Nuestras miradas se cruzaron de nuevo luego de seis meses.
El silencio permanece entre los dos.Nadie lo rompe,nadie se mete en medio.Sólo callamos.
¿Por qué amo a un mounstro?.
Realmente ya no sé si le amo o no.
Sólo sé que es una jodida atracción que no puedo evitar.
Me tiemblan las piernas y el corazón me late muy deprisa.
Y eso es sólo cuando le veo.
No es como una atracción sexual,no,no...Es más bien como la necesidad de acercarme siquiera a percibir su olor.Sólo acercarme.
A veces mi mente dice que deje quieto lo que quieto está.
Pero mi corazón dice que no lo deje ir.
Es ridículo.
Siempre le hago caso a lo que dice mi corazón,pero esta vez no es lo que tengo que hacer.
Él ha cambiado,no es el mismo.
Ahora es más descarado,más jodidamente estúpido,más intolerante,más hijo de puta.
Extraño al viejo él.De quien me enamoré perdidamente hasta el punto de querer hacer cualquier cosa con tal de estar a su lado.
Me he lastimado mucho ya sólo con el hecho de no querer entrar en razón,y de no poder dejar algo que no existe.
Las hojas del árbol de mi alma se han esfumado,ahora no soy más que tristes raíces buscando su propia primavera.
Me estoy estancando en mis raíces.Ellas me controlan y no es justo.
Quizá me queda un poco del orgullo herido.
Quizá quiero olvidarle,pero aun no lo consigo.
No estoy triste.
Sólo tengo la necesidad de abrazar a alguien por última vez.
Por una última noche.
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Diario de una adolescente al borde
Non-Fiction←Creen que no soy capaz de hacer cosas...Pero no me conocen→