Capítulo 37

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El día estaba terminando...

Nos lo estábamos pasando muy bien, habíamos hecho muchas cosas y sobre todo, nos habíamos reído mucho. 

A veces dicen que la verdadera familia son aquellas personas que nos escogen, aquellas personas que aún sabiendo como somos, nuestros defectos, nuestro pasado, nuestras cosas malas, siguen con nosotros. Por ejemplo, mis padres no me eligieron a mí. Yo nací como cualquier otro bebé, pero, a diferencia de otros bebés, cuando hubo una mala situación en mi casa simplemente decidieron dejarme atrás y buscar sus propias salidas aunque en este caso fuera las drogas y el alcohol.

Por otra parte, están mis amigos, está Christian y está su familia. Ellos si me han escogido, ellos conocen mi pasado, conocen como soy, conocen todos mis problemas y aún así me aceptan y me quieren. Eso es lo único que valoro y que guardo en mi corazón a día de hoy.

Nos fuimos a dormir y la tarde siguiente nos lo pasamos muy bien, Sheila y yo estuvimos concretando el plan para los regalos de Christian y Camel y también estuvimos con ellos jugando a las cartas, al volley y otros juegos. Cuando el cielo se puso oscuro decidimos coger el coche y volver cada uno a sus casas. Los chicos debían irse pasado mañana y los iba a echar mucho de menos, es cierto que iría con ellos poco después pero aún así no quería separarme de ellos y quedarme con mis tíos.

[...]

Me despierto porque esta sonando la alarma. Son las 11.00

Hemos quedado los cuatro para comer y despedirnos hasta que vuelva de nuevo a casa. Los chicos se irán mañana por la mañana. Yo no podré irme hasta dentro de un mes o dos, cuando los papeles estén listos. Hasta ese momento tendré que aguantar a mis tíos y convivir con ellos, por mucho que yo no quiera.

Me ducho, me visto, me hago dos trenzas de raíz y que maquillo un poco. Ya casi es la una del mediodía. La hora a la que hemos quedado. Cuando estoy metiendo mis cosas en un bolso suena el timbre. Cojo mis cosas y bajo a abrir cuando de camino me encuentro una maleta grande en el hall.

-Qué hace eso ahí?- pregunto mientras abro la puerta.

-Mara, se que soy feo pero no es para que me digas "eso"- dice Camel en la puerta.

-No te digo a ti, tonto- digo mientras río- ¿Por qué hay una maleta aquí Betta?- pregunto de nuevo.

-Tu tío se va de viaje en unos días y hemos dejado aquí la maleta, ¿Por qué?- pregunta.

- No sé, siempre que alguno de los dos se va de viaje simplemente la dejáis en la habitación- 

-Bueno, esta vez no- sonríe .

Me encojo de hombros.

-Bueno, ve con tus amigos, Mara- dice Betta.

- ¿Ahora te caen bien o qué?- digo incrédula.

-Sabes de sobra que sólo quiero que nos llevemos bien- repite por enésima vez en la semana.

-Sabes de sobra que eso no va a pasar- digo rotundamente- ahora, me voy con ellos- digo señalando a Camel, luego vuelvo-

-Vamos Mara- dice Camel- Tardaremos un poco comiendo- dice y guiña un ojo a alguien detrás de mi.

Me doy la vuelta y sólo veo a Betta, ¿Le habrá guiñado el ojo a ella?¿Por qué ahora se llevan bien? No sé, esto es sospechoso, sólo espero que Camel no esté cometiendo un error...

-Eo, Mara- mueve su mano en mi cara- ¿Estás aquí?- dice.

- Sí, vamos- digo y voy donde están Christian y Sheila.

Te necesito... Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora