Segunda Parte

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Los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto

saludos, los invito a leer mi nueva historia: legalmente mía

(...) Mirada de psicópata

Era de noche, estábamos todo juntos, en la misma mesa y a decir verdad la estábamos pasando muy bien. Sasuke y yo. Junto con Itachi.

-¡Vamos Sasuke! Parte el pastel.- después de soplar las velas, dio una pequeña mordida y partió el pastel. A decir verdad me sorprende que no se molestará, para los chicos de su edad esto puede parecer antiguo o ridículo, me agrada que lo tome tan bien.

-Bravo- grito Itachi- ahora abre los regalos.

-Bueno, mientras traigo platos para el pastel.- continúe, me levanté y me dirigí a la cocina. Escuche como Sasuke abría con desesperación el regalo de su padre.

-¡Debe ser una broma!- la voz de Sasuke delato su emoción. Salí de la cocina, con tres platos en la mano y cubiertos.
Sasuke tenía en sus manos unas llaves, ese imbécil. Inmediatamente observo la ventana y me encuentro con un lamborghini. Un auto deportivo color negro.

Costoso.

-¿qué es esto?- mire a Itachi con un poco de furia

-Lamborghini- dijo con una sonrisa en su rostro, burlándose de mi supuesta ignorancia.

-Sé que es un lamborghini ¿Por qué?- hice que mi voz sonara aún más molesta.

-¿Qué tiene?- Sasuke se metió en la "charla"

-¿Qué tiene? Tienes 18 años y a tú padre se le ocurre regalarte una máquina de accidentes.

-Mamá, tengo 19 años.- ignoro lo demás, dándose cuenta que olvide que estábamos en su cumpleaños

-No importa. No es necesario, no tienes licencia, por lo que no puedes conducirlo- Sasuke hizo una mueca de fastidio

-Es verdad, pero puedes hacerlo sí vas con un adulto.- Itachi lo apoyo, no quería arruinar su festejo y a decir verdad. Yo tampoco.

-Está bien, pero después sacaras tu licencia como todo adulto responsable.

-Perfecto.- dijo alegre mientras le agradecía a su padre con un abrazo.

-Aprovechando el buen humor de tu madre- continuo Itachi- ¿Qué les parece sí vamos a la cabaña del lago el fin de semana? Los tres, juntos.

-¿El fin de semana?- pregunte curiosa. Tomé el cuchillo y comencé a repartir el pastel

-Sería genial, mamá. Haríamos fogatas, comeríamos juntos, nadaríamos.

- ¿Por qué hasta el fin de semana?- insistí.

-Sí, tengo que viajar a Chicago.- inmediatamente desvió la mirada

Es una broma ¿verdad? Resulta gracioso que en Chicago vive ahora esa chica Karin, es un estúpido sí cree que me tragare esa mentira.

-Sasuke, recoge la mesa por favor,- asintió con la cabeza y de fue a la cocina

-Chicago ¿En serio? ¿No irás a ver a esa niña? -sorprendido, respondió:

-Vamos Sakura, claro que no. Es por trabajo.- Puso su mano en mi rodilla, aprovechando que usaba vestido, fue subiendo su mano.

-Eres un hijo de pu...- alcé mi mano, lista para abofetearlo, pero Sasuke salió de la cocina. Me aferre a sólo quitar su mano con desprecio.

-¿Qué piensas mamá,? ¡Vamos!- sonreía como nunca antes, pero no iría con él, Ino tenía razón, era un cerdo.

-Tengo mucho trabajo, vayan ustedes dos. - Itachi me miro con desilusión.

Sasuke hizo una mueca de desagrado, me acerque a él y lo tome por los hombros

-En verdad lo lamento, pero no puedo ir, es puente este fin, y tengo que estar en una reunión en la escuela.
Sasuke bajó la mirada, a pesar de tener 19 años, sigue siendo mi niño. le quite de la cara el mechón que tapaba su hermosa mirada.

-Está bien, aprovechen para tener momentos padre-hijo. Le besé la mejilla.

-De acuerdo. - Sonrió y me beso la frente. - sí, puede parecer increíble pero mi hijo tiene mayor estatura, su voz es grave,  tiene ahora 19 años, está en la universidad.
Pero sigue siendo mi niño.

Saqué los panes de la tostadora, era de madrugada, Naruto vendría a reparar el motor del garaje hoy. Serví café y jugo en tazas y vasos.
Alguien llamaba la puerta. Eche un vistazo al reloj de la sala.
Eran las 10:00 am.
Muy puntal. Sonreí baje el volumen de la televisión y corrí para atender la puerta.
Antes de abrirla, me regrese por el pasillo para asegurar que me veía bien, estaba neriviosa, demasiado. Es como sí estuviera en mi primera cita en la preparatoria.

Vergonzosa.

Que ridiculez, tocaron por segunda vez. Tome el picaporte y gire de el.

-¿Qué haces aquí?-

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora