Quinta Parte

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(...) esta es la razón por la que odió a Itachi, no sería como él. Yo no soy él.

Ino condujo por 20 minutos, el camino fue largo, y más por la incomoda plática que había entre ella y yo. Estuvo así toda la mañana, interrogándome sobre el nieto de Jiraiya, creo que le pareció atractivo, aunque lo niegue, ella sintió cierto deseo por él, y me consta. Pero de la misma manera, dudo que se involucre con Naruto, tiene dos empleos muy buenos, y no creo que le agradé la idea de despertar un día con Naruto en su cama y el periódico en su puerta, con una gran noticia, "La abogada Yamanaka se involucra con un menor de edad" o mejor aún "La subdirectora de la prestigiosa Universidad de Tokio, ¿es una salta cunas? ¡Cuidado con sus hijos!. No, no, eso arruinaría su reputación y su carrera. Pero sin importar eso, no podía ocultar su interés, tampoco yo.
Ino paró el auto frente la entrada del restaurante, tenía un enorme letrero verde por encima de la puerta, lo que hacía que resaltará por toda la cuadra, su nombre era "Gale" un restaurante italiano, de los mejores de la cuidad. Obviamente, costoso. Sólo había venido aquí una vez, con Itachi, en este mismo restaurante me pidió matrimonio, estúpidamente acepte. Al recordar ese momento, mi estómago se revolvió por completo, me sentí muy mareada. Eso, bajo mis expectativas un 30 porciento, no quería entrar, quería ir a mi casa. Observe a Ino con fastidio.

-¿Qué?- pregunto, mientras alzaba las manos- vamos, sí más importancia le das, no podrás ir al baño sin pensar en él-salimos ambas del auto, le entrego las llaves al trabajador.
Era evidente que el servicio está saturado, había una gran fila de gente esperando una mesa, en la recepción había un cartel que decía: Tiempo mínimo de espera, 2 horas. ¡¿Dos horas?! Jamás esperaría tanto, tome a Ino por el brazo, me acerque a su oído.

-No entráremos a tiempo, cerrarán antes de que nos toque una mesa.- le susurre, hice fuerza, lastimandola un poco, sólo para hacerle saber que hablaba en serio.

-No te preocupes por eso.- dicho eso, se soltó de mi agarre y camino confiada, toda la gente comenzó a insultarle y gritarle. Ella simplemente, siguió caminando hasta que llego a recepción.

-Buenas noches- saludo dulcemente al chico que atendía.

-Buenas noches- el joven caucásico se agachó, y saco un dispositivo.- Tome- se lo entrego- Este dispositivo sonara en cuanto tengamos una mesa para usted y su novia, mientras tanto, puede esperar en la fila- punto, el hombre ignoro a Ino completamente. No pude evitar reírme, tomó el dispositivo, y con mala cara, regreso hasta la puerta. Tape mi boca con una mano. Estaba a punto de burlarme con ella con un comentario sarcástico, pero en cuanto estuvo frente a mi, la pequeña cosa circular, comenzó a vibrar. Ino sonrió.

-Que quede claro- cambio su postura- yo soy la mujer- dio media vuelta y regreso a recepción. La seguí, una vez allí, Ino comenzó a hacer sonidos con la boca, el castaño atendía a otras personas, por lo tanto, ignoraba nuestra presencia. Ino se enfureció, y coloco el dispositivo con fuerza en la mesa. El zumbido llamó la atención de joven, observo el dispositivo y después a Ino.

-Creo que tienes una mesa para mi y mi novio- después de decir eso, Ino sonrió y me tomó de la mano, el recepcionista me miro, estaba extrañado. No sabía donde meter la cabeza.

-Discúlpenme- se disculpó con la otra pareja- sí, claro, síganme por favor- salió de recepción y comenzó a guiarnos, nos llevo en el centro de el restaurante. Tomamos aciento.

-Gracias- le agradecí con una sonrisa-

-En unos momentos llegara alguien para tomar su orden- coloco los menús en la mesa. Antes de irse, se acercó a mi y me susurro.

-Yo sé que usted es la mujer- soltó una pequeña risa- Señor- se dirigió a Ino- Señora- se dirigió a mi- con su permiso- se marchó.

Ino me observo insatisfecha.

-¿Qué?- no pude evitar sonreír.- Vamos, es porque tienes el carácter muy fuerte-

-Sakura, por favor. Ambas sabemos que tú tienes un carácter peor al mío-

Ambas reímos, la noche pasó. Entre copa y copa, nunca llegaron los dichosos amigos. Pero a decir verdad, Ino y yo la pasamos muy bien. Charlamos sobre los buenos momentos, reímos, y lloramos un poco, por los malos momentos. Nos embriagamos. La pasamos de lo mejor.
Todo volvía a ser como antes, cuando teníamos 20 años, sin hijos, sin preocupaciones, sin trabajos. Sin Itachi.

-¿Dónde están tus dichosos amigos?- me reí, después le dí un último trago a mi copa. Ino sonrió, mientras llenaba su copa de vino tinto.

-No hay dichosos amigos, te mentí-

-¿Me mentiste?- estaba muy ebria como para tomarme en serio lo que decía.

-Sí, quería que saliéramos tú y yo, solas, pero sé que me hubiese puesto algún pretexto para no venir- Después de terminar su copa, siguió la mía.

-¿a qué te refieres?- le hice una señal con mi mano, para que no sirviera más.
Suspiró.

-Desde que Itachi salió de tú vida, has estado en depresión. Las primeras semanas, no te reconocía, estabas hecha un desastre. Pero ya a pasado mucho tiempo. Es hora de que lo olvides, de que conozcas a otra persona, que te vuelvas a enamorar.

-No- negué con la cabeza- ya no tengo edad para eso-

-Dios Sakura, tienes tan sólo 38 años. Claro que tienes edad, aún estas a tiempo-

Había sido una noche larga, al menos para las dos, regresamos a casa, eran las 12;37. Muy pronto, pero teníamos que regresar a la realidad, no tenemos 20 años, por la mañana tendríamos que trabajar. Nos divertirnos, mucho. Pero todo lo bueno, llega a su fin.
Entré a mi casa, los tacones comenzaban a molestarme así que los deje en la entrada. Fui a la cocina y tome una copa, y más vino. Encendí la luz de la sala, cojí un libro y me acomode en la sala.
No tenía sueño aún, así que leería un poco. Pero era casi imposible, las palabras de Ino me afectaron. Pasaban por mi cabeza casa minuto.
"Aún estas a tiempo" no lo creo, la mayoría de las personas de mi edad, ya tienen una vida, una familia. Una pareja. Yo tengo a mi hijo, y debo enfocarme en él.
Le dí un sorbo a mi copa. El teléfono sonó, me altere. Era muy tarde. ¿Quién podría ser? Pensé por un momento.
Tonta.
Debe ser Sasuke, el teléfono seguía sonando, pero no contestaba. Podría ser él, no estaba segura. Finalmente conteste.

-Hola- me levanté

-Hola, Sakura ¿no te desperté?- miré por la ventana, todas las luces de la casa de Jiraiya estaban encendidas.

-No Naruto, no te preocupes ¿sucede algo? -

-Tenía un pollo, para cenar. Pero no pude cocinarlo ¿podrías ayudarme?-

-Es algo tarde para cocinar un pollo ¿no crees?-

Hubo un silencio.

-Sí, tienes razón. Lo siento- estaba a punto de colgar

-No, espera.-

Hubo un segundo silencio

-Saca ese pollo, voy para allá-

-Bien, gracias.- colgó
Tomé un abrigo, me pusé mis tacones de nuevo, salí de la casa, aún estaba lloviendo, no quise tomar el paraguas, así que corrí hasta la casa de al lado, al llegar, no tuve que tocar. Naruto, abrió rápidamente, y me pidió que pasara.

Tal vez Ino, tenía razón, tal vez yo estaba equivocada. Puede que ya no existan personas de mi edad solteras, pero eso no me impide, salir con otras personas. Aún estoy a tiempo.

Entré a la casa.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora