Clases al aire libre

15 2 0
                                    


Al llegar había una nota que decía:

Vayan a la pista de la escuela. Nuestra clase será al aire libre pero primero pasen por la oficina y den sus tarjetas para que les entreguen un uniforme.

Att. Srta. Wayne

– Que bien, vamos entonces. –

Fueron caminando hasta la oficina y llegaron hasta donde estaba el trabajador social. Él, al verlos, sonríe y les dice:

– Hola chicos. –

– Hola señor Payne, venimos porque la profesora Wayne nos envió a buscar unos uniformes. –

– A sí, claro. ¿Sus tarjetas? –

Les mostraron las tarjetas y después de verlas con cuidado, se dobló a buscar en su escritorio. Luego levantó dos paquetes con el uniforme doblado adentro. Ellos lo agarra y le agradece a la vez:

– Gracias señor Payne. –

– Gracias. –

– De nada chicos. Suerte en su día. –

Fueron caminando hasta los baños y se tuvieron que dividir. Justin entra al baño y cuando saca el uniforme, eran una camisa deportiva pegada de manga corta color violeta oscuro y líneas a cruzadas por el pecho de arriba hacia abajo color gris y blanco. 

Tenía unos pantalones violetas oscuros y unas líneas grises y blancas a los lados. El mismo uniforme lo tenía Keila pero ella le daba una mirada como que no la aprobaba.

Se supone que voy a usar esta cosa. En verdad no me gusta como la estoy viendo, ya de por sí puedo ver que me quedara mal. Veré como me queda pero ya no me gusta para nada.

Keila empezó a ponerse el uniforme con desagrado. Justin se puso el uniforme también y le quedo bastante pegada.

Esto está bien para mí, después de todo, vamos a estar al aire libre lo que nos dará mucho calor. Si no fuera negra me marcaria bastante las abdominales y el pecho. Además de las bolsas de aire que tengo como nalgas. ¿Por qué tenía que ser tan nalgón y porque se tenían que notar tanto en esto? Mi modo, era uniforme y creo que es mejor que nada.

Él sale del baño primero y tocando en la puerta del baño de mujeres, llama a Keila:

– Bebe. ¿Estás lista? –

– No voy a salir en esto. –

– Déjame ver cómo te quedo. –

Ella abre la puerta con cara de pocos amigos. Cuando Justin la ve en ese uniforme, siente como si lo hubieran achocado. Sus senos y sus nalgas se marcaban muchísimo. Ese uniforme le quedaba excelente de vista y no podía dejar de mirarla.

– ¿Qué crees? –

– Te ves demasiado sexy para coger la clase. –

– ¿Me lo dices tú? ¿Acaso piensas ir así con tu pecho y tus nalgas marcadas? Esa maestra te va a estar ligando. –

– A ti, los pendejos eso. En especial ese Gabriel que tanto me cae mal. –

Ambos se quedaron por unos segundos mirándose el uno al otro sin decir ni una sola palabra hasta que Justin dice:

– Reglas son reglas. Vámonos o llegaremos tarde. –

– Está bien. –

Ellos fueron caminando con la ropa que tenían puesta anteriormente en la mano y el uniforme puesto.

AmnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora