Un corazón como el suyo

Capitulo 36: La Luz

Podía escuchar las sirenas de unas ambulancias, también podía escuchar a muchas personas, una dándole ordenes a la otra, pero no podía ver nada. De un segundo a otro el brillo del sol de ese día entró por mis ojos, empecé a girar la cabeza para saber donde estaba pero solo veía árboles, nieve y más nieve.

Sin hacer el más mínimo esfuerzo en mis piernas comencé a levantarme poco a poco y así pude ver todo...

Había un automóvil que estaba completamente destrozado, los paramedicos y los policías se movían de un lado a otro intentando ayudar lo máximo posible e inclusive vi a uno con su uniforme lleno de sangre y llorando, yo estaba en shok.

Empecé a ver si encontraba a Mónica, Jops o Melisa pero no los veía por ningún lado. Se fijarme bien pude ver a lo lejos a alguien tirado en la carretera, los paramedicos le atendían pero no podía saber con exactitud quien era hasta que uno de los paramedicos se levantó y pude ver su pelo, era rubio y en las puntas estaba pintado de rojo, al ver ese pelo pintado así pude saber quien era...

Era ese pelo rubio que tanto me encantaba,era Mónica...

¡¡¡MÓNICAAAAA!!!

Empecé a gritar como loco pero nadie me escuchaba, era como si no estuviera ahí.

Intenté ir hacia donde estaba pero por más que lo intentaba no podía hacerlo, no podía moverme de ese puto lugar, no podía estar con ella.

Me arrodille y me puse a llorar y como si el cielo sintiera mi dolor, empezó a llover. Con los ojos cerrado levanté la cabeza y dejé que las gotas de lluvia cayeran sobre mi cara, al abrir los ojos pude ver una luz, una luz que me susurraba que todo iba a estar bien.

Dejó de llover y así como dejo de l lo cree, también dejé de llorar y apenas lo hice esta luz comenzó a hacerse más y más brillante, a medida que está luz se acercaba poco a poco, el dolor que sentía se iba desapareciendo, sentía una paz que nunca había sentido. Me sentí tan tranquilo que me acosté, cerré los ojos y deje que esa paz continuase llegando a mi.

Al volver a abrir los ojos, estaba en un lugar completamente diferente, todo era blanco, los rayos del sol caían sobre este lugar, muchísimos pájaros volaban en el cielo y solo se escuchaba el ruido que estos hacían.

Empecé caminar a ver si podía encontrar algo. Cuando estaba caminando un pequeño pajarito se posó sobre mi hombro y me acompañó en mi camino.

Camine y caminé hasta que a lo lejos pude ver a dos personas tomadas de la mano, el pequeño pajarito que me acompaño todo el camino tomó vuelo y se fue, perdiéndose poco a poco en el cielo.

Fui acercándome hacia donde estaban esas personas esperando que me ayudaran,estaban tan tranquilas, reían, se abrazaban, disfrutaban el momento...

—Disculpen ¿me pueden ayudar?

Al estas personas darse la vuelta para verme, todos nos sorprendimos...

—Jo-josep -dije con la voz entrecortada-
—¡Axel! -respondió sorpendido-

Entre lágrimas le di el abrazo más fuerte del mundo a Jops y a Melisa.

—¿Donde estamos?
—Tranquilo todo está bien amigo -respondió Jops-
—No, no está bien, hay que buscar a Mónica e irnos de aquí Jops -conteste-

No se porque pero Josep y Melisa al escuchar eso se vieron la cara y sonrieron.

—No deberías estar aquí amigo .
—¿Qué? ¿Por qué?

Al terminar de hacer la pregunta una luz apareció frente a nosotros, una luz cegadora que al parecer a Jops y a Melisa no le afectaba. Al aparecer esta luz, ambos se levantaron, se tomaron de la mano y empezaron a caminar...

—¡Esperen! ¿A donde van? -les dije deteniendolos-.
—No te preocupes, todo estará bien Axel, tienes que dejarnos ir -dijo jops-
—Pero no te volveré a ver -Le dije entre lágrimas-

Al decir eso, Melisa y Jops se acercaron y me dieron el abrazo más cálido,afectuoso y fuerte del mundo.

—Nosotros siempre estaremos contigo Axel.

Entre lágrimas y cabizbajo deje que siguieran su camino. Levante la cabeza y vi como se iban perdiendo poco a poco en el brillo de esa luz, pero no podía quedarme ahí parado, así que decidí irme con ellos.

Empecé a correr hacia donde estaban, a medida que me acercaba una brisa cada vez más y más fuerte impedía que los alcanzara.

Un destello hizo que me cayera al piso y que los perdiera de vista, pero pude ver que tenía muy cerca un camino de luz así que empecé a correr, cada vez más y más rápido pero cuando ya estaba cerca sentí que alguien tomó mi mano y me detuve, al darme la vuelta y ver quien era pude ver esos ojos verdes que tanto me enamoraban, pude ver ese pelo rubio con puntas rojas que me encantaba y pude ver es cara tan hermosa que me volvía loco; era Mónica.

Al vernos fijamente a los ojos esa luz blanca y todo alrededor empezó a desaparecer, todo se empezaba a hacer cada vez más y más oscuro, a penas podía ver a Mónica. Ella se acercó a mi y me dio un beso, el mejor beso del mundo y con una hermosa sonrisota me dijo ;

—Te amo

Yo entre lágrimas la abracé y le respondí :

—Te amo muchísimo más.

Y todo se oscureció...

...Continuará...