-Recoge tus cosas
-¿Puedes decirme que pasa al menos?
-Hazme caso por una vez en tu vida.
-Mamá, dime que rayos sucede, tienes las manos vendadas y muchos golpes ¿qué a pasado?
ignore cada una de sus palabras, estuve caminando por la habitación por 30 minutos, sacaba cada prenda del cajon y después la metía en mi maleta de viaje, sin preocuparme en lo más mínimo si la acomodaba, como de costumbre lo hacía cada que salía de vacaciones.
-Mamá
Seguía metida en mis pensamientos, no sabía exactamente que hacer, por un momento creí que podría ir con la Policía, pero después lo pensé y me di cuenta que es un tema muy delicado, estoy segura que el pedir ayuda a las autoridades sólo me traerá más problemas, luego de lo que descubrí, demonios. Mi única salida es irme lejos de aquí, lejos de él, de ellos.
3 horas antes.
Estaba lastimada, tirada en el patio trasero de la casa, Naruto se quedó observandome desde la ventana, le ordene a mis piernas que levantara pero estas no reaccionaba. Naruto noto que no podía moverme, me llene de pánico al ver como se marchaba de la habitación, venía por mi, otra vez. No puedo dejar que me atrape, me fui arrastrando poco a poco hasta la calle, mis brazos me estaban quemado, sentía claramente como se me llegaban a enterrar algunas pequeñas piedras en la piel, mi corazón estaba a punto de salir, cada vez que volteaba hacia atrás el miedo me subía por la garganta, obstruyendo totalmente mi respiración. Cerré mis ojos, simplemente me dediqué a arrastrarme con todas mis fuerzas, teniendo aún la esperanza de salir de ese lugar, pensando en mi hijo, en como quería abrazarlo en esos instantes, mis ojos comenzaron a llorar, aún cerrados, como pude ser tan ingenua. Como pude ser tan estúpida. Dios, me había equivocado tantas veces, pero sin lugar a dudas, este había sido mi mayor error.
Tan pronto escuche el claxon de un auto, abrí mis ojos por fin, había llegado a la calle. La persona que manejaba el vehículo se bajó para socorrerme, estaba tan aliviada.-¿Se encuentra bien?- me pregunto el sujeto en el momento que me cargo en sus brazos. No dije nada, sólo me acomode en sus cálidos hombros.
Sin preguntarme alguna otra cosa, simplemente me metió en su auto, me coloco el cinturón de seguridad, después se alejo con lentitud y cerró la puerta del copiloto. En esos momentos quería cerrar mis ojos de nuevo y dormir, dormir como una niña que no tiene que preocuparse por ir al día siguiente a la escuela, dormir más de 9 horas y que al despertar sólo me dedicase a jugar hasta que el sol se volviera a ocultar.
Parpadee un par de veces antes de quedarme totalmente dormida, y allí lo miré, hablando con el hombre que me había ayudado hace unos instantes, probablemente debe estar convencido de que puede engañar al señor.-¿Tiene un número al que podamos contactar a un familiar?
-Claro, tomé.
Le entregue a la enfermera una de las tarjetillas de Ino. Ella me agradeció y se marchó de la habitación, dijo que volvería en algunos instantes.
Desperté aquí, en el hospital, creí que estaría aquí el hombre que me había ayudado, pregunte por él a las enfermeras, pero parece que nadie lo vio. Es algo raro, nadie recuerda haberlo visto, es como si se hubiera esfumado en el aire. La verdad es que no logró recordar como era, no tengo ningún recuerdo de como eran sus facciones. Pasaron unos insignificantes minutos cuando llegó Ino al hospital, no puedo decir que no estaba asustada, eso lo podía ver en sus ojos con claridad, pero al momento que llegó, no entro en desesperación, no comenzó a hacerme un montón de preguntas y tampoco se quebró al verme toda lastimada, no es que no le importe a Ino, comprendo completamente sus acciones y agradezco que lo haga de esa manera. Se sentó a un lado mío y acostó mi cabeza en su regazo, me dijo que era muy valiente y que todo iba a estar bien. Sentí tanta tranquilidad al tenerla allí conmigo-¿A dónde dices que vamos?
-Descubrí cosas allá abajo, sólo quiero visitar unos lugares, tengo una teoría, una hipótesis y simplemente quiero entender que diablos está pasando Ino, porque aún hay muchas cosas que no entiendo.
-¿Cosas que no entiendes? Sakura, yo... no estoy entendiendo nada. No sé que rayos pasó, no sé porqué estabas en el hospital, no sé cómo diablos te lastimaste
No le había contado nada a Ino aún, en cuanto me dieron de alta en el hospital le dije que necesitaba unos cuantos favores. Tiene el derecho, lo sé, me está apoyando, pero primero quiero averiguar que significa todo esto.
-Lo sabrás, pero por el momento quiero que te concentres en lo que voy a pedirte.
Se que está molesta, yo también lo estaría.
-Está bien Sakura.
-Gracias
- No me agradezcas, dime que es lo que necesitas.
-Llevame a esta dirección.- le entregue a Ino una servilleta
-¿Un taller mecánico?
-Así es.
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Obsesión
FanficSakura una profesora de bachillerato se involucra con un joven que llega a vivir al vecindario. La pasión y obsesión nunca estuvieron tan cerca.