dia perfecto

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Al llegar a la casa lo tiro al sofá y Justin queda sentado rápido. Luego le pregunta:

– ¿Cómo fue que los conociste a ellos? –

– Pues Melanie me hablo en el parque y me acompaño hasta el gimnasio donde conocí al hermano. –

– Esa nena estaba muy fresca contigo. –

– Lo sé, y la detuve cuando intento tirarme piropos en el parque. –

– Pero aun así son buenos amigos. Ese beso que te dio no me gusto. –

– No te pongas celosa. Ella no me gusta. –

– No estoy celosa, solo te digo que tengas cuidado con las amiguitas que tenga. –

– Mismo pato al revés. –

– Además de que aquí solo eres mío. ¿Entiendes? –

Le dice mientras se le sentaba en sus muslos y le acariciaba el pene por encima del pantalón. Eso estaba provocando que le llegara una erección y Justin le dice:

– Keila, deja eso. –

– Sé que te gusta. Lo dejo si dices que solo eres mío aquí por lo menos. –

– Está bien, solo soy tuyo. –

– Así me gusta. –

Le dice para luego darle una lamida en la mejilla y mirarlo con esos ojos provocadores. Justin no pudo contenerse y la agarra por las mejillas, dándole un beso de lengua. Luego se separa de ella y le dice:

– Perdón, no me pude contener. –

– Está bien, yo te provoque así que la que debe disculparse soy yo. –

– ¿Te puedo pedir algo? –

– Sí. –

– ¿En lo que descubro si mi esposa está viva o no, podríamos ser algo asi como... Amigos con privilegios? –

– De por si somos parejas para toda la escuela. Está bien, eso me gusta. –

– Quiere decir que si te agarro un seno ahora no te molesta. –

– Si no te molesta que te brinque encima ahora mismo, porque sabes que eso me provoca. –

– Está bien, evitare provocarte demasiado. –

– Está bien. Dale caballito. –

Ella empezó a dar pequeños brincos encima de él haciéndolo gemir pues estaba rosando su pene entre sus muslos. Justin la aguanta mientras le decía:

– Keila, me lo estas rosando. –

– Hay perdón, que sensible. –

Dice mientras Justin la tira al lado suyo y se empezó a reír de él. Luego le dice:

– Bendito, te lo pare. –

– Eso no es gracioso. –

Después que le dijo eso, cierra los ojos y ella le pregunta:

– ¿Qué haces? –

– Pienso en baloncesto. –

– Mejor te lo bajo yo, más rápido. –

AmnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora