Una vez dentro del restaurante estábamos esperando a que aquel amable señor de cabello blanco y ojos verdes llamado Matt, como su propia chapa indica, nos dejará pasar con la reserva que había hecho Stephen.
-Siento mucho la espera, pero ya saben como son estos aparatos de hoy en día.- Sonrió.
-Si, claro.- Respondió Stephen de mala gana, ganándose un pequeño codazo por mi parte.
-Si son tan amables de seguirme, por aquí por favor.- Matt caminaba por delante de nosotros señalandonos el camino que debiamos seguir hasta una pequeña pero elegante mesa para dos en la agradable y lujoso terraza del restaurante.
Tomamos asientos uno frente a otro, Stephen y yo nos miramos por unos segundos hasta que Matt habló.
-Ahora vendrá una camarera para atender ésta mesa por ésta noche. Que disfruten de su velada- Sonrió a la vez que yo decía un leve 'Gracias'.
Unos minutos más tarde, en los cuales sólo había tensión e incomodidad en el ambiente, por fin llegó la chica que nos serviría ésta noche.
Era morena, con el pelo por debajo de los hombros y un flequillo por encima de sus ojos, éstos son de color miel.
-Hola, soy Alexa y seré vuestra camarera por ésta noche, si necesitan algo sólo tienen que llamarme. ¿Han decidido ya que desean tomar?- Preguntó educadamente a la vez que sacaba una pequeña libreta junto a un bolígrafo de uno de sus bolsillos.
-Si, trae champagne.- Contestó Stephen sin dirigirle la mirada.
-¿Cuál quiere señor?- Dijo Alexa con el bolígrafo en la mano esperando a que Stephen contestara.
-El mejor que tengas- Alexa se alejó asintiendo.
-¿Podrías ser más amable?- Dije irritada intentando que mi voz saliera calmada.
-Me sale natural.- Contestó Stephen con una sonrisa de superioridad danzando en sus labios.
-Pues podrías dejar de ser natural.- Dirigí mi mirada inspeccionando la terraza hasta llegar a un pequeño mirador.
Me levanté y me alejé de la mesa lentamente con la mirada de Stephen en mi.
-¿Dónde vas?- Preguntó Stephen alzando un poco la voz desde la mesa.
Seguí caminando sin contestar su pregunta hasta llegar al mirador, no hacia falta mirar por éste para poder ver la playa que brillaba bajo la Luna dando una luz tenue.-Es precioso.- Susurre.
-Sabía que te iba a gustar.- Stephen se encontraba detrás de mí.
-Gracias por traerme.- Agradecí.
-No hay de qué. Pero ahora enserio, el champagne ya llegó a la mesa, y déjame decirte que tiene muy buena pinta.- Dijo Stephen dando a entender que quería regresar a la mesa.
-Claro.- Caminé junto a Stephen hasta la mesa.
-Aquí tienes.- Me ofreció una copa de champagne.
-Gracias.- Respondí con una sonrisa.
-Cuéntame de tí.- Stephen me observaba atentamente esperando mi respuesta.
-¿¡De mi!? ¿Qué quieres saber?- Pregunté.
-¿Tienes novio?- Preguntó.
-Hubo alguien en mi vida, pero pasaron muchas cosas.- Respondí símplemente.
-Entiendo. ¿Que hay de tus padres?- Tragué saliba recordando todo de ese día en el que sucedió.
-Murieron.- Tomé champagne esperando que la conversación con mis padres acabara ahí.
-¿Cómo? -Preguntó.
-Es una larga historia.
-Tengo toda la noche.- Sonrió.
-Tengo dos hermanos, la mediana es audrey y Calvin es el pequeño, mi padre estuvo con una mujer a la vez que estaba casado con otra, la dejó embarazada, unos meses después esa señora llamó a la puerta, mi padre la abrió y la señora le dijo que había tenido una hija y que era suya, mi padre sabía quien era esa mujer, por eso la creyó, al principo se negaba a quedarse conmigo, pero al final me acogió, cuando tenía tres años nació audrey y dos años mas tarde llegó Calvin, mi padre enfermó, no se que le pasó, unos meses después falleció.
-¿Qué pasó con la esposa de tu padre?- Preguntó curioso.
-Ella vive en el mismo sitio con mis hermanos.
-¿Por que no vives tu con ellos?
-Decidí independizarme, no quería vivir siempre allí.
-Comprendo.
-Y dime, ¿Que es lo que te gusta hacer?- Vaya, me esperaba cualquier tipo de pregunta menos esa.
-Pues me gusta leer, aun que apenas tenga tiempo para hacerlo.
Alexa llegó justo cuando estephen iba a decir algo.
-¿Han elegido que desean comer?- Preguntó mirando a ambos esperando la respuesta.
-Lo que tu quieras.- Dijo Stephen.
-Oh, pues, quisiera Langostinos en salsa de ostras, por favor.
-¿Y usted señor?- Stephen sigue mirando la carta hasta que decidido la suelta sobre la mesa.
-Medallones de solomillo a la italiana.- Responde.
-Muy bien, gracias.- Alexa recoge las cartas y se va.
Seguimos hablando de cosas triviales mientras esperamos la comida.
Pasada media hora Alexa llega a nuestra mesa.
-Aquí tienen, que la disfruten.- Dice sonriendo.
-Gracias.- Respondí.
(...)
Estábamos de camino a mi departamento en silencio sepulcral, ya no había tensión ni incomodidad, ahora había tranquilidad.
Antes de poder darme cuenta ya nos encontrábamos enfrente de mi edificio.
-Gracias por invitarmea cenar.- Agradezco a la vez que me giro a mirar a Stephen.
-No hay de qué.-Responde.
-Adiós Stephen.- Abro la puerta para salir pero Stephen agarra mi mano y tira hacia adentro.
Lo miro, pero sin darme tiempo a reaccionar me encontraba con sus labios sobre los míos, lo único que pude hacer fue cerrar los ojos y disfrutar este beso.-Buenas noches Elisabeth.- Dice, y con esto salgo del coche y me dirigo a mi departamento.
¡Hola Hola hola!
¿Cómo va vuestro verano? Espero que perfecto.
Aquí tienen el capítulo, siento muchisimo no publicar seguido, pero aquí lo tienen.
¡Quiero MUCHÍSIMOS comentarios aquí abajo!
Los estaré leyendo todos y contestando.Espero vuestros coments.
Besiiis.
Att: Andrea♡
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Me tendrás miedo
Teen FictionElla era una chica normal, trabajaba en un bar, tenía un pequeño apartamento, una familia a la que no le importaba y amigos que la querian. Y después llegó él, el chico conocido y temido por todos los de su alrededor. Se conocerán por culpa del des...