Eramos como el fuego y la gasolina;armas letales que sin darnos cuenta acabamos con todo en segundos.
No eramos tan malos como decían,pero en parte lo eramos.
Sólo dos inadaptados tratando de encajar en un mundo de cerillos.
Al conocerlo entendí la diferencia de nuestros mundos,y me di cuenta de que sería para siempre.
Nos hacíamos daño mutuo,pero aun así somos como un complemento,y estar el uno sin el otro es como un ratón sin su queso.
Y aunque fuese riesgoso,
yo quería quemarme...
Metafóricamente somos tóxicos.
¿Qué?,no sólo metafóricamente.
Somos dos polos opuestos.
Él es el frío,
y yo el calor.
El sol y yla luna,
El cielo y la tierra,
el agua y el fuego.
No creo en las casualidades,pero el día que lo conocí me dí cuenta de que iba a ser diferente.
El brillo en sus ojos me mostraba dolor.
Nunca se conoce a alguien tan roto y dolorido como uno mismo,
pero yo lo conocí a él.
Nos encontramos el uno al otro.
Y quería intentarlo,quería una oportunidad.
Decidí dejar la cruel idea de no abrir mi corazón,y lo hice...
Me enamoré de él.
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Diario de una adolescente al borde
No Ficción←Creen que no soy capaz de hacer cosas...Pero no me conocen→