mónica, ni un mensaje, ni siquiera una llamada, no estaba preocupado, solo que estaba pensando en ella todo el tiempo y eso me hace "extrañarla".

El día estaba muy frío, se podía sentir que el invierno estaba cerca ya todo el mundo usaba sus chaquetas y sus bufandas, las nubes tapaban el sol, los niños estaban felices porque sabían que lo verdaderamente bello de Portland estaba a punto de comenzar. Como es habitual en estos días, me puse mi chaqueta y mi bufanda, también me iba a colocar mis guantes pero no los conseguía por lo que decidí irme sin ellos (grave error).

Tomé la ruta habitual para ir al centro comercial, como no era muy lejos decidí hacer una parada para tomarme un café (no hay nada mejor en estos días fríos que una buena taza de café).

Llegué apurado al centro comercial porque se me estaban congelando las manos así las tuviera dentro de la chaqueta. Lo primero que pensé al estar en el centro comercial fue comprarme unos guantes nuevos, no volveré a salir sin guantes con este frío y eso que aún no empieza oficialmente el invierno. Compré unos bonitos guantes negros que hacían juego con la. Chaqueta, después de ver lo bien que me quedaban esos. Guantes, me fui a buscar a Claudia. Subí al segundo piso a ver si estaba por ahí pero no lo estaba. Luego de mi búsqueda fallida en el segundo piso, subí al tercero y apenas llegue ella estaba allí esperándome. Nos saludamos y rápidamente nos fuimos a ver que había en las tiendas.

Pasaron aproximadamente treinta minutos hasta que Claudia consiguiera una tienda de ropa "decente" según ella.


—Axel en serio ¿qué tal se me ve el vestido? -pregunta Claudia-.
—Se te ve muy bien, me gusta -respondí-.
—¿En serio? Me has dicho lo mismo con los tres últimos vestidos -dice un poco enojada-
—Bueno no es mi culpa, todos se te han visto lindos ¿Que más quieres que te diga?
—Ustedes los hombres no son muy expresivos ¿cierto?
—No en estas ocasiones - río-
—Ya veo. 
—¿Claudia puedo hacerte una pregunta?
—Por supuesto Axel -responde-
—¿Qué sabes de Mónica? Tengo días que no recibo ni un mensaje de ella
—Ay Axel no te preocupes ella es así, misteriosa, quién sabe, a lo mejor se aparece hoy por la noche tocando tu ventana - dice sonriendo-
—Eso sería genial
—¿Si verdad? En fin, creo que te haré caso, me llevaré este.
—¡Por fin! -grito-

—¡Shh! 

  

Luego que Claudia se decidiera, nos fuimos a tomar unos batidos muy ricos que vendían cerca del centro comercial, aunque con este frío lo que me provocaba era otro café.


—Cuéntame Axel ¿Cual es ese lugar que mencionaste para ensayar?
—Es un secreto, aún no se los puedo decir.
—Soy tu mejor amiga, no puedes guardarme secretos
—Es que aún no estoy muy seguro
—Venga, dímelo
—Bueno, Mónica me dijo que su tío tenía un almacén cerca del muelle donde podíamos ensayar
—¡Lo sabía! -me pone una mirada pícara- ¿Donde tocaron juntos no?
—Si, en ese mismo lugar -respondo sonrojado-. 
—Esta bien ¿Y donde es eso?
—Ya te dije, en los muelles que están cerca del puente Rivert Side.
—No me digas que es en el almacén donde ensayó Imagine Dragons. -dijo emocionada-
—Si, en ese mismo lugar -respondo-
—¡¡¡¿QUEEEEE?!!! - gritó-. No me lo puedo creer, ojalá Mónica nos diga que sí podemos tocar ahi, estoy ansiosa por ensayar en ese lugar.
—Yo también Claudia, espero hablar con ella pronto.
—Ay, te daría su teléfono, pero ella me dijo que no te lo diera
—¡¿Qué?! ¿Y eso por que? -pregunte desconcertado- 
—Es un secreto -responde-. 
—Soy tu mejor amigo, no puedes guardarme secretos -digo burlándome de ella-.
—Si lo se pero Mónica es mi mejor amiga y tengo que mantener el secreto. 
—Ah ¿con que así son las cosas? -me levanto- Entonces tu pagas la cuenta capulla. 
—Vale - ríe- igual no te diré.

Un corazón como el suyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora