Un nuevo integrante del grupo

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Después que todos estuvieron corriendo, Keila fue hacia Justin a toda velocidad y le brinco encima, haciéndolo caer detrás del banquito en el que estaba. Mientras caía con ella encima, le decía:

– Estas suda. –

– ¿No te gusta? ¿Estando mojadita encima de ti? –

– Cuando lo dices de esa forma, me dan ganas de comerte ahora mismo. –

– Pero no se puede porque estamos en público, aunque le demostraría a esa profesora que eres mío solamente. ¿Qué hablaban? –

– Nada, solo quiso saber porque Gabriel y yo no nos llevábamos e intento contentarnos el uno con el otro. –

– Jum... Más vale que no se meta con mi hombre. –

– Tranquila bebe, sabes que solo soy tuyo. –

– Eso me gusta. –

Después de decirle eso, se dan unos cuantos besos de lengua que le daban ganas a Justin y a Keila de seguir sin importar quién los viera. Luego se levanta Keila y le dice:

– Bueno, a cambiarme porque tenemos una última clase. –

– Claro, ahora yo también me tengo que cambiar. –

– Dito, el nene se mojó. –

– No te burles, fue tu culpa. –

Ambos se metieron adentro de los vestidores para cambiarse rápido de ropa.

Qué suerte que aunque no pueda participar, me dan ganas de ponerme el uniforme.

Luego de cambiarse a su ropa normal, se fueron directo para el siguiente salón.

Esta siguiente clase era buena pero lo que la mata es la forma en que lo da ese profesor.

Enseguida que todos estuvieron en sus lugares, el profesor dijo:

– Espero que todos estén preparados porque hoy vamos a desarmar un muerto completamente. ¿Recuerdan el muerto que recibieron ayer de los guardias? Pues búsquenlo, pónganse su equipo, busquen sus herramientas y a trabajar. Quiero ver el muerto en pedazos sobre su mesa. –

Todos se pusieron los equipos y luego fueron a buscar al muerto.

No puedo creer que bien se conserva la peste de este muerto y sin haber abarcado todo el salón.

Lo pusieron sobre la mesa y lo sacaron de la bolsa. Enseguida cogieron las pinzas y mientras Keila lo rajaba con las tijeras, Justin alcanzaba a sacarle algunas cosas. Pudo sacarle los dientes, los ojos, le cortó la lengua, algunos huesos fueron más sencillos de sacar que otros. 

La sangre parecía gelatina que pudo extraerla también. Todo eso lo colocaban en unos platos que tenían. El hígado, corazón, los pulmones, todo los órganos estaban súper descompuestos. El corazón parecía que lo habían traspasado con algo al igual que el riñón.

Esto sí que es bastante asqueroso. No me gustaría comer con esto en mi cara porque te juro que vomito. Otras personas podrían y dirían que es algo normal para ellos pero yo no podría.

Al terminar, el profesor se paró frente a la clase y dijo:

– ¿Me separaron los órganos y las partes cierto? Bueno, quiero que me digan que notaron en ellos. –

– Pues, sus órganos están descompuestos totalmente. –

– La sangre es babosa pero sólida. –

AmnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora