Carrera de entrenamiento

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Los chicos iban caminando adentro y Justin supone que ese sería el lugar de entrenamiento. Se fue corriendo detrás de ellos y mientras caminaban, miraba alrededor. Después de un caminar corto, llegaron al centro del coliseo donde todo era un campo plano. No parecía haber nada en él, ni siquiera los sillones de personas para ver. Luego Alvin se detiene y les dice:

– Sus uniformes de entrenamiento están en aquel cuarto. Vayan a cambiarse y véanos aquí. –

Keila y Justin fueron caminando hasta una puerta roja que había a un extremo del coliseo. Cuando entran, había muchos casilleros rodeando un cuarto vacío con dos banquitos en el medio. Encima de los dos banquitos estaban los uniformes con un papel encima. 

Cuando Justin lo mira bien, tenía un número en él. Luego mira los casilleros y se da cuenta de que era su casillero. Empezó a ver los casilleros hasta que encontró el suyo. Ella estaba al lado del y se quitó la blusa, quedándose solo en su sostén y pantalón. Justin la mira con sorpresa y le pregunta:

– Te cambiaras aquí conmigo. –

– Ya me habías visto antes. –

– ¿No te molesta? –

– No, ya me acostumbre.

Le dice Keila mientras subía sus hombros en forma de poca importancia. Justin traga hondo mientras volteaba a su casillero y Keila, sonriendo le pregunta:

– ¿Cuál es la sorpresa si antes cuando se iba a la playa veías muchas mujeres así? –

– No, nada. –

– Enserio ese borrado de memoria también cambio tu forma de ser. –

– ¿A qué te refieres? –

– Pareces más inocente. –

Ella se dobla para quitarse su pantalón mientras dejaba sus relucientes piernas a la vista.

Que cuerpo de modelo tiene ella. ¿Pero qué hago mirándola de esa manera? Solo es una amiga así que cámbiate y sal rápido.

Justin se quita la ropa y rápido se cambie para el uniforme. Era una camisa gris con una línea roja al lado derecho. Una sudadera bastante pegada gris con una línea roja al lado derecho también. Su casillero no tenía muchas cosas. Más que algunos uniforme extras y ya. Cuando cierra su casillero, ella se estaba poniendo la camisa.

Ese abdomen de ella es tan perfecto.

Después de que ella se pone la camisa, lo mira curiosa preguntándole:

– ¿Que miras? –

– A una nena chiquita vistiéndose. –

– A ok, ahora entiendo. Me vas a hacer como yo te hice. –

– No, solo que termine primero que tú. –

– No seas burlón y vámonos. –

Le dice mientras le daba un puño en su hombro y salía caminando del cuarto.

Al menos logre disimular que miraba su hermoso cuerpo y no di a notarlo.

Justin se fue detrás de ella pero cuando salen al campo, los chicos no estaban.

No sé porque me gusto de la manera que me estaba mirando. Me miraba como si le gustara lo que viera. Le gusto mi cuerpo, aunque el pobre no sabe disimularlo. ¿Debería sentirme mal o bien porque me miraba con ojos deseosos?

AmnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora