Siento el viento golpeando mi rostro, aprecio desde aquel sitio el pueblo, a Fjaera y a su lago. Sé que es verano, a pesar de estar fresco, el sol parece quemar la pálida piel de mis hombros, pero no me molesta, me concentro en cerrar mis ojos y a apreciar la tranquilidad que me rodea. Escucho el viento chiflar con fuerza sobre lo más alto de la montaña, es de esos silencios que no son silencios porque es donde fluyen tus pensamientos. Pero sientes que nada malo va a sucederte estando allí y dejas de anhelar volver al pasado. Porque puedes sentirte feliz por un momento. Libre.
A pesar de tener los ojos cerrados siento que no estoy sola, aunque jamás tuve el valor para sentirme de tal modo. Decido ver. Diviso unas zapatillas Nike negras, un pantalón de jean gris y una muñequera negra. Está sentado a mi lado, en el suelo, lo miro de perfil, me pierdo en su tímida sonrisa. No me mira, hasta se atreve a cerrar los ojos, apreciando lo que yo antes. Sonríe, suelta un débil gemido, se siente satisfecho con lo que ve. Intento dejar de verlo, hacer lo mismo que él, pero no puedo resistir mucho tiempo y me vuelvo para ver una sonrisa cerrada. Busco un defecto en su rostro calmado y descubro que no lo hay. Es perfecto. Mi tonto corazón se acelera, los latidos se sienten rápidos y fuertes cuando golpean en mi pecho, pareciera estar apunto de salirse de su cavidad, solo espera algo. Entonces abre los ojos, deja de sonreír, sigue sin mirarme y baja la mirada. Lleva su mano derecha hacia el lado izquierdo de su pecho, casi en el centro, como si buscara el latir de su corazón. Suspira y se olvida de lo que hace para mirarme. Y pareciera que mi corazón se detuvo justo cuando mis ojos encontraron los suyos. Me siento hundirme en aquel mar, en esa galaxia, en ese universo. Me pierdo, no hay forma de volver, no me animo a hacerlo porque tengo temor de no saber cómo vivir después de haber visto el sol, el propio big bag, a Dios y al mismísimo Diablo.
Mira hacia adelante otra vez y su ceño parece fruncirse un poco. Lo noto frustrado, como si hubiese descubierto algo que le doliera.
— Cada vez se siente menos—dice.
Una sensación agria y a la vez dulce, se instala en mi garganta al escuchar su voz filtrándose por mis tímpanos. Aquello parece despertar mis sentidos, piden, exigen a gritos que siga. Pero me detengo. Analizo sus palabras, no comprendo.
— Qué cosa?—pregunto. Voltea hacia mi.
— Mi corazón. Cada vez se siente menos, es como si algo estuviese fallando—se frena, busca más, una forma de describirlo—. Lo noté, es como si me despegaran de algo y tengo miedo, Mia, ¿cómo puedo tener miedo estando aquí?
— El miedo es normal. Yo vivo con él—dejo de mirarlo.
— Pero es distinto. Yo estoy aquí, contigo, jamás te dejaré—dice convencido.
— No quiero que lo hagas. No quiero que te canses de esperar, recuerda, «daremos la vuelta al sol, juntos»—las lágrimas se deslizan por mis mejillas.
— Sabes que eso no lo controlamos. Y sabes que no podemos estar separados, jamás lo estaremos. Somos almas gemelas, complementos que viven el uno por el otro, jamás estaremos separados, solo debes cerrar los ojos e imaginarnos—intenta tocarme pero luego recuerda que no puede hacerlo—. No intentes olvidar.
— Todos insisten en que lo haga.
— Son solo piezas que no comprenden que debemos seguir unidos—respira profundo—. No lo intentes, Mia, promete que no lo harás.
Me quedo callada, podría decir que en silencio pero no es así. Porque este silencio significa temor y olvido, donde todos mis pensamientos gritan desesperados para que los escuche. Y pasan frente a mi las miles de promesas que nos hicimos, solo fuimos capaces de cumplir unas cuantas. Podría decir que nuestro amor se basa en promesas, cumplimos y fallamos, pero nuestro amor sigue intacto. A pesar del tiempo y la distancia. Pero el olvido es algo que temo no controlar.
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Hell (r.d)
Fanfiction«La vida sin él era un infierno » Ganadora de Salseo Awards y #900 en Fanfic (Abril 2016) -TheNormalitySuck Diciembre 2015- ||En edición||