Como ya lo he dicho, no hay nada mejor que dormir horas y horas sin importar el tiempo que pase, pero yo solo no quería despertar, tenía miedo de que todo lo que pasó ayer solo fuera un sueño, un muy buen y bonito sueño.
Empecé a estirarme para levantarme e ir a desayunar, no tenía ganas de levantarme, quería seguir durmiendo un buen rato, pero desgraciadamente ya tenía planes.
Me levanté y fui a cepillarme los dientes, al pasar por el espejo pude ver que aún tenía la ropa de ayer puesta, por lo tanto, lo de ayer si fue real.
—Buen día amigo
—¡Jops! Amigo ¿donde te habías metido?
—Pues yo te dije que iba a casa de Melisa a pasar la noche, inclusive te deje una nota en la nevera por si lo olvidadas.
—Oh mierda, tienes razón, lo había olvidado.
—Si, ya me di cuenta.
—¿Como te fue anoche? -pregunto-
—¿Genial y a ti? Parece que tuviste otra salida de media noche -bromea-
—Pues, se podría decir que si -ambos reímos-.
—Mónica ¿cierto? -pregunta-
—Sep
—Lo sabía ¿Qué tal estuvo?
—Solo estuvo genial la pasamos muy bien -respondí-
—Tranquilo, el labial en tu boca lo dice todo -bromea-
—¡¿Qué?!—Le respondí sorprendido mientras tomaba una servilleta para limpiarme.
—JA! No tenías nada ¡te has delatado!
—Imbécil -ambos reímos-
—Si se besaron ¿verdad?
—Si -respondo apenado-.
—Que bueno saber eso y que... -interrumpe nuestra conversación una llamada para Jops-.
Mientras Jops hablaba teléfono, tomé la caja y me serví un poco de cereal, pero como siempre, Jops había desordenado todo esto y no encontraba una cuchara.
—Jops! Donde pusiste los cubiertos -le dije mientras hablaba por teléfono-
Ya definitivamente dejaré que Jops limpie la caza a su manera. Después de desayunar me fui a cambiar y a darme una buena ducha. Seguidamente me vestí y me fui junto con Jops a trabajar. Lo bueno es que trabajo en el otro negocio del papa de Brian, es una cafetería muy conocida en el centro de la ciudad, van muchas personas aunque algunas veces Jops y yo nos turnamos para cubrir ambos turnos cuando no hay tantas personas, pero hoy era de esos días en que no se podía hacer eso.
Empezamos cada uno a hacer los que nos tocaban, a mí me tocaba pedir las órdenes y llevarlas, no tenía problema en hacerlo aunque me gusta más solo preparar las órdenes y entregarlas para que el mesonero se las lleve.
El negocio a pesar de la concurrencia, estaba muy tranquilo para nosotros, supongo que estábamos acostumbrados a eso.
Estaba atendiendo una mesa cuando veo a Claudia entrar con Mónica, me quedé sorprendido por unos segundos, aunque estaba contento por verlas, en especial a Mónica.
Terminé de atender la mesa, la llevé a caja para que la prepararan y luego fui a atender la mesa donde estaban las muchachas, en eso que estaba acercándome a su mesa, Mónica me vio acercándome y soltó una sonrisa, esas contagiosas y hermosas que te hacen llenarte de felicidad instantáneamente.
—Buenas tardes señoritas
–Holaaaa Axeel -respondió Claudia-
—Hola Ax -dijo Mónica sonrojada-
Fue inevitable sonreír y sonrojarme al ver como estaba Mónica, tenía unas ganas de darle unos besos demasiado grandes, pero tenía que aguantar, seguramente ella aún no le había dicho a Claudia que somos novios porque estábamos empezando, así que tenía que controlarme.
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Un corazón como el suyo
RomansAxel es el guitarrista de una banda de rock, a diferencia del trillado estereotipo de rockero; el es un chico tranquilo con una vida y amigos tranquilos aunque un poco locos, pero todo eso cambiará cuando el destino ponga en su camino a una chica qu...