Pesadilla reveladora

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Al llegar, entra y empieza a mirar alrededor.

Bueno, una noche más sin Keila. Vamos Justin, no seas nene chiquito. Esas estúpidas pesadillas no te pueden robar el sueño.

Justin fue caminando algo desanimado hasta su cuarto y se fue a acostar. Se quito la camisa y los zapatos quedándose solo en los pantalones largos. Se recostó con los brazos detrás de la cabeza. Mientras miraba hacia el techo, pensaba en Keila y fue cerrando los ojos poco a poco.

Sueño...

Justin estaba en la casa suya con toda su familia. La mama, su padre, la hermana menor y su mujer. Estaban sentados en la sala del comedor comiendo una cena navideña. El mira hacia el calendario y era noche buena. 

Todos disfrutaban de la comida muy felices y se pasaban lo que no alcanzaba el otro. La mujer de Justin estaba sentada al lado del y lo miraba sonriendo mientras él veía la comida. De pronto, Justin siente una mano pasarle sobre el zipper que lo acariciaba lentamente. 

El se endereza suspirando y cuando mira a Roxanne, ella lo estaba viendo con una sonrisa picaron. Luego se le acerca al oído y le dice:

– ¿Tienes hambre? –

– Mucha. ¿Me darás algo de comer? –

– Después que comamos para que tú mama no se sienta mal. –

– Después que comamos, vamos para la casa de tu mama. –

– Exacto. –

Le responde Roxanne aun rosándolo por encima del pantalón. Justin la mira curioso pero igualmente sonriéndole. Ellos siguen comiendo y de pronto, una alarma fuerte se escucha. Estaban sonando una alarma militar de bomba nuclear. 

Todos se paralizaron al escucharla y no se movían ni un poco. Justin y su padre se pararon a la vez y se asomaron por la ventana a ver qué sucedía. Mientras veían hacia afuera, la respiración de ambos se cortaba. 

Las personas estaban corriendo de lado a lado y algunas parecían estar mal heridas. Esas personas mal heridas les brincaban encima a los que corrían, estando normales y los atacaban. Los mordían como si fueran animales salvajes. Se veía claramente cuando les arrancaban pedazos de piel y se lo comían como si fuera comida normal. Justin mira a su padre algo asustado y le pregunta:

– Papa. ¿Qué pasa? –

– No lo sé, Justin. Lo que si se, es que quiero que lleves a las chicas al carro ahora mismo. –

– ¿Tu que harás? –

– Defenderé la casa en lo que ustedes estén bien. –

– No puedes quedarte así nada más. –

– Justin, si no actuamos ahora, algo malo sucederá. –

Dice William mirando asustado y furioso a Justin al igual que el. De pronto un hombre le da un cantazo fuerte a la ventana espantando a todos y provocando que gritaran un poco. El hombre trataba de entrar y rompía de vez en cuando algún pedazo de la ventana. William veía eso y voltea de pronto gritándole a Justin:

– ¡Justin, lleva las chicas ahora! –

Justin se le queda mirando serio y William lo empuja por la espalda. Justin echa para atrás la silla de Roxanne mientras les decía:

– Vámonos al carro, ahora. –

– ¿Qué hay de tu padre? –

– Vendrá pronto. –

AmnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora