Capítulo 35

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Abrí los ojos. Estaba en un sitio extraño. Esta no es mi habitación.

Después de unos segundos desorientada me di cuenta de que estaba en la cabaña con el amor de mi vida. Con Christian.

Me di la vuelta (ya que mi espalda estaba en su pecho) y me encontré con sus zafiros mirandome.

-Hola-

-Buenos días amor- contesta con voz ronca- ¿Qué tal estás?- pregunta

-Muy bien- enseguida recuerdo lo que pasó anoche y me sonrojo- quiero decir... normal, sí, como simpre...-

La risa ronca de Christian suena por toda la habitación.

-No te sonrojes mi Marita- dice

¿Qué consigue? Que me sonroje más.

-Me encantas así toda sonrojada- dice

-¿Puedes parar pesado?- le digo y le doy un manotazo en el hombro

-Bueno... tranquila leona- se ríe de nuevo- ahora en serio- dice- Mara. No tenías obligación de hacerlo. No pienses que te quiero por eso. De verdad-

-Mi amor. Lo sé, sé que no me quieres sólo por eso. Además te ha encantado- decido ponerle un toque de humor a la conversación para que quite esa cara de preocupado- no lo puedes negar- respondo pícara

-¿Mara? ¿Eres tú?- dice

-Pues claro ¿Por qué lo dices?- respondo

-No sé, ese comentario no te pega- se ríe

-Sólo quería esto- toco sus labios- quería que rieras, porque tienes la risa más hermosa del mundo- digo- además, nunca quiero que pienses que estoy obligada a nada contigo- le aclaro- eres lo más importante para mí y daría lo que fuera por ti al igual que tú lo estás dando por mí-

Christian se me queda mirando un rato. Sube su mano y acaricia mi cara delicadamente, como si me fuera a romper. Después de eso me besa. Sus besos son dulces y con cariño. Los amo, al igual que a él.

-Eres perfecta- me susurra al oído

-Al igual que tú- le respondo y lo vuelvo a besar

[...]

Después de estar un rato hablando en la cama, decidimos levantarnos para desayunar.

Christian se levanta y se pone su boxer. Yo no me muevo

-¿No ibamos a desayunar?- me pregunta

-Date la vuelta- respondo

-¿En serio Mara? Te he visto anoche-

Yo me sonrojo de nuevo

-Date la vuelta- repito

El bufa pero hace caso

Yo me levanto, cojo mis bragas y me las pongo de espaldas por si acaso. A continuación cojo su camiseta que estaba tirada en el suelo y me la pongo.

-Ya está- digo

-Me ha gustado ver tu bonito culo- dice con cara de pervertido

-¿Qué?- no entiendo hasta que miro detrás de él y veo que me estaba mirando por el espejo- Eres un tramposo de mierda. Además estás violando mi intimidad- finjo enfado

-Vamos... te vi anoche. Te vi toda perfecta como eras, gimiendo bajo mi cuerpo, ¿por qué no te puedo ver ahora amor?- dice

-Corre- digo

-¿Qué?- no entiende nada pero al ver mi cara de enfado se lo cree y empieza a correr por toda la cabaña

Estamos un rato así hasta que logro pillarlo, salto encima de su espalda y enrollo mis piernas en su cintura.

Te necesito... Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora