Capítulo 28

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El trayecto hasta la fiesta era de media hora. Como me aburria me dediqué a fijarme en como iban vestidos los padres de Christian.

Helen, la madre de Christian llevaba un  vestido blanco suelto. La parte de arriba tenía unos tirantes que se ataban en el cuello. También un lazo que unía la parte de abajo con la de arriba y la parte de abajo formaba pliegues.

Por su parte en padre de Christian, Paul, estaba vestido con un traje negro con una camisa blanca y una corbata azul marino con rayas blancas.

Por su parte en padre de Christian, Paul, estaba vestido con un traje negro con una camisa blanca y una corbata azul marino con rayas blancas

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La verdad que los padres de Christian se ven muy jovenes a pesar de la edad que tienen. Siempre han dicho que cuando tienes una buena vida desde pequeño sin problemas, tienes más tiempo de vida. Helen tiene el pelo muy bien cuidado, se tiñe cada semana para que no se le vean las canas y aunque esté en casa siempre lleva un moño bastante formal. En cambio Paul tiene algunas canas pero ni se le notan. La verdad los dos están muy bien

Pensando en mis cosas llegamos a la fiesta. Ya era la hora. Por una parte estaba muy emocionada pero por otra me daba bastante vergüenza.

Cuando me estaba cogiendo la parte de atrás del vestido para  no pegarmela contra el suelo cuando saliera del coche Christian abrió mi puerta y me tendió su mano.

-Le ayudo dama- me dijo cogiendo mi mano

-Muchas gracias caballero- le sonreí

Cuando ya estaba al lado de Christian casi se me cae la mandíbula al suelo. Estábamos en un hotel súper bonito y muy caro ya que lo había visto alguna vez en las noticias y decían que ahí solo iba la gente más rica. Estaba lleno de personas arregladas y elegantes. De pronto me sentí minúscula delante de toda esa gente. Al fin y al cabo yo ahí era una acogida y todos los demás eran gente con millones.

Christian notó mi inquietud y con dos dedos levantó mi cabeza.

-¿Qué te pasa amor?¿No estás contenta? Si tú eras la que más emocionada estaba por venir- me dijo

-Ya... lo sé...pero...me siento pequeña al lado de todos vosotros. Yo aquí soy menos que las camareras que os van a atender- le conté

-Mara. Tu no eres peor que nadie. En cambio, eres la mejor. Fijate en todas las chicas de aquí. No te llegan ni a los tobillos, no están ni la mitad de guapas que tú- me sonrió

-¿Y por qué estoy tan guapa? Porque me lo ha comprado tu madre-

-¿Y que importa quien te lo haya comprado? Lo importante aquí es que la que más guapa estas eres tú y de muestra tengo a esos tres que como no te dejen de comer con los ojos voy a matarlos- dijo y yo mire disimuladamente a mi derecha viendo a tres chicos que me estaban mirando y hablando entre ellos y sonriendome cuando les miré- Asique vamos a entrar y no quiero que pienses más en eso ¿esta bien?- me dijo mientras sonreía

-Esta bien- le sonreí

-Ahora... voy a darte un beso ¿vale? A ver si se enteran de una vez esos tres que estás conmigo- dijo se acercó a mi.

Te necesito... Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora