Capítulo 29: Una presentación formal

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Pasó una semana luego de que ganáramos la batalla de las bandas,  la gente aún estaba eufórica y eso se vio reflejado en las ventas de la cafetería ya que ahora como somos más conocidos la gente venía y venía algunas veces solo para pedirnos autógrafos y esas cosas.

La banda decidió tomar un pequeño descanso para concentrarnos en nuestras cosas, ahora lo más importante es el trabajo y los estudios.

Yo tomé este descanso para trabajar junto con Jops y ganar algo de dinero extra para comprar nuevos instrumentos, no es que mi guitarra esté mala si no que tengo pensado hacer algo especial con ella.

-suena el teléfono de Axel-

—¿Hola?
—Hooooola señor que me tiene olvidada...
—Olvidada? ¿Quien habla?
—Adivina...
—No lo sé...
—Te daré una pista,  somos novios...
—¡MÓNICA!?
—Pues si imbécil quien más va a ser ¿Acaso tienes otra?
—No... Sólo qué.... Bueno me sorprendí, no esperaba que me llamaras.
—Bueno es que te extrañaba muchísimo y no aguanté las ganas de hablar contigo.
—¿Ves lo que siento yo todos los días? Tú por lo menos puedes hacerlo.
—Ay -ríe- bueno ya eso se acabó.
—¡¡Qué bueno!!
—Amor te llamaba para algo...
—A ver,  dime...
—Hoy como se que sales temprano pues quería saber si.....
—¿Si...?
—Bueno.  quiero presentarte a mis padres y quería saber si puedes venir hoy a una cena que haremos.
—Emm...  Cla...¡Claro!  -respondí nervioso-
—Si! Gracias amor, nos vemos hoy a las ocho.  Te quieroooo
—Y yo a ti mi amor...

¡¡Mierda!! ¡¿Por qué carajos acepté?! Nunca había hecho esto, no tengo ni idea de que hacer...

Como Jops no había ido hoy al trabajo no podía preguntarle nada en ese momento así que espere que terminara mi turno para ir a casa a que me aconsejase, necesitaba eso ya que como lo dije antes nunca había hecho esto. 

Llegue a la casa a eso de las seis buscando a Josep como loco pero el muy desgraciado no estaba así que fui a bañarme y a prepararme para la cena ya que iba con el tiempo justo. Después de planchar mis camisas y de vestirme, me puse a esperar un taxi pero después de unos minutos sin conseguir un taxi aparece Jops.

—¿A donde vas?
—A casa de Mónica, hoy me presentará a sus padres.
—Ven yo te llevo.
—Gracias hermano.
—Entonces hoy es el día del juicio para ti -bromea Jops-
—Digamos que si. Estoy muy nervioso Jops, es la primera vez que hago esto, no tengo ni idea de que hacer.
—Tu tranquilo, tu solo te sientas, espera a que te lluevan las preguntas y luego empiezan a comer, siempre es lo mismo.
—Igual estoy nervioso.
—Tienes que estarlo pero no por eso, si no porque no le puedes decir que no a ningún plato que te ofrezca la mamá, ellos querrán engordarte para luego matarte y cocinarte, así como un cochino -bromea-
—Un cochino... -reímos a carcajadas-
—Pero en serio, tienes que rogar porque a tu estómago no se le antoje ir al baño después de tanta comida, ese será el momento más incomodo de tu vida.
—¿Te paso a ti cierto?
—Si y creeme, fue horrible, tienes que usar la técnica que utilizó Bryan cuando le paso lo mismo.
—¿Cuál es esa técnica?
—La de apenas salga se baja...
—Apenas salga se..... Que asco -digo riendo-.
—Créeme, te servirá mucho.

Después de dejar de hablar mierda (literalmente) Jops siguió haciéndome reír hasta que llegamos a casa de Mónica, ahí mis nervios volvieron a la velocidad de la luz.

Me acerqué lentamente a la puerta (debo admitir que fue extraño no escalar para ver a Mónica) y como pude la toqué...

—Hola mi amor -dice Mónica emocionada-.
—Ho-ho-la amor -digo nervioso-.
—¿Estás listo?
—Si -respondo tranquilo-
—Bueno vamos -dice no sin antes darme un beso-.

Entramos y yo agarraba la mano de Mónica muy fuerte, ella también lo hacía, ambos estábamos nerviosos, era imposible ocultarlo.

—Mamá, papá, les presento a Axel, mi novio.
—Mucho gusto -les digo-.
—Mucho gusto Axel, soy Mary, encantada de conocerte.
—Un placer señora Mary
—Mucho gusto Axel, soy Vicent.
—Un placer conocerlo señor Vicent.
—Toma asiento cariño -dice su mamá-.

Me senté junto a Mónica y mientras, su mamá fue a la cocina a buscar algo.

—¿Te gustan las galletas Axel? -me  pregunta su mamá-.
—Si señora Mary, muchísimo.
—Entonces estoy seguro de que estas te encantarán -dice Mary-
—No es por nada pero mi mamá hace las mejores galletas de todo Portland - me dice Mónica-.
—¿Ah si?
—Si, vamos prueba una -responde Mónica-.

Al probar esas galletas sentí que las otras que había probado eran solo harina cruda, de verdad que delicia.

—¿Que te parecieron? -pregunta Mary-.
—No quiero parecer un chupa medias pero estas son las mejores galletas que he probado en mi vida -contesto-. —Gracias, me alegra saber que te gustaron -dice Mary-.
—A ver Axel ahora dinos ¿Cuantos años tienes? ¿A que te dedicas? ¿Que estudias? Todo eso -dice su padre-.
—Bueno tengo 20 años,  trabajo en la cafetería d pero en mis tiempos libres soy guitarrista de una banda,  me gradué de técnico electricista pero quiero estudiar dos años más para ser ingeniero electricista.
—Primera vez que escuchamos que están en una banda y se graduaron de algo, casi siempre son personas que dejaron de estudiar para dedicarse a la banda -dice Mary-.
—Si bueno yo lo hago como pasatiempo mientras trabajo para guardar el dinero para inscribirme en el Portland Tech.
—¿No haz trabajado algo que tenga que ver con tu carrera? -pregunta Vicent-.
—Solo un par de veces, se me ha hecho difícil conseguir trabajos porque piden más que todo ingenieros.
—Si, eso es así -dice Vicent-.
—¿Y tus padres a que se dedican? -pregunta Mary-.
—¡Mamá! -dice Mónica-.
—Está bien Mónica. Pues mis padres me dejaban siempre con mi tía porque trabajaban mucho, hubo un día en que simplemente no fueron más y mi tía me cuido, ella es chef.
—Lo siento, no debí preguntar eso -dice Mary-.
—No se preocupe señora Mary, ya eso no me afecta tanto.
—Que te parece si buscamos la comida mamá -le dice Mónica-
—Si, vamos, ya venimos -le responde Mary-.

Después de que Mónica y su mamá se levantaron y nos dejaron solos, el papá de Mónica se levantó y se acercó para hablarme.

—Te seré sincero Axel, no me caes bien pero Mónica es muy feliz contigo y eso no lo puedo negar pero te diré algo, le haces daño y la alejare para siempre de ti, ella es lo más importante en mi vida y no dejaré que nadie le haga daño.
—Señor Vicent, entiendo porque me dice estas cosas y si le soy sincero no me importa si les caigo bien o no, yo soy quien soy y no tengo que ocultar nada y jamás le haría daño a Mónica, es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo y haré lo posible para que ella este siempre feliz.
—Eso espero, entonces aclarado todo, bienvenido -dice dándome la mano-.

Después de hablar con su papá me sentí más tranquilo a pesar de no caerle bien, pero como dije por la única que me tengo que preocupar es por Mónica.

Al terminar de comer sentía que no iba a poder levantarme de todo lo que comí, Jops tenia razón. Cuando pude levantarme fui a la sala y los padres de Mónica subieron a acostarse dejandonos a Mónica y a mi solos.

—Dime ¿que te parecieron?
—Pues tu mamá es un amor y bueno tu papá me odia -contesté-.
—Tranquilo, el es así, el odia a todos menos a nosotras dos.
—Es bueno saber eso -le dije-.
—Si, como también es bueno que todo haya salido bien -dice emocionada-.
—Es lo mejor, ni te imaginas lo nervioso que estaba.
—Eso se notaba, cuando tomaste mi mano sentí que estabas frío -dice riéndose-.
—Calla boba.
—¿Que te parece si te quedas a dormir? Ya es muy tarde y no quiero que te pase nada, además tenemos que hacer cosas mañana.
—¿Que "cosas" ? -pregunto extrañado-.
—Solo quédate y mañana lo sabrás -responde aun más sonriente-.
—Es que me da pena con tus padres Mónica...
—Tranquilo ya yo les dije.
—A bueno, así si.
—Mejor prepárate para mañana -dice dándome un beso-.
—Espero que no sea nada malo...
—Confía en mi -dice dándome otro beso-.

Un corazón como el suyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora