Reposados para la busqueda

16 2 0
                                    


Keila sale del supermercado y al notar que Suki no había salido, vuelve a buscarla. Cuando la ve, estaba empacando la compra y le pregunta:

– ¿Qué haces? –

– Pago la compra. No seré una pilla como tú. –

– Ridícula aquí no hay nadie. –

– Disculpe la ignorancia de mi amiga señora cajera. –

Dice Suki mirando a donde está la caja del supermercado. Keila se le acerca riéndose y comienza a echar la compra en el carrito. Entonces Suki le dice:

– Oye, aun no pago eso. –

– No hay que pagarlo. –

Le dice echando las últimas cosas para luego agarrarla a ella en brazos y meterla en el carrito de compra. Mientras la llevaba afuera, Suki le decía:

– Auxilio, soy un rehén del asalto que hubo. –

– Estúpida. –

Le dice Keila a la vez que se reía con ella. Suki se baja como puede aunque termina cayéndose. Al levantarse, mira los carritos y le dice a Keila:

– Tenemos que encontrar más comida, esto no será suficiente. –

– Tienes razón, vamos a ver que más encontramos por ahí. –

– Como crees que les este hiendo a los chicos? –

– Apuesto a que mejor que nosotras. –

Le dice Keila mientras llevaban ambas un carrito de compra. Encontraron otras tiendas alrededor y comenzaron a entrar para buscar más comida. Al terminar de conseguir comida fueron caminando con los carritos para donde estaban los otros. Al llegar, encuentran que tenían una parrillada. Entonces Suki les pregunta:

– ¿Y eso? –

Los tres voltean al mismo tiempo y Mathew responde:

– Teníamos hambre y pensamos que sería una buena idea comer algo antes de continuar. –

– Bien, suena excelente. –

Dice Keila mientras se adelantaba con el carrito. Luego la siguió Suki detrás y se detuvo mirando a Mathew detenidamente. Entonces Keila decía mientras levantaba las latas:

– ¿Que quieren comer? Tenemos habichuelas, carne, jamonilla, salchicha, arroz, frutas, melocotón... –

– Trae la carne y las habichuelas. –

Le dice Justin mirando lo que habían conseguido. Keila saca tres latas de carne y tres de habichuelas y las comienzan a calentar juntas en una hoya que habían traído los muchachos. Mathew se le acerco a Suki mientras calentaban la comida y le dice apenado:

– Suki, lamento si te asuste con mi reacción horita. En verdad no estaba en mi cabeza, yo... –

– Descuida. Perdiste a tu hermana y su reacción no fue la mejor. Entiendo que estas pasando un momento muy difícil. –

– Aun así, perdón. –

– No te preocupes. –

Le dice Suki casi en susurro mientras lo miraba con una sonrisa. Mathew le sonríe de vuelta y luego le dice:

– ¿Quieres comer? –

– Claro, también muero de hambre. –

– Bien, vamos entonces. –

AmnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora