No te vayas

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-No creerás lo que he conseguido para Darcy

-¿Qué? –pregunté, casi saltando.

-Será sorpresa, lo verás mañana, pero me siento bastante orgulloso.

-Así no es justo, me quedaré con la duda

-Ups

-Oye, Harry, ¿qué harás con la prensa? No puedes evitarlos para siempre.

-Me gustaría decirles la verdad ¿sabes? Pero no sé si te complique de alguna forma

-No...tu...hazlo, es tu hija también después de todo, aunque me preocupan tus fans ¿crees que tengan el corazón para odiar a una niña de seis años?

-Ellas son crueles con las mujeres dentro de nuestro radar, pero supongo que solo cuenta para mayores de dieciséis.

-Entonces ¿yo soy la que corro peligro?

-Definitivamente –sonrió, como si la situación lo divirtiera.

-Si es así, nunca mostraré mi rostro.

-Ha pasado un día completo, para este momento las chicas deben tener hasta tu número de pasaporte.

Bufé, creyendo en sus palabras.

-Bueno, mejor a mí que a Darcy. De todas formas, tienes que sentarte a charlar con ella, sobre lo que es tu mundo.

-¿Piensas que se lo tome mal? Quedó bastante asustada luego del incidente con los paparazzis

-Bueno, es entendible, la pilló de sorpresa –hice una mueca- ¡Mira! Ya está listo, sólo queda el detalle final.

-¿Detalle final? Si mira esa decoración, ¿Acaso habías visto una mariposa más linda que esta? Y para colmo en glaseado rosa.

-Harry, su ala parece más un brazo, pero supongo que Darcy valorará el intento.

-Qué insensible.

No lo pudimos evitar, nos echamos a reír como un par de niños.

***

-No sé de qué te quejas, todo salió bien. Darcy es una niña inteligente, y siguió el plan al pie de la letra.

-Es cierto, mami. Esas niñas se me acercaron a preguntar por mi nombre, y les dije que era Isabella, como acordamos con los tíos a jugar a los espías con identidad secreta. Luego les dije que no podía hablar con ellas porque mi padre me esperaba en la fila.

-¿Y qué...qué te dijeron? –Harry removía sus manos, nervioso.

-Que ellas me acompañarían, para que no me perdiera. Y el tío Thom, que fue el de la idea del juego, fingió ser mi papá. Fue divertido, en serio.

-¿Y esperaron hasta la noche para contarme de ese encuentro?

-No queríamos preocuparte para nada...

-Y ustedes ¿a qué fueron si no salieron de la camioneta?

-Salimos a dar un paseo, Hazza, nada de qué preocuparse. –Niall se encogió de hombros, contestando por el resto.

-Muy bien –suspiré- a dormir, señorita. Mañana es un gran día.

-¡Sí!

-Bien, yo te pondré el pijama.

-Tio Thom, puedo ponérmelo yo solita.

-Déjame tratarte como una bebé por última vez ¿sí? Antes de que seas una mujer grande de seis años ¿podría, princesa?

¡Eh, Papá! »Harry Styles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora