Emergencia

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N/A: Adivinen quien logro salvar aunque sea un capitulo, pero de aquí, partiremos de cero, lo siento u_u


Día cuatro..

-¡Eh, papá!

Sonreí sin siquiera abrir los ojos.

-Ven acá –la tomé de su pequeña cintura y la puse sobre mí. Rió.

-Buenos días –sonrió

Le besé la mejilla y la dejé ir.

-¿Tienes alguna idea para hoy?

-¡Sí!

-Adelante dímela.

-Hoy hornearemos galletas –mostró sus adorables hoyuelos.

-Pero, yo no sé cocinar –la miré preocupado- Ni siquiera sé si las galletas van o no al horno.

Darcy golpeó su frente con su pequeña mano.

-Claro que va al horno, papá –rodó sus ojitos tal como lo haría Emily- Pero no importa, siempre hago con mamá y el tío Thom, así que yo sé hacer.

-Okay, tu al mando, pequeña chef.

-¡Arriba, hay que comprar ingredientes! –se impulsó hacia un lado para deshacerse de mi y lograr posar sus pequeños pies sobre el suelo.

-Bien, Liam irá, no tenemos por qué ir nosotros, así que ve a decirle lo que necesitas.

La verdad es que no quiero sacar a Darcy de la casa, pues los paparazzis están en todas partes y comenzarían a hacerse preguntas ¿Qué pasaría si Emily se enteraba? No, no, no puedo salir con Darcy.

***

-Bien, harina, levadura, huevos, vainilla y gomitas de osito –dijo Liam mientras dejaba todo sobre la mesa- El resto dijiste que ya está.

-¿Gomitas de osito? ¿Con eso se hacen las galletas? –pregunté, confundido.

-No, es porque tenía hambre.

¿Por qué demonios es tan inteligente?

-Bien, todos vayan a lavarse las manos que no tocarán nada si no –ordenó frunciendo el ceño tal como su madre.

-¿Y las haremos todos? ¿Por qué no tu y Harry...? –se quejó Niall.

-Porque la haremos todos y punto.

Nótese que cumplirá solo seis.

***

-Dios mío ¿Qué sucede con las películas para niños? –sollocé mientras sorbía mi nariz y secaba mis abundantes lagrimas.

Mientras las galletas se horneaban, habíamos decidido ver una película, y, adivinen cual...¡Dumbo! Dumbo y los cinco otra vez estamos llorando como mariquitas.

-Papá, está saliendo olor a quemado –sentí que Darcy me hablaba, pero no le preste atención porque ¡vamos! La película estaba buenísima- Papi se van a quemar. Papá. Iré yo ¿bien? Mamá no me deja tocar el horno, no deberías hacerlo tu tampoco... ¿Papá?

-Sí, si Darcy, si –le respondí entra balbuceos sin siquiera mirarla.

Darcy

Ya que papá no me prestaba atención y yo no quería que las galletas se quemaran, tuve que ir por mi cuenta.

Toda mi vida mamá y el tío Thom habían repetido "No te acerques al fuego, no toques el horno cuando está encendido, la cocina déjamelo a mí, jamás toques cosas calientes" y aquí estoy yo, rompiendo todas las reglas porque no quiero que mis galletas se quemen.

Veamos, Darcy, mamá siempre abre el horno con un paño en la mano, pensé.

Estaba aterrada, ¿Y si quemaba la casa? ¿Y si moría? ¿Y si moríamos todos?

Ya déjate, Darcy, no habrá fuego de por medio si lo haces bien.

Tomé un paño de cocina y cuidadosamente me acerqué al horno. Me sudaban las manos, pero no era momento. Con el paño tomé la manilla del horno y lo abrí de golpe.

Mucho, muchísimo humo comenzó a salir y me horroricé, grité como permitieron mis pulmones y sin quererlo lancé el paño adentro del horno.

Este comenzó a arder en fuego e intenté remediarlo acercando un poco un delantal de cocina, pero este también se prendió y lo tuve que soltar de golpe, porque me había llevado una buena quemadura. Vi como el delantal prendía la alfombra y en menos de tres segundos la cocina estaba empezando a arder. Lloré desconsolada, con los hechos que habían pasado en menos de un minuto.

El humo me estaba mareando y no sabía cómo salir. Sentí pasos acercándose muy rápidamente y, desorientada, comencé a llamar a gritos al tío Thom, pues era él el que siempre se preocupaba del fuego cuando cocinábamos.

Empecé a toser desesperadamente, sin saber realmente donde estaba. Se escucharon gritos llamándome desde la puerta, eran de un hombre

-¡Tío Thom! –Lloré- ¡Estoy aquí!

Vi una especie de humo blanco esparciéndose por la habitación y apagando el fuego. El que se acercó corriendo, no fue el tío Thom, si no que mi padre.

Había olvidado por completo donde estaba.

Me tomó en sus brazos y me aferré a él, llorando.

-Darcy ¿Qué ha sucedido? –preguntó afligido, como si también tuviera ganas de llorar.

-Las galletas se estaban quemando –sollocé.

-¿Y por qué no me dijiste? –se alteró.

-Lo hice, no quisiste venir.

Lo escuché lamentarse, soltando un montón de malas palabras.

-Darcy ¿tu estas bien? –Preguntó Zayn y yo asentí- Eso es lo importante, solo fue el susto. Ahora, cállate, la estas asustando.

Entonces, como niño pequeño, mi padre se lanzó a llorar.

-Soy un pésimo padre.

-No lo eres –le dije, acariciándole el cabello- Yo te quiero mucho.

-Perdóname, princesa, por favor.

-Claro que sí -Lo abracé- ¿Quieres ir a ver Dumbo?

Papá río.

-Creo que hay que ordenar esto. Y de paso, olvidarlo.   


¡Eh, Papá! »Harry Styles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora