Peligrosa { #1 Saga Peligrosas }

29. Planes de Viaje

Despertar a lado de Peter era el mejor regalo de navidad que podía tener, él me llenó de besos mientras intentábamos ponernos de pie y vestirnos para ir a desayunar. Eso iba a tardar porque estar entre sus brazos era algo que no quería que terminara, deseaba quedarme ahí siempre. Mi molestia estaba menguando y ya podía darle una sonrisa real a Peter.

Después de un par de besos intensos bajo las cobijas de la cama de Peter, nos levantamos. Hacía frío así que nos cubrimos bien para salir de la habitación. No era temprano, pero era de esperarse que nos levantaríamos tarde por habernos desvelado la noche anterior.

Ryan estaba preparando el recalentado, David se tallaba los ojos con fuerza mientras doblaba las cobijas que le habían prestado.

—Buenas tardes chicos, ¿café? — nos ofreció el señor Bouvier.

—Sí, por favor — dije soltándome de la mano de Peter y yendo a tomar mi lugar en la mesa.

—También yo.

Peter se dirigió a la cocina y volvió con un par de tazas. Pronto David se nos unió a la mesa con su taza de café en la mano y comenzó a parlotear sobre haber dormido como bebé. Estaba claro que David era un hablador y siempre llenaba los silencios incómodos.

—Fue un placer tenerlos aquí y compartir la navidad— comenzó a decir el señor Bouvier —, Peter y yo a veces no tenemos mucha compañía, pero fue bueno que estuvieran aquí.

—Gracias a ustedes por recibirme Ryan, me la pasé mejor aquí que con mi propia familia — David soltó una ligera risa —. ¿Ya soy parte de la familia?

—Siempre lo has sido, hermano — le respondió Peter.

—Gracias señor Bouvier, a mí también me encantó pasarla a lado de ustedes.

—¿Quieres unirte a la familia? — preguntó Peter tomándome de la mano.

Miré a los tres que a la vez ellos me miraban con expectación, el concepto de familia estaba muy claro para mí, la organización era mi familia y siempre los había considerado así. Estar en la casa de Peter, conviviendo y compartiendo momentos fue diferente, tal vez mi concepto estaba errado y esa era una verdadera familia.

—Claro — respondí finalmente, los tres me dieron amplias sonrisas y recibí un beso en la frente de Peter.

Estábamos levantando los platos de la mesa cuando escuchamos un sonido proveniente de las habitaciones, apenas era audible pero era muy insistente. En ese momento recordé que había dejado el móvil cargándose en la habitación de Peter.

—Creo que es mi teléfono — estaba movilizándome para correr por él cuando vi que Ryan estaba por tomar el camino al pasillo de las habitaciones, ya que era el que estaba más cerca.

—No te preocupes, yo te lo traigo.

No me congelé porque no podía permitirle al señor Bouvier ver mi teléfono, así que corrí. No sabía quién estaba llamando pero mi lista de contactos estaba llena de nombres que tenían antecedentes o por lo menos estaban identificados como parte de la organización Nardi. Rápido alcancé a Ryan y lo detuve.

—No se moleste, tal vez es mi padre y tengo que responder. Voy a quedarme en la habitación para tomar la llamada — le dije de la manera más cortés que pude, no quería ofenderlo rechazando su ayuda.

No esperé una respuesta y me adelanté hasta llegar a la habitación. Efectivamente el móvil estaba sonando de una forma muy insistente y en la pantalla se encontraba el nombre de Bruno. Tomé un respiro para después tomar la llamada.