Capítulo 20

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Christian me estaba abrazando. Era el mejor abrazo que me han dado en mucho tiempo. A veces necesitas el cariño de esa persona y que te diga que todo estará bien aunque todo es te fatal. Necesitas que alguien te de motivos para seguir, para no rendirte, para luchar. Necesitas a una persona que te apoye, que no te deje. Necesitas a esa persona especial que siempre crea en ti cuando tu misma no lo hagas. La necesitas. Eso lo tenía muy claro, y creo que ya se quien es mi persona. Esa persona es Christian. Es mi trebol de la suerte. Porque... me he dado cuenta que desde el trabajo de biología aquel día en la biblioteca nunca me ha dejado. Él siempre ha estado hay para mi. Algunas veces le he hablado mal, le he gritado, le he dicho que se fuera de mi vida, que no lo entendía y que no le importaba nada de lo que me pasaba pero él aquí sigue, dandome un abrazo.

Creo que el abrazo duro más de tres minutos. Cuando terminó, Christian me dió un beso en la parte sensible de mi cuello lo que me hizo temblar. Me encantaba que él me diera esos pequeños besos como aquella vez que me lo dió en el pasillo porque la gente estaba mirando.Esos besos hacen que mi estomago se retuerza de una manera que ni yo misma pueda controlar y... lo mejor de todo es que siento las famosas "mariposas" cosa que creí que no volvería a sentir después de estar así con Jaime. Creo que ya lo he dicho una vez pero... siento más "mariposas" con él pequeño beso que me ha propinado Christian que con los besos que me daba Jaime cuando estabamos bien.

Cuesta creer que el chico de tus sueños, el que antes veia con Keisa ahora me este dando un pequeño pero gigante beso a mi. Él chico que pensaba que era imposible. Ese que tiene la sonrisa más bonita del universo y los ojos que hacen que te pierdas en ellos. Cuesta creer que sea él.

-Mara... ehh Mara- Christian pasaba la palma de su mano arriba y abajo de mi cara-¿estás aquí?

-Eh...si si-Creo que me había quedado mirando a Christian fijamente pero esque me hace sentir tantas cosas...

-Te me has quedado mirando con una cara de cachorrito...- dijo riendose mostrando esa perfecta sonrisa que hace que sienta huracanes a la vez que acariciaba mi mejilla derecha con su mano. Yo acto seguido puse mi mano encima de la suya y cerré los ojos. Pasaron unos segundos así y sin pensarlo corrí hacia él y lo volví a abrazar poniendo mis brazos sobre su cintura. Él respondio riendo tiernamente y puso sus brazos alrededor de mi cuello.

A los pocos segundos nos separamos y nos sonreímos.

-Gracias...-susurré mirandolo a los ojos

-¿por?- se le veía confuso

-Gracias por todo. Por cuidarme, por estar siempre ahí, por no dejarme caer pero sobre todo... Gracias por seguir ayudandome a pesar de saber quien soy realmente...- dije lo último bajando la cabeza

Él me la levanto con su mano y me miró tiernamente

-No te avergüenzes de quien eres. Eres una persona genial y si haces eso es porque te obligan y por miedo de que te hagan algo pero no por acto propio. No tengas vergüenza de nada porque eres mucho mejor persona que mucha gente de aquí que parecen los buenos-

-¿Ves?- dije sonriendo- por eso te doy las gracias.

Él me sonrió

-¿Entramos a clase?- dije tendiendole mi mano para que la cogiera

-No- dijo y yo retiré mi mano

-Perdón...-

-No, por lo de la mano no- dijo y cogió mi mano mientras sonreía- digo que no vamos a entrar en clase. Vamos a ir a mi casa y nos lo vamos a pasar bien-

-Pe...- me interrumpio

-Pero nada. Tu y yo nos vamos- dijo y de repente sentí que estaba en su hombro con la cabeza hacia su espalda.

Te necesito... Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora