Obsesión

Décimo Segunda Parte

Especial, ¡atención! Sé que he estado ausente este año e incluso parte del anterior, quiero anunciarles que haré un especial, tratare de subir hasta 4 capítulos por semana durante 3 meses. Gracias por todos sus comentarios y votos.

(...) Yo simplemente baje la mirada.

Toda mi vida construyendo este hogar para que en un segundo se desmorone todo, soy una decepción. Sabia que era una mala idea, pero sin embargo no me importo, la piel es débil, yo misma lo he confirmado. Tome aire para después soltarlo en un gran suspiro.
Sentí la mano de Naruto tomándome por el mentón, alzando mi cara.

-Sí te sigues moviendo no te voy a poder quitar la pestaña- ¿Qué?
Con delicadeza abrió mi ojo y soplo en el, lo hizo una vez más y se alejo.

-Listo- sonrio, yo estaba perpleja.

-Itachi- dijo al verlo "sorprendido" -Disculpa, no te había visto- dijo tan naturalmente. Estiro su mano para saludarlo.

-Hola Naruto- lo saludo Itachi. Una curva se dibujó en sus labios
No puedo creerlo, y yo que aún estoy temblando, y él esta allí, actuando tan naturalmente, es realmente envidiosa su manera de actuar bajo presión.

-¿Quieres una cerveza?- ofreció Naruto.

-Por favor- pidió Itachi

¡Se la trago enterito! Muy astuto Naruto. Lo mire asombrada, me regreso la mirada y me guiñó el ojo. Tengo que actuar natural, nada de nerviosismo.

-¿Dónde está Sasuke?-

-Arriba- contesto seco, vaya, no le escuche subir.

-Bueno, la comida está lista, tomen asiento.-

Saqué la carne del horno, y destapé la pasta. Serví en los cuatro platos, acerque una ensalada de frutas y una jarra de tapioca. Salí de la cocina Sasuke ya estaba sentado en la mesa, me acerque y deje aderezo que llevaba a un lado de la ensalada, para después acercarme a Sasuke y besarle la frente

-Hola Má- saludo feliz

-Hola hijo- le sonreí

Una vez sentado los 4, la convivencia comenzó.

-Y díganme ¿Cómo estuvo el viaje? - pregunte a Sasuke, estire mi brazo y tomé la ensalada para servirme un poco más.

-Estuvo bien, Papá y yo pescamos, estuvo genial, tenía una habitación increíble, con vista al lago, por las mañanas era hermoso, los animales comenzabas a salir y podía verlo todo.

-Que bueno hijo, me hubiese encantado ir- Mentí, ni de chiste iría a algún lado con ese idiota.

-¿Qué tal el clima?- preguntó Naruto.

-Despejado, se nubló un poco, eso fue engañoso, pero al final de cuentas no llovió.- contestó Itachi
¿Qué te traes entre manos Naruto?

-¿Qué tal el clima aquí? Escuché que hubo una tormenta.-

-Sí, aquí estuvo muy "húmedo"- mis mejillas ardían.-Muy "mojado"- maldita sea, lo peor de todo esto es que cambia su todo de voz.

-¿Verdad señora Haruno? Ese día nos mojamos mucho- carajo, mierda, cállate Naruto, mi cara estaba completamente roja, lo sé, miré mi cara a través de la cuchara. Mis manos me comenzaron a sudar, tenía un nudo en la garganta, mi corazón latía al mil.
Itachi y Sasuke me miraron confundidos y al parecer algo molestos.
Naruto hizo una expresión de sorpresa.

-Acaso ¿no les contó señora Haruno? -

-¿Contarnos qué?-preguntó Itachi.

-No, no les conté, porque no creí que fuera importante.

-¿Qué no es importante?- volvió a cuestionarme Itachi

-No es importante que sepan que la tubería de techo se atascara.-

Después de la comida, Sasuke y Naruto volvieron a ir a la ferretería, por herramientas para arreglar la tubería que no estaba atascada, ni mucho menos dañada. Al menos no por ahora.
Mi plan sencillamente es: tomar un martillo del garaje y golpear la tubería, claro, primero tendré que cerrar la llave del agua. Mi único problema aquí es Itachi, prefirió quedarse que acompañar a los chicos.
Ambos estábamos en la sala, él en un sillón y yo en otro, contemplado la máquina quema cerebros que llaman "Televisión"
Estaba impaciente, volteaba a ver el reloj de la cocina cada 3 segundos, no puedo tardar. Los chicos volverán en cualquier momento.

-Ahora vuelvo- anuncie

-¿A dónde vamos?- preguntó.

-No, no vamos, voy al baño.- sentencie

Camine hasta la cochera y tome el martillo que estaba sobre una caja de herramientas (roja y vieja, se podía observar que ya estaba oxidada)
Subí las escaleras con sigilo, mi ventana da vista a la casa de Jiraiya, pero la tubería está del otro lado. Así que entraré al cuarto de Sasuke. Su habitación queda enfrente de la casa del señor Tobirama, y por consecuencia frente a la calle, debo ser rápida, no quiero que nadie me vea.
Tomé la perilla y la gire, pero la puerta no abrió. Está cerrada con llave. Maldición, no quería forzada.
La volví a tomar pero ahora la gire con más fuerza, después de producir un ruido, la puerta se abrió. Entré, abrí las cortinas, luego la ventana. Coloque el mazo del martillo en mi boca para poder salir, tenía que ser cautelosa, era peligroso. Comencé a caminar por el techo, hasta llegar ala esquina derecha. Bien, todo estaba en orden, me pusé en cuclillas, tomé el martillo con mi mano, mientras que con la otra me sostenía, lo golpee, el primer golpe no ocasiono más que una abolladura, una vez mas, otra tras otra, no podía hacer ni un simple agujero, era inútil, ya había perdido mucho tiempo. Necesitaba más fuerza, solté mi mano con la que me sostenía, con ambas manos en el martillo lo golpee con fuerza. Muy pronto la tubería mostró un agujero que no vi por más de 2 segundos, mi vista fue cegada por la presión del agua que comenzó a salir de la tubería, había olvidado cerrarla. A causa de mi susto resbale, intente sugerirme de algún lado, pero fue inútil. Después de todo ¿que es caer del techo de un segundo piso? Intente ahogar un grito pero este salió de mi. Todo el tiempo tuve mis ojos cerrados, no obstante los abrí cuando sentí que alguien me jalaba del brazo.

-¡Sakura! Tranquila, ahora te subo-

-Ayudame- grite.

-Sí que pesas Sakura.- se quejo.

El peso de ambos no podía ser soportado por el techo, y mi mano mojada hacia el trabajo más difícil. ¿Cuánto más aguantara? El techo no es una superficie plana para apoyar su fuerza en el. Fue entonces donde un paso es falso hizo que me soltara.

-¡Sakura!- gritó fuertemente mi nombre.

Trate de preparar mi mente para el impacto. 5,4,3,2... Algo ocurrió, porque no llegue al número uno, porqué no sentí que mis costillas se quebraran, ni que perforaran mis pulmones, tampoco el increíble dolor del golpe en mi cabeza, ni mi pecho arder. Tampoco escupí sangre, ni mi grito de dolor fue producido.

-Joder, ¿siempre tengo que salvarte?- abrí mis ojos para encontrarme en los suyos, azules como el cielo de los dioses. Con su perfecto rostro, su rubio cabello que me hace estremecer sus enormes brazos sujetándome y su hermosa sonrisa, su hermosa sonrisa que era como una droga para mi, adictiva pero prohibida. Tú eres la manzana y yo soy Eva.

Tú eres el pecado y yo soy una pecadora.