Capítulo 8

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Entramos en la habitación y casi me desmayo.

-Bueno... esta es la última que me quedaba por enseñarte- dijo mirandome con cara divertida al saber que estaba con los ojos abiertos de par par y la boca abierta formando una "o"

-Es....- intentaba decir algo pero no salían las palabras-madre mía...-susurré intentando que no me oyera pero fue en vano ya que preguntó:

-Madre mía ¿qué?- dijo riendose

-Madre mía que grande es la habitación-

-Sip. Tengo mucho espacio aquí-

Mientras hablaba podía observar que en frente de la puerta estaba la cama. A los lados estaba un armario LLENITO de trofeos. En el otro lado estaba una mini biblioteca con mucha variedad de libros. Al lado de esa mini biblioteca estaba una mesa para lo que yo pienso que es estudiar y a su lado una silla con ruedas azul.

No pude evitar pensar en mi antigua casa. Aunque penseis que no, yo antes tenía una vida normal. Con muchos amigos una buena casa y buenas tecnologías tales como un móvil, un ordenador y demás. De pronto a mi padre le echaron de la empresa y nos mudamos de la ciudad. Entonces mi padre no encontró trabajo. Mis padres se cogieron una depresión y entraron en las drogas. Yo estaba sola. Completamente sola. Hasta que llegó Jaime, que me cambió la vida. Primero para bien y ahora para mal pero me la cambió. Me da mucha pena y rabia pensar en porque me trata así. La verdad no entiendo lo que le sucede ya que nosotros podíamos ser una pareja normal. Él, desde que llegó a mi vida sabía de mis padres y lo que hacían pero el aún así me apoyaba, cosa que cambió cuando empezó a hacerme esto. Él no debe de entender el daño que me hace a mí. Él sabe que yo estoy sola. Mis padres pasan de mí. Mi familia pasa de mí. No tengo amigos aquí. Me insultan y maltratan cada vez que quieren. Ni ellos ni nadie saben lo que es vivir con miedo. El miedo debería ser una experiencia y no una forma de vida. No debería estar con miedo de despertarte y pensar que si bajas al salón te van a pegar una paliza, o miedo de pensar que cuando llegues a clase Keisa o algún amigo suyo (tanto amigOs como amigAs) me va a pegar. Al fin y al cabo acabas pensando que aquí no haces nada pero en fin... si sigo aquí todavía, será porque algo o alguien en algún momento necesitará de mí.

No pude evitar bajar la cabeza para intentar cubrir una lágrima que estaba apunto de caer

-¿Mara?- chasqueó los dedos en frente de mi cara - ¿sigues aquí?-dijo riendose pero al ver que no me movía levantó mi cara con su mano- ¿Mara? ¿ que te pasa?- dijo secando unas lágrimas silenciosas que habían caido sin darme cuenta

-No...no me pasa nada- mentí- ¿tienes muchos trofeos no?- dije intentando desviar el tema

-Sii. Casi todos son de futbol, volleyball o surf pero ese no es el tema ahora mismo. ¿Por qué llorabas?-

-No... por nada enserio- dije intentado sonreír

-Si tú no llorabas por nada yo soy una ardilla voladora ¿no?-dijo conectando sus preciosos ojos azules con mis ojos color café

-Está bien...al ver tu habitación estaba recordando mi vida de antes- dije mirandolo a los ojos y perdiendome en ellos

-¿En serio? ¿Como eras antes?- preguntó interesado

-Bueno en breves palabras... yo antes era como tú ¿sabes? Tenía todo lo que quería. Mi padre era muy rico. Pero bueno... le despidieron y nos mudamos aquí. No encontró trabajo y al final los dos se metieron en las drogas. Eso ya lo sabías. Y bueno luego llegó Jaime y eso... al final todo se reduce a que ahora ni siquiera puedo entrar en mi casa

Esperaba unas palabras de compasión que nunca llegaron. Solo noté como me abrazaba y yo tenía mi cabeza entre su hombro y su cuello aspirando su aroma masculino que descubrí que me encantaba.

Te necesito... Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora