12. Contigo

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—Si pudieras tener un súper poder ¿cuál sería? — Peter salió con esa pregunta de la nada.

Así era Peter, preguntaba las cosas más locas que pudieras imaginarte. Yo le adjudicaba ese comportamiento a su forma de ser, pues era increíblemente curioso y cuestionaba todo. Era como esas preguntas fastidiosas de los exámenes dónde después de responderla te hacían justificarla. La diferencia aquí es que en lugar de fastidiarte Peter te ponía a pensar de una manera agradable. Cuando en una conversación casual con cualquier persona las preguntas típicas eran ¿Qué te gusta hacer? ¿Cuál es tu color favorito? ¿Cuál es tu música preferida?, Peter salía con ese tipo de preguntas, más íntimas, muy personales y por las que nadie normalmente no se interesa.

Me le quedé mirando con los ojos bien abiertos tratando de analizar su pregunta. Eso nunca había pasado por mi mente, hasta ese momento. Tampoco me había pasado por la mente la pregunta que había dicho días atrás sobre que elemento me gustaría dominar.

—Qué difícil. ¿Sólo uno? — claro, porque yo no podía estar conforme con sólo uno.

—Sólo uno — sonrió de lado, expectante por saber mi respuesta.

Ladeé mi cabeza, pensando en cual poder podría ser útil para mí. Me perdí en mis pensamientos mirando el plumero de colores que estaba en la estantería justo sobre la cabeza de Peter. Estábamos encerrados en uno de los armarios de limpieza de Luxington, escondidos, saltándonos clases y sólo pasando el tiempo juntos.

—Es para hoy — me apresuró — Sólo dime lo primero que venga a tu cabeza.

—Quiero responder bien, nunca lo había pensado y si pudiera escoger lo quiero hacer bien. Tal vez eres un genio que cumple deseos y me concedes ese súper poder.

Peter soltó una leve carcajada.

—¿Qué? — negó con su cabeza sin poder parar de reír — Tienes mucha imaginación. Voy a decepcionarte pero no soy un genio, ni si quiera hay una lámpara.

Pronto su risa me contagió, aun así seguí pensando en la respuesta. Lo primero que apareciera en mi mente.

—Ser indestructible — susurré — o inmortal.

Peter dejó de reírse y ladeó su cabeza, observándome atentamente, siendo curioso.

—Interesante. ¿Por qué ese poder?

—Uh... — me encogí de hombros — Supongo que sería útil para... ya sabes... lo que hago. En ese negocio no me garantizan una seguridad.

El silencio hizo acto de presencia y sabía que Peter estaba analizando mi respuesta, por esa razón lo dejé con sus pensamientos mientras me imaginaba a mí misma siendo "Súper Chica".

—¿Le temes a la muerte? — cuestionó repentinamente.

—Sería absurdo temerle. Es inevitable.

—Entonces ¿por qué escoger ese poder?

Solté un respingo involuntario, como si me hubiera atrapado con las manos en la masa. Nunca pensé que una pregunta tan fácil como esa pudiera revelar una parte de mí que yo ni si quiera conocía o más bien que nunca me había cuestionado. Inconscientemente pensé en eso, por mi trabajo, por el peligro al que estaba expuesta, porque en cualquier momento alguien podía llegar y pegarme cuatro balazos en el pecho, yo de verdad no quería morir así. Podía justificar mi respuesta diciendo que había sufrido la pérdida de mi madre, que esta vida me la arrebató, pero mi respuesta fue egoísta y en lugar de decir "hacer a los demás indestructibles o inmortales" dije "ser indestructible".

Peligrosa { #1 Saga Peligrosas }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora