Peligrosa { #1 Saga Peligrosas }

15. ¿Quién te crees que eres?

Entonces ya era oficial, Peter y yo éramos novios, y no podría sentirme más feliz. Era la primera vez que había formalizado una relación y era la primera vez que podía sentir que de verdad me importaba mi pareja.

Claro que no lo teníamos nada fácil pero de algo estaba segura: los dos nos queríamos lo suficiente como para soportarlo. Además trataba de no pensar en las cosas que podrían pasar, mejor me enfocaba en las cosas buenas y me prometí disfrutar de los momentos, algún día teníamos que preocuparnos pero no por el momento.

—¿Estás bien? —preguntó Liv moviéndome un poco e interrumpiendo mis pensamientos.

Estábamos reunidos en la sala del sótano del bar, en la misma mesa de siempre, con las personas de siempre. Mi padre había dicho que tenía un asunto para mí, ahora me encontraba esperándolo.

—Tienes la mirada perdida —continuó mi prima pareciendo preocupada.

—Sí, estoy bien, sólo... —sonreí y pensé "feliz" —distraída.

—Mejor aterriza —me reprimió Jo del otro lado de la mesa —quien sabe que quiere Bruno que hagas, o hagamos...

Asentí levemente, seguiría el consejo de Jo. Entonces la puerta del despacho de mi padre se abrió dejando salir a Isaac y Hayden. Se podía decir que habían pasado a ser el dúo preferido de mi padre ya que los mantenía siempre ocupados. Isaac se acercó a nuestra mesa y después de darle un beso a Jo dijo:

—Tu padre las espera a las tres.

Nosotras compartimos una mirada inquietante, seguramente era una misión. Sin pensarlo mucho me levanté y comencé a caminar hacía la oficina, con Liv pisándome los talones. Jo se puso cariñosa con Isaac así que no la esperamos, ella nos siguió cuando estuvo lista.

Al entrar mi padre nos esperaba levantado de su silla y paseándose de un lado a otro. En la mano llevaba un sobre amarillo. Carraspeé para hacernos notar al tiempo en que escuchaba a mis espaldas que se cerraba la puerta.

—Es una misión —dije para confirmar mis sospechas y Bruno asintió.

—Localicé a los hombres que intentaron matarte aquel día en el muelle —dijo sin darle más vueltas al asunto.

Enarqué una ceja y entonces mi padre me pasó el sobre amarillo dónde se encontraba la información.

—Traten de sacarles información importante —explicaba mi padre y yo comencé a analizar la información que estaba dentro del sobre —hagan todo lo que sea necesario. Todo.

Con fuerza apreté los papeles en mi mano y tragué saliva audiblemente.

—Entendido—fue lo único que pude decir.

*

—¿Podemos hacerlo?— preguntó Jo mientras caminábamos fuera de ahí.

Empezaba a oscurecer y a soplar el viento helado. Miré a Liv, sabiendo que era la más sensible en estos asuntos. Ella asintió débilmente.

—Sí—contesté un poco más segura.

—Bien —dejó escapar un suspiro.

El ambiente estaba tenso, en esta misión solo seriamos nosotras tres, solas, y nos encontrábamos un tanto nerviosas. Al parecer Bruno creía que nosotras éramos lo suficientemente fuertes como para "vengarnos".