Vigésima Tercera Parte

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(…) Es la maldita guerra.

-“Del amor al odio solo hay un paso”- Ino repitió eso durante los siguientes 15 minutos, esa frase estaba volviéndome loca, no por su significado, sino por la constancia en la que Ino la decía. Estaba por aborrecer a aquel que dijo eso, por otra parte, también me resulta algo castrante el que Ino crea que amo o que en algún momento ame a Naruto, se equivoca, yo no llegue ni a quererlo un poco, todo lo que sentía hacia el era atracción, sólo eso. Él me gustaba, y lo aclaro porque hay una delgada línea entre gustar y querer, así que la línea entre gustar y amar es aún muchísimo más delgada. Tampoco creo que Naruto me ame, ¿o tal vez sí? Quizás por eso insiste tanto… no, él tampoco llego a quererme un poquito, Naruto tiene un obsesión conmigo. En ese momento lo comprendí, Naruto tiene una obsesión,esta obsesionado conmigo.

-Eso es…- me levanté de mi asiento emocionada, aunque la verdad no era la gran cosa, pero aún así quería  decírtelo a Ino y que ella me diera su opinión. Ino alzo su cabeza del escritorio, no dijo nada, sólo me miró y su silencio fue el que me dio a entender que me escuchaba, me volví a sentar con una ligera sonrisa.

-Naruto no me ama- le confesé.

-Claro que no, ese chico está loco por ti.

-Exacto.- le di la razón a Ino apuntandola con mi dedo índice.

-¿Eh?- Ino aún no comprendía.

-No es que me ame Ino, el está obsesionado. 

-¿Y eso en que nos ayuda? Enamorado o no, el está detrás de ti como un perro, y no va a parar hasta tenerte.

Ino tenía razón, creo que sería mejor que me amara, que su fría obsesión, ya saben lo que dicen. Si amas algo déjalo ir. En este caso, el no me ama y por ende no me dejara en paz, así que tengo que recurrir a otras circunstancias, tendré que jugar sucio con él, después de todo parece que así han educado al chico. 

-¿Qué se supone que es todo eso?- le dije a Ino señalando con mi dedo el gran mural de madera que estaba a la izquierda en el fondo.

-Son fotos.- Ino se levanto de su asiento y camino hasta aquel mural.

-Ya veo.- tenía muchas fotos, no sólo de Naruto, había algunas en las que se les veía con Hinata, también había fotos de lugares, me imagino que era a dónde estuvo yendo. Lo que no entiendo es como las consiguio

-¿Cómo las conseguiste?- le pregunte. 

-Naruto tiene sus fanáticas.- de alguna forma eso me... molesto.

-¿Fanáticas? ¿a qué te refieres?- la volví a cuestionar.

-Sí, varias chicas lo siguen y le toman fotos, unas entran en su casa por las noches, ya sabes... están locas.

Me quedé en silencio... ilusas, todas son unas ilusa, incluso yo.

-Maka ¿la conoces? Creo que va en tú clase.

-Sí, la conozco, ¿qué pasa con ella?- estaba llena de intriga.

-Maka conoce todo el horario de Naruto, no exactamente, pero sabe que es lo que hace la mayoría del tiempo, es como un tipo diario.

-¿Y lo conseguiste?

-¿Qué? ¿el diario?

-Sí.

-Me ofendes

-Quiero verlo- le ordené.

Abrió una puerta de su escritorio y sacó una hoja tamaño oficio.

-¿Por qué tiene corazones?- le dije señalando los corazones que habían en las esquinas de la hoja.

-Es una copia, la original tenía eso, no me culpes.

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