Capítulo 16: El primer ensayo

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Pasó el siguiente día y Jops estaba muy emocionado,  hoy teníamos nuestro primer ensayo en ese lugar, en realidad todos estábamos ansiosos por tocar;es que,  cuando estamos juntos, sea ensayando o en un concierto, es como si se detuviera el tiempo, eso es genial.


—¡Axel! Amigo me acaba de llamar Carlos, nuestro representante.
—¿Ah sí? ¿y que te dijo?
—Me dijo que hoy iba a estar en el ensayo y que tenía noticias para nosotros.
—¿En serio? ¡Qué bueno! No puedo esperar a saber que nos dirá.
—¡Yo tampoco! Le diré a los demás; por cierto,  hoy el ensayo es a las 4.
—¿Ya le avisaron a Mónica? 
—Claro, ya la llamé y me dijo que estaba bien.
—¿Acaso el único que no tiene el número de Mónica soy yo?
—Tristemente si amigo mío –bromea–.
—Qué más da,  la veré hoy,  no importa.


Tenía que admitirlo me molestaba no poder hablar con Mónica,  esto de enamorarnos a la antigua es difícil pero es porque no estoy acostumbrado a eso, quizás nunca lo estaré pero si tengo que hacer cosas a la antigua para enamorar a Mónica pues lo haré.

Estuve un tiempo revisando mi teléfono, leyendo una que otra noticia; me doy cuenta que la gente cree mucho en las teorías conspirativas que publican en las redes sociales, es estúpido creer algo sin antes verificar la noticia,  hoy en día la gente dice muchas estupideces para crear pánico en las personas pero para mí, más estúpidas son las personas que creen esas noticias sin verificar la veracidad de la misma.


—¡AXEL! –grita Jops con todas sus fuerzas–.
—¿Qué pasó? -respondí mientras me levantaba rápidamente de la cama–.
—Bryan me llamó, quiere que lo ayudemos a llevar la batería a la cabaña.
—Pensé que estaban robando o algo, desgraciado -dije-
—Es que si no lo decía así no te apurabas. Guarda tu guitarra, llevaremos todo de una buena vez.
—Esta bien, dame 5 minutos.
—Okay.


Empecé a guardar mis cosas en el estuche de la guitarra, mis plumillas,cables y una que otra cuerda de guitarra estaba ahí, pero antes de guardar mi guitarra, tenía que tocarla, tenía que tocar a mi hermosa guitarra.

Mi guitarra es un clásico modelo Fender,  su color es verde, como los ojos de Mónica. Su sonido es muy limpio, en especial cuando le conecto el pedal, lo digo porque hay guitarras que se distorsiona muchísimo con el pedal conectado. No le había decidido un nombre porque no estaba seguro de cuál sería. El nombre de una guitarra es algo especial, ese nombre tiene que hacerte recordar muchas cosas con tan sólo unas letras, tiene que ser mágico. Aunque ya había pensado en ese momento cuál iba a ser su nombre pero tenía que esperar, tenía que estar totalmente seguro para ponérselo.


—Estoy listo Jops –le dije–
—Está bien,  vamos.


Bajamos las cosas al automóvil, las guardamos muy cuidadosamente en el maletero y nos fuimos a casa de Brian. Cuando llegamos a su casa estaba empezando a llover por lo que teníamos que darnos prisa en cargar esa batería en los asientos traseros. La lluvia se hacía cada vez más fuerte y esa batería tenía muchas cosas por lo que al terminar seguramente estaríamos todos empapados. Terminamos de guardar todo (estábamos empapados) y nos fuimos de una buena vez a la cabaña donde íbamos a ensayar.

Llegamos al muelle y lo primero que hicimos fue bajar la batería de mil partes de Brian, no había más nadie por lo que tocaba empaparse de nuevo. Ya terminado de bajar todas las partes de la batería y las guitarras, estábamos empapados por lo que decidimos quitarnos la camisa y ponerlas a secar para que no fuese un problema al empezar a tocar, después de eso comenzamos a armar la batería de Brian,ya cuando íbamos por la mitad de  la batería armada,  aparecen Claudia, Mónica, su tío y Carlos, nuestro representante.


—Vaya es súper raro ver a tres tipos sin camiseta solos –bromea claudia y todos reimos–
—Déjalos,  seguramente estaban haciendo una extraña versión de alguna canción de los Village People –bromea también Mónica–
—No es eso estúpidas,  es que nos agarró la lluvia y estábamos empapado –responde Brian–.
—Si si claro, empapados, la vieja excusa –dice Claudia–.
—Dejando las bromas, les quiero presentar a mi tío Matías.
—¡Hola! Chicos es un gusto conocerlos -dice Matias-.
—El gusto es nuestro señor Matías
—Señor Matías se escucha demasiado viejo, ustedes díganme tío Matt –bromea–.
—Esta bien tío Matt –responde Brian bromeando también–.


Todos empezamos a saludarnos y a presentarnos al tío Matt, después de eso el y Carlos nos ayudaron a terminar de armar la batería de Brian.


—Cielos, esta batería parecía que nunca se iba a terminar de armar –dice Carlos–.
—Si de verdad que si, parecía eterna, –respondí–.
—Y eso que me faltaron algunas cosas –les contesta Brian–.
—Bueno yo creo que está bien así –interrumpe Jops–. Por cierto Carlos ¿que era lo que nos tenias que decir?
—¡Oh rayos! Casi lo olvido—. Carlos se levanta y nos llama a todos para darnos la noticia. —Bueno quería darles una buena noticia. ¡Tenemos un concierto el miércoles! Es en el Matthew Anderson centre...
—¿En el MTC? Por Dios amigo eres el mejor –responde Jops muy entusiasmado–
—Y eso no es todo.  Hablé con el dueño y si lo hacemos bien nos apoyará para dar una gira por todo  oregon. 
—Amigo eres el mejor –dice Brian–
—Pero ya la gira no depende de mí, depende de ustedes darlo todo para que podamos hacerla -dice Carlos-. 
—Lo lograremos, dejaremos todo en el escenario –conteste–.
—¡Así me gusta!
—Vamos muchachos, empecemos a ensayar –dice Brian girando las baquetas de su batería–


Rápidamente todos tomamos nuestros instrumentos, Mónica, Carlos y el Tío Matt se sentaron a escucharnos y todo comenzó...


¡Y UN, DOS, TRES, CUATRO!



Un corazón como el suyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora