Capítulo 4

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Estaba sentada en mi hermoso sofá cuando mi teléfono empezó a sonar con impaciencia.
-¿Si?- Atendí sin mirar quien era.
-Hola, siento molestarte, pero Lara se a puesto enferma y a tenido que irse. Por favor, necesito que vengas.- Dijo Sophie.
-Claro.- Colgué y solté un gran bufido.
No me molesté en ponerme el uniforme del trabajo y me fui con la ropa de la mañana.
Después de conducir lo más lento posible, llegué.
-Hola, Sophie. Siento mucho haber llegado tarde.- Dije disculpandome.
-No pasa nada. Sé que era tu día libre, pero Lara enfermó de repente y tuvo que irse. Mañana te daré libre.
-Gracias.- Sonreí. -¿Puedo hacer una llamada por favor?- Sophie asintió y salí para llamar a Lara.
-¿Si?- Respondió Lara.
-¿Quieres que te llevé al médico, o simplemente tienes falsitis? - Pregunté irónica.
-Lo siento, enfermé. -Dijo Lara como si fuera lo más lógico del mundo.
-Ya. Adiós.
-Adiós amiga.
Estaba detrás de la pequeña barra cuando un cliente apareció, no le presté mucha atención hasta que estuvo delante de mí.
-Hola, ¿que desea?- Pregunté amablemente y levanté mi mirada para verlo.
-Una cerveza.- Dijo cortante.
Después de eso desapareció de la barra y tomó asiento en la pequeña mesa al final del bar.
Me acerqué a el y le entregué el vaso.
-Tomé.- Dije mientras depositaba el el vaso con su contenido encima de la mesa.
Miré sus ojos y me pareció como si ya los hubiera visto, era extraño.
-Puedes irte.- Dijo.
-Oh, si claro.
Sentía algo extraño en sus ojos, tenía la sensación de haberlos visto antes, sus ojos de color negro azabache y un brillo peculiar, pero aún así cuando miré sus ojos me parecieron sin vida, sin alegría, sus ojos estaban vacíos.
-Te estas comiendo a ese chico con la mirada.- Susurró mi jefa por detrás mío.
-¿Qué? Oh, no, no. Es...- Me interrumpió.
-Ve y háblame.
-No,no.
-Si, ve y pregúntale si quiere algo más, no se, inventate algo por el camino, pero si el te ve mirarlo como lo estabas mirando hace dos segundos creerá que estas loca.- Dijo Sophie empujandome, literalmente, hacia a él.
-¿Desea algo más?- Dije cuando llegué a su mesa. Mi nerviosismo se podía notar desde lejos, de eso estoy segura.
-No.- Dijo.
Miré a Sophie que me insistía a que siguiera hablando con él.
-Hay unos dulces buenísimos, te recomiendo que los pruebes.- Dije con una sonrisa.
-Nadie te paga para que recomiendes nada, sólo para que sirvas mesas que es lo único para lo que sirves, o puede que ni eso.- Mi ojos se aguaron y decidí irme antes de que pudiera volver a decirme para lo que servía o no.
-Sophie, lo siento, pero... No me encuentro bien. ¿Puedo irme por favor?- Pregunté.
-Claro, pero si por lo que no te encuentras bien es por algo que dijo ese chico, no hagas ni caso. No merece la pena.
-No es por eso. Lo siento.
Cogí mi bolso y saqué las llaves del coche para irme lo antes posible.
Cuando salir por la puerta de Michael's el chico de la mesa se levantó y dejó el dinero al lado del vaso de cerveza vacía y yo caminé más rápido para salir antes e irme lo más pronto posible.
Estaba a punto de llegar al coche cuando alguien agarró mi mano haciendo que deje de caminar.
-Mira a quien tenemos aquí. -Dijo.
-¿Que-que quieres?- Tartamudee.
-Bueno, pues para empezar voy a divertirme contigo y luego ya se verá. ¿Te parece?
-Por favor, no.- Supliqué.
El hombre que me tenía agarrada iba a decir algo, pero no le dió tiempo a empezar a decir ni la primera palabra cuando el chico que estaba en el bar le agarró la mano que me tenía sujeta a mi y se la dobló. El hombre se retorció de dolor mientras suplicaba que lo soltara.
Observaba aquella acción con terror y nerviosismo.
-Déjalo por favor.- Dije al chico del bar. Pero parecía que no me escuchaba. Agarré su hombro pero no paró y le pegó un puñetazo en la cara al otro hombre.
-Vete.- Gritó y el hombre salió corriendo lo más rápido posible.
-Gracias.- Dije. Él me miró y siguió su camino como si nada.

Llegué a mi apartamento y me di una ducha. El agua relajó mis músculos, mientras pensé en lo ocurrido y en ese chico que parecía misterioso.
Después de salir de la ducha me puse el pijama y me metí en la cama. Noté como mis párpados empezaron a pesar y caí en los brazos de Morfeo.

Esa noche soñé con unos ojos negros color azabache y en cómo brillaban.

Jei jei ¿Qué tal amores? Espero que les guste.
La cosa se pone mejor. *Cara perver*
No se olviden de comentar y espero que me regalen sus magníficos votos.
Os quiero.♡
¿Que os parece el chico misterioso? Opinión en los comentarios pliss♡

Me tendrás miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora