Me desperté cuando un rico olor se metió en mis fosas nasales.
Aparté las sábanas de mi cuerpo, me senté en el borde de la cama y me dí cuenta de que aun seguía vestida igual que toda la semana que Rick me retuvo allí.
Me encojo cuando me pongo de pié y mis pies descalzos tocan el frío suelo.
Salgo de la habitación y bajo las escaleras, me dejo guiar por el olor hasta que llego a la cocina.-Tu debes de ser Elisabeth. ¿Verdad?- Dice una mujer anciana mientras sigue cocinando.
-Llámeme Beth, por favor.- Dije mientras observaba cada movimiento que daba. La anciana sonrió.
-Yo soy Amber Watson, soy la nana de Stephen.
-Encantada señora Watson.-Sonreí.
-Igualmente querida, pero, llámame Amber.- Sonrió dulcemente.
-¿Sabe donde está Stephen?-Pregunté. Cuando desperté el ya no estaba.
-Tenía algo que hacer, dijo que no tardaría demasiado.- Explicó y asentí.
-Creo que yo me iré a casa.- La señora Watson se giró hacia a mi rápidamente y negó con la cabeza.
-Stephen me dijo que lo esperaras aquí.- Ahora negué yo.
-Tengo que darme una ducha y aquí no puede ser.- Dije señalando mi ropa, la cual iría directamente a la basura.
-¿Por que no puede ser aquí?-Frunció el ceño.
-Por que aquí no tengo ropa.
-Eso se arregla fácilmente.- Subió las escaleras y la seguí, entró a la habitación de Stephen y urgó por los cajones de su cómoda, sacó una camiseta negra de mangas cortas y unos pantalones grises de algodón.
-Problema solucionado, ahora puedes ducharte.- Sonrió.
Iba a preguntarle dónde se encontraba el baño, pero cuando me quise dar cuenta, la señora Watson desapareció.
Comencé a abrir puerta por puerta.
¡Joder! ¿¿Cuantas puertas puede haber en una casa!?
Abrí una de las tantas puertas que quedaban, y ahí estaba, el baño, incluso sentí alegría cuando lo encontré.
Me deshice de la ropa lo más rápido que pude, puse el agua caliente, me metí en el agua sintiendo como está se deslizaba por mi cuerpo, mis músculos agarrotados se relajaron mientras el agua caliente seguía cayendo sobre mi.
Llevaba más de media hora debajo del agua cuando decido salir.
Me pongo la ropa interior y después la ropa que me ha dado la señora Watson.
La camiseta de Stephen me quedaba enorme, hasta podría colar como un vestido, me llagaba por la mitad de los muslos, me puse los pantalones, eran cómodos, aunque también me quedaban enormes.
Bajé las escaleras hasta llegar a la cocina, y allí estaba él, con los codos apoyados en la isla de la cocina mientras miraba y hablaba animadamente con la señora Watson.
-Hola, ¿tienes hambre?- Preguntó la señora Watson.
-La verdad es que si.- Sonreí.
-¿Quiere que la ayude?-Pregunté y negó.
Miré a Stephen, quien me miraba serio. Me observó de arriba a abajo.
Salió de la cocina pasando por mi lado chocando mi hombro con el suyo.
-Se le pasará, sólo es algo nuevo para él que una chica esté usando su ropa.- Explicó la señora Watson, quien me miró con una mirada tierna mientras sonreía.
-Parece que se enfadó.- Digo escogiendome de hombros.
-Se le pasará.- Volvió a repetir.
La señora Watson puso mi comida, la cual consistía en: huevos y bacon, y me sirvió un vaso de zumo.
-Gracias.- Agradecí.
-No hay de qué, cielo.- Sonrió y volvió a cocinar, supongo que será para Stephen, hablando de Stephen, desde que se a encerrado en su habitación no a vuelto a salir. ¿Se habrá enfadado conmigo por usar su ropa? O tal vez, ¿por haber visto que aún seguía en su casa?
Sumergida en mis pensamientos termino de desayunar y antes de que me dé cuenta estoy subiendo las escaleras.¿Cuál es la habitación de Stephen? Recuerdo que cuando estaba buscando el baño hoy en la mañana, abrí una puerta, y por la forma en la que estaba decorada, y por su olor, llegué a la conclusión de que era su habitación.
Creo que la puerta estaba a mano derecha. No, a izquierda.
Joder,Beth, vaya cabeza tienes, se nota que no la usas mucho, eh.
Cállate, estoy intentando recordar.
Piensa, piensa, haber si esa cabeza hueca al final sirve de algo.
¿Cabeza hueca? Dejame decirte que, voy a ir a la Universidad, y mis notas son excelentes.
¿Excelentes? Me río en tu cara.¿Qué me cuentas del profesor Robert?
Pero ese me tiene manía. No cuenta.
Lo que pasa es que eres una vaga y por eso no mueves ese culo gordo que tienes.
Si yo tengo el culo gordo tu también.
Touché.El sonido s una puerta abriéndose hizo que dejara de descutir conmigo misma.
Stephen estaba saliendo de su habitación, sin camiseta.SIN-CA-MI-SE-TA.
¡¡SIN-CA-MI-SE-TA!!
¡Ay, señor!
Concentrate, idiota, va a pensar que eres imbécil, a parte de que lo eres, pero el no puede saberlo.
Enserio, ¿tú nunca te callas?
Te está mirando, sigue mirándote, hablale ya, o si no si que llegará a la conclusión de que tienes un serio problema mental.-Yo... quería saber...¿Estás enfadado?- Tartamudee. Me observó con su mirada fría.
-¿Por qué debería estarlo?- Preguntó con su sexy y ronca voz.
Dios Beth, ¿que estas diciendo?-No sé, a lo mejor fue por algo que hice.- Frunció el ceño.
-¿Ya está?- Preguntó acabo de unps segundos mirandonos. Lo miré sin entender lo que quería decir.
-¿El que?
-¡¿Qué si ya has acabado de hablar?!
-Si, sólo era eso.- Agaché mi mirada y la dejé fija en el suelo.
-Bien,Cameron te quiere en su casa el media hora.- MIERDA. Cameron nos quería en su casa a las diez de la mañana. Miro el reloj que cuelga en la pared de las escaleras; las once y cuarto. Tiene que estar que sube por las paredes.
Seguramente ni Lara habrá llegado, normal, mi mejor amiga es un impresentable que llega tarde a todos lados.Diez minutos después Stephen estaba preparado para irnos, me puse la única ropa que tenía y nos montamos en el coche, antes de ir a la casa de Cam, nos dirigimos a mi casa para cambiarme de ropa, cogí lo primero que tenía a mano, unos pantalones azules y una camiseta de tirantes negra y mis vans negras, antes de salir cogí mi chaqueta ya que afuera hacía frío.
Stephen conducía, estábamos en un silencio incómodo, la tensión se podría cortar con un cuchillo.
Quince minutos después estábamos parados enfrente de la puerta de entrada de Cameron.
Y aquí estaba yo junto a Stephen.
Hola,Hola,Hola.
Aquí tienen su capítulo.Espero que les guste.
BesetesAtt: Andrea♡
PD: Siento mucho el retraso.
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Me tendrás miedo
Novela JuvenilElla era una chica normal, trabajaba en un bar, tenía un pequeño apartamento, una familia a la que no le importaba y amigos que la querian. Y después llegó él, el chico conocido y temido por todos los de su alrededor. Se conocerán por culpa del des...