Tercera Parte

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(...) -¿Qué haces aquí?-

-¿No puede venir tú mejor amiga a desayunar?- Ino estaba en la entrada de mi casa, como siempre, se veía perfectamente: su hermoso cabello rubio lo llevaba suelto, un vestido con rayas blancas y azules, y sus hermoso tacones. Se veía muy bien, a pesar de ser viernes por la madrugada.
En cambio yo, aún seguía en pijama. Llevaba un suéter tejido, una camisa simple de bajo, unos jeans y botas.

-No recuerdo que te invitara- Me hice a un lado, recargando mi mano en el marco de la puerta, extendí mi otra mano en señal de que pasará.

-Gracias- entro y comenzó a inhalar, tratando de adivinar que había cocinado, cerré la puerta detrás de mi, no era un buen momento

-¿Huevo y tosino?- dijo con un tono de decepción.

-¿Qué?- puso los ojos en blanco

-Sí hubiese querido desayunar huevos, me hubiera quedado en casa- alce ambas cejas y abrí mi boca un poco.

-Eres libre de irte- sonreí mientras mordía un poco de pan.

-No- se dirigió  a la sala, tomó asiento y subió el volumen de la televisión- prepárame algo decente para desayunar- se cruzó de pies.
Estaba a punto de obligarla a  me ayudara a cocinar, pero tocaron de nuevo la puerta.
No podía invitar a desayunar a Naruto huevos y tocino. Era algo muy repetitivo.

-Buenos días- saludo sonriente

-Buenos días, pasa, el almuerzo está casi listo- en eso hizo una mueca con la boca. De disgusto

-Tengo que ir a comprar las cosas para reparar el motor, y esperaba que Sasuke me acompañara.-

-Sí, por supuesto.- bien, eso me daría tiempo de preparar algo más

-Sasuke- en cuanto grite, Sasuke bajo. Abrí mis ojos sorprendida, alzando más mis cejas, el noto mi expresión y sólo se dedico a sonreír. Vaya ojalá fuera así de veloz cuando necesito que me acompañe de compras

-Acompaña a Naruto - No pregunto a donde, tampoco por qué, sólo asintió con la cabeza. Aún estaba en pijama, moví mi cabeza en dirección hacia arriba, inmediatamente entendió y subió con rapidez, cada paso que daba hacía retumbar toda casa.

Me tome el tiempo para observar un poco más a Naruto, llevaba unas botas cafés, unos pantalones vaqueros y una chaqueta del mismo color que las botas, su cabello estaba desarreglado.
En verdad, cada que observo a este chico con atención, me quedo babeando. Tal vez estoy acostumbrada a ver hombres con traje y muy bien arreglados. Pero el sencillamente es sexy. Un desagradable ruido llamo mi atención, era Ino. Estaba parada en la sala con los brazos cruzados y alzando una ceja.

-Naruto, ella es Ino, mi amiga- Nauto se acercó a ella, aprovechando, eche  un vistazo a su trasero, era verdad que esos jeans le quedaban muy bien, mordí mi labio.
Naruto la saludo con un beso.

-Es un gusto, yo soy Naruto, vivo en la casa de al lado-  sonrió

-El gusto es mío- Ino sonrió de igual manera.

Escuche como Sasuke bajaba las escaleras con desesperación

-Estoy listo- caminó hacia la puerta y siguió su camino.

-Es mejor que lo alcance- dijo mientras se despedía, salió con modales.

~

Ambos chicos caminaban directo a una ferretería. El silencio era incómodo, y al pelinegro le constaba.

-Así que, Sasuke ¿terminaste tus estudios?- hizo una pregunta para romper el hielo

-No, he estado pensado estudiar en la universidad de Kokoha.

-Esa sería una buena idea, mi mamá es maestra allí y de igual manera, yo estudio en el mismo lugar.- el ojinegro no puedo evitar mostrar emoción.

-sí- sonrió el rubio de una manera maléfica

Entraron a la ferretería. Buscando lo que ocupaban, ambos fueron hasta el fondo de la tienda.

-Busca esto- Naruto le dio una pequeña lista,- sí lo repartimos será más rápido- el pelinegro sólo asintió con la cabeza.

Naruto tomó rumbo hacía el otro lado de la tienda, buscando, tomando y comparando precios. Una risas burlonas llamaron su atención e inmediatamente verifico cual era el escándalo.

-Jajajaja, miren quién esta aquí. - tres chicos de atuendo muy clásico, se acercaron a Sasuke.

Muy pronto uno de los chicos con cabello rojo, se acercó y empujó un poco a el pelinegro provocando que de chocara con el muestrario.

-Garaa- dijo ahora un chico de cabello castaño- No seas tan duro, no querrás que se oriné en la tienda- después de ese comentario, los chicos comenzaron a reír a todo pulmón

El tercer chico, de cabello azabache, quedo serio al notar una presencia detrás de el pelirrojo

-Será mejor que se marchen o esto será más que una simple charla donde ustedes se burlan de mi amigo- el pelirrojo se estremeció al escuchar una voz tan grave detrás de el.

El castaño simplemente hizo una señal con la mano y los otros dos chicos lo siguieron hasta fuera de la tienda.

-Oye- Naruto puso su mano en su hombro-¿estás bien?- el ojinegro tenía la vista en el suelo.

-Sí, son unos idiotas. Sólo vamos a pagar-  al girar por el pasillo, Sasuke retrocedió y giro de nuevo. Le dio las cosas a Naruto

-Ve a pagar  tú- Naruto extrañando, giró la cabeza y se encontró con una hermosa chica en el mostrador. Sus ojos eran como los de una perla. Su largo y hermoso cabello azul. Tenía unos enormes pechos. Se veía muy delgada. Tenía buen cuerpo la niña, pensó Naruto.

Sonrió morbosamente y observo a Sasuke.

-¿Te gusta esa chica, no es así? - las mejillas del pelinegro se comenzaron a calentar, su rostro comenzó a ponerse del mismo color que su camisa.

Naruto le regreso las cosas.

-Ve y paga-

-¿Estas loco? ¿Qué se supone que debo decirle?- Naruto puso los ojos en blanco

-Hola, ¿cuanto te debo? Y listo- dijo mientras se reía, después tomó a el pelinegro por los hombros y lo empujo para que caminara hacia la linda chica.

-Hola Hinata.- la peliazul desvío la mirada de la revista para atender al cliente.

-Hey, hola Sasuke- dijo con una sonrisa forzada.

-¿Cuánto te debo?- coloco todo en el mostrador

-vaya, ¿y todo ese material?-

-Pues... Verás... Lo que pasa es que.. Es que..- el chico estaba totalmente nervioso.

-Hola, mi nombre es Naruto-  la expresión del rostro de la chica cambio completamente, ahora sonreía coquetamente- soy amigo de Sasuke- la chica puso sus senos en el mostrador para que el Rubio los observara.

-¿Cuánto te debemos?- la chica se mordió los labios, cosa que el Rubio noto.

-Son 361- el ojiazul saco la cartera y pago.

-Gracias- agradeció, la chica se aseguro que Sasuke saliera de la tienda. Levanto su trasero y le guiñó el ojo a Rubio, el sólo la observo, rió y salió de la tienda.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora