Efectivamente, Peter se había dado un susto de muerte al escuchar el disparo en el comedor. Así que cuando lo encontré en la habitación lo abracé muy fuerte, dejé que besara mi rostro y mi cabeza mientras se aliviaba de que de verdad todo estaba bien.
Se sorprendió de todo lo que sucedió, esta vez no me guardé ningún detalle cuando le conté, ni si quiera lo último que me había dicho Joel. Le confesé que moría por salir de ahí, así que decidimos que cargaríamos las maletas al día siguiente para ir a la casa de playa por si el trato se cerraba e irnos en cuanto antes.
Nos quedamos dormidos pronto pero nos levantamos temprano para preparar las maletas. Me llevaron desayuno a la habitación acompañado de un mensaje de Joel, que estuviéramos listos en una hora para irnos a la playa.
No tenía ropa adecuada para la playa por lo que decidí colocarme mis jeans que había llevado durante el viaje y una blusa de mangas largas color azul marino. Fue un alivio poder dejar que Peter fuera casual y ya no tendría que inventarle una excusa para no llevar el traje formal, era perfecto que se vistiera así para ir a la playa.
Disimuladamente Peter subió las maletas a la camioneta, no hubo ningún comentario al respecto de nadie de los presentes por lo que dejé de preocuparme. Israel ya estaba ahí con el hombre del otro día para llevarnos.
Joel salió por la puerta al final, no iba acompañado de nadie y fruncí el ceño al darme cuenta de ese hecho. Se acercó para saludarme y darme los buenos días.
—Espero que hayas descansado.
—Sí, lo hice, gracias. ¿No viene Grecia?
—No, le duele la cabeza— hizo un gesto con su mano para restarle importancia —. Vámonos de una vez, no quiero que se nos haga tarde. Allá ya tienen todo listo.
—Excelente— fingí emoción.
Nos subimos a la camioneta y nos pusimos cómodos, esta vez Israel casi no habló en el camino, estaba metido en su teléfono. Peter y yo nos pusimos los audífonos y al ritmo de Simple Plan admiramos el paisaje. La mañana era fresca pero sin duda el sol nos haría entrar en calor a mitad de la mañana.
Cuando entramos en la ciudad Israel comenzó a parlotear de nuevo y nos llevó por un camino diferente para que pudiéramos apreciar los ríos que atravesaban la ciudad aunque yo sólo veía uno. Me gusto ver que las calles se convertían en puentes para ir del otro lado del río.
—Bonito, ¿no?
—Sí — respondí sonriendo, feliz de estar viendo algo más de la ciudad.
Después de cruzar la ciudad nos encontramos en carreta otra vez, las vías del tren pasaban a un costado de la autopista y en lugar de ver árboles había cultivos. Israel explicó que Sinaloa era un estado que se dedicaba a la agricultura por lo que se podía ver muchos de esos cultivos por las carreteras. Había algunos puestos de comida que también estaban a lado de la autopista, algunos muy concurridos y me imaginé que serían excelentes para tener a tanta gente en un lugar que no parecía salubre.
Supe que estábamos cerca cuando empecé a ver las palmeras y al ver la arena a un lado de la carretera. El contraste del paisaje se notaba.
Vi el mar en la distancia y no pude evitar el emocionarme por estar ahí, Peter sonrió al ver mi emoción.
Nos llevaron a una casa alejada de todo, casi escondida, que no era tan grande como en la que habíamos estado y que parecía ser menos imponente. Esa si era de dos piso y tenía ventanas amplias. Además de balcones de bambú y decoraciones alegóricas del mar.
ESTÁS LEYENDO
Peligrosa { #1 Saga Peligrosas }
RomantikAngela estaba en un dilema, apoyaba a su familia o estaba en su contra. Para ella la familia siempre había sido lo más importante. Antes, sin ningún titubeo, ella hubiera dado todo por ellos, estaba dispuesta a todo lo necesario por protegerlos, men...